
La trascendental contribución de la escuela taller Ugo Luisi a los planes de desarrollo, rehabilitación y conservación del patrimonio arquitectónico de Santiago de Cuba, enseña sus luces con mayor intensidad en estos días, justo cuando en el oriental territorio las mejoras físicas delinean una urbe estéticamente encantadora, de cara al medio milenio de su fundación como villa.
Según Orgullo de Santiago, portal digital de la Oficina del Conservador de la Ciudad, el centro de enseñanza de diversos oficios se ha insertado de manera notoria a la variedad de instituciones y grupos de trabajos que apuestan por la salud conservacionista de la llamada Capital del Caribe, cercana a festejar 500 años de fundada.
Los jóvenes de esta escuela realizan sus aportes en obras como el antiguo Club San Carlos, hoy galería de Oriente y Sala de Arte, en la farmacia Bottino, en el Museo de Ambiente Histórico Cubano, en la Fraternidad y en la Casa Dranguet.
Creada en el 2005 y adscripta a la Oficina del Conservador de la Ciudad, se estima que la diversidad de oficios que allí se instruyen despierta elevado interés por el aprendizaje, lo que ha posibilitado un significativo porcentaje de reincorporación al estudio de muchachos que ahora son devueltos a la sociedad como obreros integralmente preparados.
En la Ugo Luisi lo mismo se aprende carpintería, restauración que albañilería, algunos de los oficios desde lo que se tributa a la preservación social, cultural y constructiva del patrimonio material e inmaterial de la ciudad de Santiago de Cuba.
Se dice que el italiano Ugo Luisi fue quizás el escultor extranjero de mayor importancia en la fisonomía escultórica de la ciudad de Santiago de Cuba durante la etapa republicana. Su obra también está presente en otras ciudades del oriente cubano.

