Por: Betty Beatón y Juanita Perdomo
La entrega de viviendas a familias damnificadas por el impacto del huracán Sandy y a otras residentes en condiciones precarias matizan las jornadas previas a las celebraciones que en breve tendrán lugar en Santiago de Cuba: el medio milenio de la fundación de la otrora villa y el aniversario 62 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Uno de los espacios testigo del alegrón de los beneficiados es el micro tres del reparto Abel Santamaría
—ubicado a la vera de la carretera por donde transitó la generación del centenario el 26 de julio de 1953—, con 460 residencias tipologías petrocasas y gran panel, además de otras 560 edificadas con el apoyo de la hermana nación ecuatoriana.
Actualmente se dan los toques finales al acondicionamiento de los viales, las áreas públicas y la jardinería de las nuevas urbanizaciones, surgidas con apego a un riguroso plan de reordenamiento urbano.
Constructores santiagueros, acompañados en los últimos meses por homólogos de nueve provincias cubanas, se empeñan desde hace algo más de dos años en un proyecto sin precedentes en el territorio, en el que está incluido la paulatina culminación de 22 mil casas destinadas a los 15 mil 689 núcleos que sufrieron derrumbe total tras el paso de Sandy, entre otros destinos sociales.
Gracias al incondicional apoyo de la máxima dirección del país, con el liderazgo del Partido y el gobierno en la provincia, se avanza en la recuperación del deteriorado fondo habitacional, zanjado hondamente luego del último huracán, con énfasis en los municipios de Santiago de Cuba, Palma Soriano, Songo-La Maya y San Luis.
No obstante, resta mucho por hacer en el orden cualitativo y cuantitativo, cuestión asumida por las fuerzas constructoras, a sabiendas, entre otras cosas, del elevado número de viviendas dañadas (171 mil 380) y de que si bien el 60 % del total ya ha tenido solución, aún el 85 % de los afectados por derrumbes totales esperan por una casa nueva.
