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Aquella pudo ser una conversación cualquiera entre dos conocidas que aguardaban en una atestada parada de ómnibus, pero a todas luces el tema hincó el sentimiento de los presentes y de súbito casi todos se sumaron al diálogo con no pocos comentarios airados.
El asunto en cuestión era los enrevesados caminos por los que transitan los trabajos extraclases de niñas, niños y adolescentes que cursan diferentes grados.
Las más increíbles experiencias fueron narradas durante la demorada espera por quienes, sin duda, sentían en su propia piel los avatares que se hacen presentes durante la realización de las tareas escolares.
Eran voces de madres, padres, abuelas, abuelos y otros familiares, buena parte de ellas alzadas en tono ríspido por lo que a su juicio resulta “abusivo para los muchachos”, “engañoso, porque los adultos hacemos el trabajo”, “caro a más no poder”.
No es la primera vez que escucho del tema por eso, cercanos como estamos al cierre del curso escolar 2014-2015, y en medio del proceso organizativo del venidero período lectivo, creo oportuno ponerlo sobre el tapete.
Tal vez de una región a otra del país los matices cambien, pero cuando la inquietud en torno a la formación escolar de los menores ronda el sentimiento de más de una familia es preciso poner el oído en atención a favor del bien común.
Estoy convencida de que la intención de los pedagogos que diseñaron este sistema de evaluación fue potenciar en las y los alumnos el desarrollo de habilidades que les serán válidas para toda la vida: independencia en el estudio, capacidad de investigación, búsqueda y contraste de fuentes de información pasiva y activa, creatividad y mucho más.
Proferir una queja en torno a tales aspiraciones sería de tontos; no obstante, dichos propósitos suelen estrellarse contra la realidad, algo que sé de primera mano por más de una razón: el acompañamiento a la formación escolar de mis dos hijos, el diálogo popular sobre el tema y un breve sondeo de opinión entre padres de varias escuelas santiagueras, primarias y secundarias básicas en lo fundamental.
Por suerte, atrás quedaron los tiempos en que había que “lucirse” en la impresión de la totalidad del trabajo para comenzar a acumular puntos a favor del equipo. Tal requerimiento queda relegado ahora solo a los anexos, díganse gráficos y fotos que hay que “rastrear” en los más impensados sitios, incluido Internet, o en su defecto recurrir a una cámara fotográfica para concretar las demandas de ilustración.
No estamos hablando de imágenes cualesquiera, que tal vez pudieran aparecer en revistas y periódicos —escasos, por cierto, y no necesariamente acumulados en las casas cual si fueran hemerotecas privadas—, nos referimos, por ejemplo, a láminas de los atributos y símbolos patrios, de héroes y mártires, de las pirámides de Egipto, de pinturas rupestres, de mapas con la división del mundo antiguo o con el archipiélago cubano y la nueva estructura político-administrativa.
Después de recopilar lo exigido, misión que casi siempre recae sobre los hombros de mamá y papá, toca también asumir los gastos de impresión
—entre uno y cinco pesos cada hoja, según sean en blanco y negro, o en colores— a menos que se usen para tales menesteres las impresoras láser de instituciones y empresas estatales, práctica bastante extendida.
La cuestión se complejiza justo por estos días de cierre de curso, cuando se juntan trabajos de varias asignaturas, además de los estudios para los exámenes finales, y la familia opta porque un adulto escriba el texto escolar —muchas veces usando la mano contraria a la habitual para simular la letra del menor— en un afán que no mide consecuencias con tal de garantizar una buena calificación.
A esta madeja se une un nuevo hilo que enreda más el asunto y se torna otro sofocón para el bolsillo de los padres, por lo menos así pasa en algunas escuelas santiagueras: la discusión de los trabajos extraclases se hace acompañar de una “mesa cubana” a la que cada alumno aporta “algo”.
“Mi hijo tuvo Cívica el lunes, el miércoles Inglés y el jueves Geografía, y para cada día fueron 10 pesos de pastelitos”, expresaba quejosa una de las santiagueras de aquella atestada parada en la que el diálogo airado estimuló estas líneas.
¿Casa o escuela? ¿Dónde enderezar este camino curvo por el que transitan hoy los trabajos extraclases? Sin duda, el asunto requiere de evaluación colectiva. Ahora puede ser un buen momento, el inicio de curso también; lo importante será rectificar lo mal hecho y seguir apostando por formar ciudadanos con sólidos conocimientos y recios valores morales, que se esfuercen personalmente para alcanzar las metas, pero que esta estén a la altura de sus posibilidades.
Lo más importante, y es la esencia de lo planteado en el artículo, llamar la atención hacia un problema que está pasando, con matices, en el sistema educacional en el país. Según tengo entendido, en las universidades, el MES garantiza a los muchachos que terminan sus estudios la impresión de un ejemplar de su tesis de grado y eso se logró tras hacerse públicas muchas inconformidades de padres y estudiantes. Tal y como dice la periodista se trata de poner atención a esto y enmendar lo que se deba. Ya sabemos que «de buenas intenciones está lleno el camino…» Gracias a Trabajadores por poner, una vez más, luz en nuestra realidad, y a la periodista en particular por hacerlo de manera tan directa y eficaz…
Todo es del color según el cristal con cual se mire, la manifestación de un problema como el de los trabajos prácticos debe ser vista desde diferentes aristas, en materia de educación todo es multiaxial, por un lado como maestro defiendo a los trabajos prácticos, seminarios etc como formas de evaluación, al maestro o profesor le corresponde dar al estudiante la base orientadora correcta para su ejecución en la que hay que tener en cuenta los recursos, libros de textos, software existentes en la escuela, así como las normas de presentación y las orientaciones de la evaluación.
Desarrollar habilidades de búsqueda de información, desarrollo de la habilidad de leer, comprender y escribir un texto es de vital importancia para la educación de nuestros alumnos,
La participación d ela familia es imprescindible, no solo para cumplir con la realaización d elos trabajos prácticos, me gustaría ver a una institución tan importante incorporarse con el mismo entusiasmo y responsabilidad en la preparación de sus hijos para la solución de problemas, la comprensión textual, el mejoramiento y desarrollo d elos hábitos de la lectura.
Qué es lño que verdaderamente preocupa a los padres, el tiempo que dedican a hacer el trabajo a los hijos, porque una verdad que se oculta al periodismo es que los padres se lanzan a hacer ellos los trabajos que le corresponden a sus hijos, a prepararles informes, a hacerles las búsquedas, fotocopiarles documentos, hacerles presentaciones todo detrás de la nota…sobreprotección desmedida.
El fin no puede justificar los medios, confío en los buenos maestrso y profesores que hacen un uso eficiente del sistema de evaluación, de las orientaciones de nuestro ministerio y hacen delos trabajos prácticos y seminarios una magnífica forma de desarrollar a nuestros alumnos, pero…..hay de todo en la viña..en la nuestra. salgamos al paso a aquellos que no hacen lo correcto, a los que buscan el montaje de teatros, no de actos educativos, y en la misma medida a las familias que acupan el lugar de sus hijos en un ejercicio dañino de sobreprotección. Gracias Trabajadores por poner un tema sobre el cual debemos de seguir reflexionando
No estoy de acuerdo con muchos de las opiniones palnteada aquí, sobre el tema, ya que trabajo en la ensañanza primaria y soy de la opiniòn que el educando debe prepararse para la vida, y estos trabajos prácticos integrador ya bien lo dice su nombre,es para de una forma muy pasiva ir integrando al niño(a) para ganar en la expresión oral, escrita entre otras cosas, estos trabajos se entregran manusescrito, el niño aprende, se desarrolla en cuanto a la búsqueda de información, en el desarrollo del arte, la creatividad,y papá y mamá no deben de realizarles los trabajos al niño sino ayudarlo, facilitarle la bibliografía, en todas las escuelas del país existe los laboratorios de computación y los niños reciben esa materia, donde aprende trabajar en los difirentes programas, dependiendo del grado que cursa
Coincido con lo planteado por la periodista. Muchas veces, como madre de una adolescente, he tenido que buscar informaciones e imágenes por Internet o Intranet para los trabajos extraclases de mi hija, algunos de ellos a mi juicio y el de muchas madres que laboran conmigo muy extensos, lo que una vez más que otra nos ha hecho preguntarnos, ¿ para quién están dirigidos? Pues tíos, hermanos, padres, vecinos se ven involucrados en su realización por la complejidad de los temas, la extensa búsqueda y las posibilidades tecnológicas con las que cada cual cuenta para hacerla (PC, conexión, cámara fotográfica) mientras que el estudiante se prepara para sus pruebas finales o está enfrascado en la transcripción o memorización de otro de los trabajos que afortunadamente ya culminaron. La alerta es oportuna para perfeccionar la concepción de estos trabajos, planificándolos y organizándolos de modo que garanticen el desarrollo real de habilidades, hábitos y capacidades, vitales en la formación nuestros niños, niñas y adolescentes como futuro del país.
Coincido absolutamente con las ideas del articulo Trabajos extraclases, para quien?, y es que muchas veces, por no decir en la totalidad de las veces me he hecho esa misma pregunta: a quien esta dirigido el trabajo extraclase? y la respuesta ha sido siempre la misma: sin dudas mas que a los estudiantes, a la familia, a los padres. Soy madre de dos niños y he padecido, porque ese es el termino mas adecuado, padecido la tortura de los trabajos extraclases, sus requisitos, las interminables busquedas en internet(en los casos en que se posee conexion), la zozobra en casa ante una foto que no aparece.Defiendo la necesidad de estimular en los estudiantes las habiliaddes para la investigacion pero creo que no es esta la manera mas adecuada,lo que ocurre hoy es que se recarga al estudiante y a la familia, en temas complicados, se busca una profundidad que a veces resulta inncesaria y el resultado es que quien menos aprende y aprehende es el estudiante quien luego recita de memoria dos o tres parrafos del texto que otro plasmo en unas cuartillas.Es este un metodo que debe enmedarse, estudiarse, para su perfeccionamiento se que es este el criterio de cientos de padres en toda la isla. Es un excelente articulo
Al leer este buen artículo sobre los trabajos extraclases ha venido a mi memoria mi tiempo de estudiante en las diferentes etapas de mi vida, cuando no había intranet o Internet, cuando se iba a la Biblioteca Elvira Cape a buscar información y se entregaba con la mejor presentación, pero en puño y letra del estudiante y las imágenes se «calcaban» en papel cebolla y luego se coloreaban con lápices de colores, crayolas o temperas. Mi generación no contó con Internet y todos hoy somos magníficos profesionales con profundos conocimientos y amores patrios que nos enseñaron nuestros profesores y más que una gran presentación lo importante eran los conocimientos que se adquirían, además que había que discutirlos, no sólo entregarlos para demostrar que se habían hecho por los estudiantes y no por nuestros padres. Mi madre por ejemplo revisaba mi redacción o mis faltas de ortografía, pero nunca me hizo ninguno. Hoy no tengo la dicha de un hijo pero sí sobrinos propios o de los adoptados y a cada rato me piden los ayude con información que hay en las redes, antes con la intranet a la que tenía acceso por mi profesión, hoy al internet por estar fuera de Cuba, pero no alejada de la realidad. No quiero estar en contra del desarrollo de la tecnología muy por el contrario soy de las que piensa que ya es necesaria la internet en la isla para que se pueda estudiar y actualizar la información en todos los campos de la ciencia; sin embargo considero que se estimule la investigación también en las bibliotecas donde hay mucha información importante que es necesario también utilizar porque de lo contrario me uno al título de éste: Los trabajos extraclases.¿Para quién?
Felicito a la periodista por este oportuno tema. Concuerdo ciento pot ciento con su opinión. Mi hijo estudia en una secundaria básica y los trabajos extraclases se los encargan en cantidades que considero excesivas. Nunca lo comento delante de él, pero sí la familia completa considera que a veces resulta, desde nuestro punto de vista, demasiado, tanto por la cantidad solicitada como por el exceso de contenido solicitado. Al igual que la periodista, que en su artículo reconoce la valía de este tipo de tarea, debiera pensarse en perfeccionar su modo de realización, en cuánto a qué se le pide, sobre todo considerando que los materiales estén al alcance de la mayoría. En una sociedad como esta, convocada ahorrar todo lo que se pueda, se debe utilizar lo imprescindible para cada tarea, en busca de eficiencia en el proceso docente-educativo, cuyo mejor resultado sería que los estudiantes se apropien de los conocimientos. A dónde van a parar todo ese material impreso, tanto en letras como en gráfica. Qué sucede con estos materiales luego de su discusión. Qué uso se les da. Yo no digo que se renuncie a este tipo de tarea, digo que su encargo se dede optimizar en el propósito de que sea un placer y no cruz, beneplácito y no angustia.
Reitero mis felicitaciones a la periodista por la elección y tratamiento de un tema que sí que inquieta a la familia cubana, y no solo de Santiago de Cuba.
Usted tiene toda la razón. Cuestiones iguales y más preocupantes que estas suceden en nuestras escuelas. Considero que se trata de una alerta oportuna, para que Educación medite en los aspectos positivos y negativos de los trabajos extraclases. No se trata de atrincherarse, de cada crítica, hay que aprovechar la oportunidad para perfeccionar lo cuestionado.
Es a la prensa a la que corresponde alertar sobre asuntos como estos y de diversas naturaleza.
Saludos a Trabajadores por la buena labor que está haciendo en el tratamiento de temas que hoy están en el debate nacional.
He leido su articulo y la felicito y coincido con usted en casi todo el articulo, en lo que no tengo su parecer, es en que seria de tontos quejarse de esas aspiraciones, para todo hay un tiempo en nuestras vidas, quien puede pensar que un estudiante de pimaria pueda tener independencia en el estudio, capacidad de investigacion, busqueda y contraste de fuentes de informacion, etc eso esta acorde a otros niveles de educacion en los que si es imprescindible , hay algo que no se puede descuidar en nuestra sociedad que es la igualdad de todos al acceso a la educacion, podrá tener el hijo de un obrero las mismas facilidades a la hora de investigar que el hijo de un profesional con WWW al alcance de un simlpe clic, la intencion de los pedagogos está creando de hecho diferencias artificiales entre los estudiantes de ese tipo de enseñanza, ademas no cumple objetivo alguno como puede dar fe un maestro a la hora emitir una nota o criterio sobre un estudiante si las tareas o trabajos no han sido en su presencia, estamos incentivando muchas veces al fraude.
Recuerdo con mucho amor mis tiempos de primaria, mis maestras con una etica insuperable, no se toleraba la indisciplina, ni impuntualidades nada de eso , solo recuerdo para realizar fuera de la escuela un trabajo de botanica que era disecar hojas de plantas, algo muy simple, nunca se nos atiborró de tareas, en esa etapa no son pocos los estudios que concluyen en el que el juego es un complemento fundamental para el aprendizaje, el proceso docente-educativo se realiza en la escuela
Hoy soy profesional y debo reconocer que si tuve una verdadera educacion en toda mi trayectoria de estudiante fue en la enseñanza primaria
el habito no hace al monje
saludos cordiales
Felix
Se ha puesto el dedo en la llaga, soy de la generación que se graduó en el año 2000 y jamás los trabajos extraclases eran impresos ni lo hacían mis padres sino nosotros mismos que nos reuniabamos en los llamados ciclos de estudios,y ni hablar de los resultados eran muy buenos la formación de base era excepcional, profesores de altura , los trabajos se marcaban con colores, crayolas y hasta Témpera. Wow eran otros tiempos Y como se extraña. En honor a la verdad «Trabajos extraclases, para quien? «
Desconozco la estructura de los planes de clase de asignatura como Educación Cívica o Historia Universal, por solo citar algunas; sin embargo no creo que en ellos se incluya la participación de los padres como alumnos de un curso a distancia (o curso por encuentros).
Tengo hijos y sobrinos en edad escolar, y por lo tanto he sufrido, en los últimos años la presión de trabajo extraclases en los que solo me ha faltado defender lo mismos frente a un tribunal, porque hasta me ha correspondido copiar algunas de las no pocas páginas de los extensos trabajos. No os asombréis de nada, los trabajo deben ser manuscritos, no impresos. Aunque no veo la parte educativa en eso porque se permite que los padres que ‹ayuden› a los hijos a transcribir el trabajo.
Hablemos de la bibliografía. Felizmente, el libro de texto tiene buena parte de los contenidos requeridos. No obstante, siempre hay sus excesos: Software educativos, búsquedas en la red de redes (entiéndase wikipedia, ecured o la descarga de información a través de Google). Por supuesto que esto no lleva comentario, sobre todo para los que sabemos de la existencia de máquinas de escribir en muchos lugares, en los que se impone, al menos, una computadora. Y ni hablar de las maquetas o los planos requeridos, de sitios históricos, construcciones o asentamientos poblacionales. Difíciles de hacer, no ya para los niños, sino para muchos padres; toda vez que la realización de los mismos requiere de habilidades específicas.
No dudo de lo productivo y educativo que hay en el hecho de fomentar la búsqueda de información desde edades tempranas, pero hay que encontrar la medida. Un trabajo extraclase en el que las respuestas a nueve preguntas, te conformen un trabajo con veinte o treinta páginas, y que incluye la revisión de documentos como: El código de Familia, la Constitución de la República o la Convención de los Derechos del Niño; pudiera exceder las posibilidades reales de un estudiante promedio de enseñanza media.
Ojalá y con esto se refuerce la regla del trabajo en grupo que aboga por atacar ideas y no personas, aunque es bien sabido que hay muchos que defienden la idea contraria.
Leandro desed Santiago de Cuba. gracias que me han prestado este acceso
Yo solo quisiera que alguien me respondiera algunas preguntas que surgieron cuando ‹ayudaba› a mi sobrino y luego a mi hijo, en unas de esas… tesis de final de diplomadoque a vecesparecen los trabajos extraclases.
¿Qué conocimiento permanece con el estudiante si solo ‹memoriza› tres o cuatro párrafos, de las veinte o treinta páginas escritas?
¿Realmente se fomenta el trabajo en equipo?
Definitivamente hay que revisar, sin paternalismo, con calma, por el bien común.
Yorlenis
Me he conectado de casualidad, porque no es fácil hacerlo, pero no he podido pasar este trabajo por alto. No tengo hijos pequeños, pero si dos vecinitos a los que quiero mucho y me han pedido ayuda más de una vez. Sinceramente he ha extrañado la extensión de los trabajos, incluso un día le iba a preguntar a una maestra, pero no me ha ido posible ir a la escuela. Por lo que he visto creo que se está exagerando. Felicito a la periodista que escribió esto porque va a hacer pensar a todos sobre el tema. Cuánto le toca al alumno y cuanto al maestro. Ya sabemos que en los últimos años ha habido dificultades con los maestros, que se ha hecho un llamado para incorporar a los ya jubilados. Yo creo que el trabajo independiente es importante, pero cuidado, con los extremos. Se debe cambiar lo que debe ser cambiado
Reinaldo
Considero que el tratamiento de este tema no está planteado superficialmente por la periodista. He sido testigo de la preocupación de muchos padres por la realización de los trabajos extraclases. Soy de la opinión que debe hacerse una revisión por parte de los que en Educación tengan que ver con esto para que el próximo curso por ejemplo los trabajos se entreguen manuscritos (en todos los centros)y que en estos se vea la elaboración de los estudiantes pues el profesor conoce a sus alumnos y sabe cuándo los trabajos han sido elaborados por ellos o no. Pienso que en nada lo planteado por la periodista empaña el trabajo excelente que tiene Educación en Santiago de Cuba y que en nada empaña la celebracion de una fecha tan importante como la celebracion de los 500 años de la villa de Santiago de Cuba
Las Tareas Integradoras que hoy nuestros niños, niñas y adolescentes realizan son muy importante para su preparación futura, la familia en todo momento debe apoyar al desarrollo de estas para que exista una relación alumno, escuela y familia. Tal vez los padres en algún momento por falta de tiempo sentimos que es mucha responsabilidad para ellos. Pero pregunto. Acaso ven las caritas de alegría que ponen los niños cuando se visten de constructor o de ecologista (solo por poner un ejemplo) y llevan en sus manos utensilios propios de la especialidad, debaten sus trabajos y comienzan a comentar según van terminando los equipos ¿y ti qué te preguntaron?, ¡Mi exposición fue brillante! ¡Viste cómo localicé en el mapa de Santiago las zonas que tienen agua subterránea! Esto amigos no podemos rebatirlo, al contrario tenemos que seguir apoyándolos para lograr en ellos una preparación general porque son los que conquistaran el futuro. Tal vez no sea fácil, pero tampoco es difícil.
Dando respuesta a la carta 1179 de la Ministra de Educación Ena Elza Velásquez Cobiella, referido al “trabajos extraclases, ¿para quién?” la Dirección Municipal de Educación en Contramaestre enfatiza que estos van dirigidos a fortalecer los aspectos cognoscitivos de los estudiantes. Donde la familia sirva de apoyo y profundización del conocimiento hacia nuestros niños y adolescentes; pero no, con la realización de estas tareas.
Somos del criterio que los trabajos extraclases sean manuscritos y desarrollados por nuestros escolares donde a estos se les puedan medir la ortografía, redacción, caligrafía y comprensión.
Los metodólogos y demás funcionarios somos de la idea que los estímulos de los trabajos debieran hacerse según la calidad de los mismos y no hacer otros tipos de estímulos que puedan ocasionar gastos monetarios ya que no todos los padres tienen la misma posibilidad económica.
La familia, cumple un rol decisivo en la formación de los niños y niñas que cuando arriban a las aulas, deben tener por lo menos sentimientos de amor, lealtad, desinterés, solidaridad, y otros tantos que hacen de los seres humanos lo civilizados que nos corresponde por naturaleza. En una de las vueltas del azar, el sartén del problema, ha perdido el mango, y como bien dijera alquien muy cercano, cuando se pierde la forma indiscutiblemente se pierde el contenido y lo peor es que no percibimos las pequeñas bolas de nieve que creamos y que con el paso del tiempo se convierten en avalanchas, arrastrándonos a educadores y familiares en una lucha constante en pos del «niño(a)» que no quiere estudiar y se revela contra todo y contra todos. En ese papel tan importante que juega la familia, dígase mamá, papá, hermanos, abuelos, tíos, primos, etc está la clave a la interrogante que da título a este escrito. Mucho más allá de la vista de periodistas, corresponsales y lectores web de todas las clases sociales, está la mentalidad que debemos, podemos y tenemos que transformar en pos de desarrollarnos y avanzar en el largo camino que le resta a la humanidad descubrir y escribir en la historia.
Soy un padre que está en la exposición de mi hijo de su trabajo extraclases en la Ciudad 26 de Julio, creo que lo más importante es la preparación que alcanzará los niños en la confección de estos temas, considero que debe continuarse en estudios posteriores y potenciar los trabajos orales para preparar a los niños en la expresión oral. Estoy muy agradecido con el colectivo de trabajadores por todo el esfuerzo y dedicación con nuestros hijos…
Considero como maestra que estoy muy orgullosa con el resultado obtenido en las investigaciones que realizaron mis alumnos, he tenido la oportunidad de observar que este sistema de evaluación potencia en los alumnos el desarrollo de hábitos, habilidades y capacidades que les serán válidas para toda la vida: independencia en el estudio, capacidad de investigación, búsqueda y contactar fuentes de información pasiva y activa, además potencia la creatividad, la responsabilidad en estudiantes y padres………….
Resulta interesante que se continue tratando un tema que obviamente no responde a las espectativas de una adecuada formación general integral de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, el trabajo independiente constituye una vía que si se planifica científicamente va a formar parte de los procedimientos que en este caso a través de la evaluación, enriquecen el proceso de enseñanza aprendizaje, la independencia cognoscitiva se logra transitando por todo el sistema de educación, dígase,Educaciones Primaria, Secundaria, Preuniversitaria y Universitaria sin desdeñar la Educación Politécnica y de Oficios que afortunadamente adquieren a pasos lentos pero seguros nuevamente la importancia que merecen, realmente convertir el trabajo independiente en un proceso tormentoso resulta tarea de quienes más que apostar por el conocimiento están apostando por fribolidades como una excelente impresión, un refrigerio digno de algún aniversario o una exposición a la altura de alguna defensa de tesis o tesina, no obstante debe quedar claro que el trabajo independiente es válido como evaluación sistemática desde el mismo momento en que aposta por la independencia investigativa y cognoscitiva, pero a la hora de orientar un trabajo independiente, debemos deternos a pensar y preguntarnos:
* Responde el trabajo a las necesidades del escolar y a los objetivos reales del programa de estudio.
* Es necsario afectar la economía familiar para obtener logros espectaculares en la defensa de dichos trabajos.
* El trabajo que oriento está al nivel de los estudiantes para quienes fue dirigido.
Este último aspecto es de capital importancia ya que en muchas ocasiones son la familia quien los elabora en aras de que que el niño, adolescente o joven obtenga el máximo de puntos.
Por último me refiero a que no considero que esto constituya una gneralidad en el territorio pero si es saludable tratar el tema en función de trabajar para convertir al trabajo independiente en forma de evaluación objetiva y sobre todo educativa.
Considero, como educador ante todo, que la finalidad de cada trabajo sea extraclase o no es contribuir al desarrollo intelectual de los educandos. Si hoy se exhiben muestras y se palpan sensaciones nuevas donde los padres deben responder ante las exigencias de la escuela, es porque, en una medida extremadamente grande, la familia es la culpable de que los niños, adolescentes y jóvenes en edades escolares no adquieran las habilidades propias derivadas del autoestudio consciente en casa acompañado por cualquier familiar que aclare o motive la búsqueda de respuestas cuando existan las interrogantes, aún más abarcador estimular la búsqueda del nuevo conocimiento a través de lo que ya el educando ha descubierto.
La esencia fundamental está en el tiempo que se le dedica a los estudiantes, por parte de la familia, que al final siempre se vierte en el finalismo y el fraude con los conocimientos, porque a fin de cuentas son el relevo de ingenieros, médicos, técnicos y otros profesionales encargados de seguir en la tarea de construir una sociedad más justa y equitativa a la que todos aspiramos.
Si existen algunos comentarios de los trabajos que están realizando los estudiantes principalmente en la enseñanza primaria específicamente en cuarto grado es por ello que la familia y docentes deben conocer que existe una resolución que es la RM/238/2014 que norma el trabajo metodológico en esta enseñanza, resolución creada por un equipo de metodólogos y especialistas conocedores del tema y que conocen hasta dónde puede llegar un niño de esta edad.
Los estudiantes deben realizar trabajos prácticos integradores y extraclases como una forma de evaluación, para los cuales aparecen las precisiones y orientaciones de manera muy clara, considerando que el no cumplimiento de estas constituyen violaciones.
Hora lo que hay que valorar es la cantidad de trabajos prácticos que tienen que enfrentar los alumnos durante el curso y su complejidad por la estructura de estos, trayendo consigo que los padre ayuden a sus hijos en la realización de estos menesteres y el niño que más ayuda reciba es el que más punto obtiene, hay que medir el esfuerzo y los conocimientos del niño, por otra parte está totalmente prohibido por el Ministerio de Educación solicitarle dinero a los estudiantes para actividades, mesas cubanas, etc, la escuela o el profesor que incurra en esto está cometiendo una violación grave, así ocurre en el caso de algún docente que le pida al estudiante un trabajo impreso es por eso que casi es una exigencia que los trabajos se entreguen manuscritos.
También hay padres que le hacen el trabajo completo al niño, y eso está muy mal, el padre debe ayudar al niño facilitándole la búsqueda de la bibliografía antes dada por el profesor y otras cosas por el estilo, ese tema debe entenderlo la familia para que todo este proceso se cumpla como se quiere y se logre un estudiante más preparado cada día, un estudiante que cuando llegue a su 12 grado se enfrente a una prueba de ingreso con conocimientos básicos y sólidos.
Pienso que en este artículo se está haciendo un poco injusto y están valorando todas las esuelas por igual como si fuera un hecho, trabajo en Educación en Santiago de Cuba, es verdad que he podido notar estos trabajos extraescolares pero pienso que también deben de mandar hacer trabajos digitales donde el profesor pueda comprobar la creación y la extrapolación del contenido aprendido simplemente en una presentación de Power Point donde se pueda consultar el contenido aprendido y por supuesto la ponencia del estudiante, ¿donde se pueden hacer? no hace falta tener computadoras en las casas, en los mismos laboratorios de computación de los centros escolares donde se pueda porque existe un nivel de roturas en la provincia, pero si un centro tuviera en ese caso puede coordinar con un centro cercano y realizar el trabajo en el tiempo de máquina que aún se mantiene en los centros escolares, si no bastará en los joven club cercanos…… Lo de la mesa cubana es opcional no tiene que ser obligatorio, este es mi humilde pensamiento…..
Tengo conocimiento pleno de la realización en los centros de los trabajos finales extraclases en busca de ir trabajando la investigación, la diversidad de respuestas y el reforzamiento de los contenidos en función del conocimiento. Es por ello creo que en este artículo se ha generalizado una posición que no es así, ya que los maestros santiagueros estamos haciendo todo lo mejor por el 500 Aniversario de la fundación de la Villa y el 62 de los asltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Cespedes.
Saludos Fla, sin dudas siempre se podrá ahondar en los temas que enfocamos en la columna, sus opiniones son válidas para tal propósito, gracias por su comentario.
Igual un saludo para Francisco y el agradecimiento por el tiempo dedicado a comentar por esta vía. Usted pone sobre el tapete otro tema que también en válido para tratarlo en nuestras página, un asunto del que yo en lo particular no recuerdo haber leído nada.
Por favor analicen bien la posibilidad de que las empresas contribuya amortiguar esta situación con la educación de nuestros hijos.Sabemos que muchas empresas del país han estado enviando los medios de computo para materia prima.EStos son los que se eliminan por el hecho que se sustituyen por otro de mejor calidad y eficiencias que están actualizados acorde a las nuevas tecnologías y sin embargo los que se sustituyen están en buen estado técnicos para su uso.Yo propongo que a travez de la administración y el sindicato se le entregen a los trabajadores mas necesitados que poseen niños que están estudiando y de esta manera están constribuyendo con el sistema educacional del país. Asi evitamos estas situaciones que se están presentando con las tareas de nuestros hijos en las escuelas de todo el país.POrque enviar para materia prima un equipo que todavía tiene utilidad, en medio de una situación desesperada y delicada como la educación de nuestros hijos.
El tratamiento del tema lo considero superficial, no se aprecian elementos convincentes de que el contenido de los trabajos extraclases no sean lo que debieran ser y si es realmente una exigencia de las escuelas ese tipo de ilustración con imágenes impresas o si responde al deseo de estudiantes y familiares destacarse en la graficación de los temas; o si hay pruebas de que quien no lo presenta de esa forma (que estoy seguro que los hay)recibe una calificación menor, aunque el contenido sea bueno. ¿Y quién o quiénes han instituido que termine todo con una «mesa cubana»? porque así quedan todos en entredicho, ¿y será verdaderamente así? Creo que hay profundizar más para que el trabajo aporte, aunque hasta ahora aporta para que podamos debatir, porque estoy seguro de que todos no compartimos las mismas ideas.