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El desmontaje de la historia es un afán del imperio

Inauguración del II Taller Nacional de Historia del Movimiento Sindical Cubano. Foto: Eddy Martin Díaz.
Inauguración del II Taller Nacional de Historia del Movimiento Sindical Cubano. Foto: Eddy Martin Díaz.

La idea del desmontaje de la historia  no es nueva;  está presente desde el surgimiento del imperialismo y es parte sustancial de su filosofía y de su plataforma ideológica para aniquilar el sistema socialista,  precisó Elvis Rodríguez, vicepresidente del Instituto de Historia de Cuba (IHC), al intervenir en el II Taller nacional de historia del movimiento obrero y sindical cubano que sesiona en el Centro de Convenciones Lázaro Peña.

Al disertar sobre este asunto, subrayó que  además de ser un tema actual, es necesario analizarlo  de manera  integral y multifactorial si queremos tener claridad del alcance y magnitud de lo que se pretende y está en juego con tal propósito que emplea los más variados métodos, medios y fuerzas.

En el caso de Cuba, el conferencista dijo que el objetivo fundamental del desmontaje de la historia  va dirigido contra  la obra de la Revolución cubana,  las luchas del movimiento sindical, el accionar de las masas y sus líderes, de manera que nada queda exento a la intención de desmontar.

Destruir los valores políticos, éticos, morales, ideológicos, jurídicos y patrióticos sobre los cuales se sustenta la sociedad socialista, constituye uno de los principales fines de esa filosofía imperial, acompañada de la pretensión de “descubanizar” a Cuba y, en consecuencia, americanizar el modo de vida del pueblo, colonizar su cultura, revertir gradualmente el proceso revolucionario en la isla, y restaurar el capitalismo brutal y salvaje.

Una de las vías utilizadas para lograr esos y otros propósitos “es inducir la ruptura entre la dirección histórica de la Revolución y las nuevas generaciones, promover la incertidumbre y el pesimismo de cara al futuro con el marcado fin de desmantelar el socialismo desde dentro”,  apuntó.

Cuba nunca ha dejado de ser  –y sigue siendo– centro de los ataques de la subversión política e ideológica  por parte del imperio. “Lo que se pretende borrar la memoria histórica, invisibilizarla”, enfatizó.

Los más de 100 participantes debatieron 47 ponencias que abordan el devenir histórico de diversos centros laborales, cómo llevar la enseñanza de la historia a las jóvenes generaciones desde Internet, investigaciones sobre el quehacer político de líderes como Julio Antonio Mella y Alfredo López durante los años 20 del siglo pasado y  el papel de las mujeres en la Revolución.

El Taller concluye este viernes con el dictamen de las seis comisiones de trabajos en las que están presentes dirigentes sindicales actuales y de diferentes etapas, investigadores, académicos, profesores y estudiosos de la historia del proletariado cubano.

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