Preservar la identidad del cubano

Preservar la identidad del cubano

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Por: Felipa Suárez y María de las Nieves Galá

“En materia de carácter cultural, nadie puede negar que si tenemos de hispanos, africanos, asiáticos, de todo tipo de europeos y hasta de árabes, tenemos también de Estados Unidos”, afirmó la Doctora en Ciencias Históricas Mildred de la Torre Molina. Foto: Gabriela López
“En materia de carácter cultural, nadie puede negar que si tenemos de hispanos, africanos, asiáticos, de todo tipo de europeos y hasta de árabes, tenemos también de Estados Unidos”, afirmó la Doctora en Ciencias Históricas Mildred de la Torre Molina. Foto: Gabriela López

Mientras el cubano sea cubano, conserve y preserve su sentido de pertenencia, no habrá política alguna que pueda destruirlo, afirmó categórica la Doctora en Ciencias Históricas Mildred de la Torre Molina, en entrevista exclusiva con Trabajadores, al referirse a la penetración cultural de Estados Unidos en Cuba durante la neocolonia.

“Las políticas de Estados Unidos hacia Cuba, por lo general, siempre han estado orientadas a absorber el país y nuestra identidad, porque de la única forma en que pueden eliminar nuestras luchas revolucionarias, políticas, independentistas, y nuestro secular antimperialismo, es destruyendo la identidad nacional”, aseveró.

En ese sentido dijo que “conscientemente los Gobiernos lo saben y por eso, a través de múltiples vías, han intentado destruir la identidad del cubano: con variadas ofertas que van desde llevarlos hacia allá, enviar gente hacia acá, y no establecer justamente una relación puramente cultural, sino de destrucción de los valores nacionales”.

Al hablar del tema, la doctora Mildred se apasiona. Ella subraya que siempre se habla de penetración ideológica y no de influencias culturales, improntas culturales o penetración cultural.

“Por lo general las referencias que se hacen a las relaciones entre Cuba y Estados Unidos están dirigidas a las gubernamentales, así como a las posiciones asumidas por los Gobiernos estadounidenses con respecto a Cuba. Y no me refiero a la etapa actual. Me estoy refiriendo a todas las etapas”.

A su modo de ver todavía no resultan suficientes los estudios en la esfera de las relaciones culturales; de ahí los retos que tienen por delante los investigadores.

No obstante, considera que hay algunos avances y evalúa como interesantes los estudios de Louis Pérez, Rafael Hernández, Tomás Hernández Robaina y Esteban Morales.

Esas aproximaciones, apuntó, nos van acercando más a un entendimiento de que el fenómeno cultural, donde está también presente lo ideológico —porque la ideología es cultura y la cultura es ideología—, es mucho más amplio.

“Eso es más interesante que solamente hablar de las relaciones entre los Gobiernos, de las relaciones de carácter político-militar o de sistemas políticos entre Cuba y Estados Unidos, porque esto estrecha la concepción de los horizontes que nos unen y nos separan, que nos vinculan y nos desvinculan.

“En materia de carácter cultural, nadie puede negar que si tenemos de hispanos, africanos, asiáticos, de todo tipo de europeos y hasta de árabes, tenemos también de Estados Unidos, porque desde que existimos como pueblo nos estamos vinculando y relacionando con esta nación. Los estilos de progreso, bienestar, confort y modernidad se deben en gran medida a esa influencia norteamericana. Las culturas estadounidenses en el campo de la música, de la literatura, del cine, nunca han dejado de estar presentes en Cuba. Pero es más, también en los hábitos alimentarios y en nuestra forma de vivir hay presencia de esa cultura”, apuntó.

“Los estadounidenses —no estoy hablando de Gobiernos, sino del pueblo—, muy bien identificados por los estudios martianos sobre ese país, nos trajeron progreso, modernidad, laboriosidad y cultura del trabajo. ¿Por qué no rescatar eso en un momento en que el futuro de la nación cubana se tiene que decidir por las relaciones entre los pueblos?

“Si en estos momentos hemos llegado a un punto tal en que después de más de 50 años por fin lograremos restablecer las relaciones, hemos entendido que eso es posible gracias a nuestro pueblo. Por lo tanto, de lo que se trata no es de dejar de estudiar la política estadounidense, sino además estudiar esa sociedad y sus múltiples culturas”.

La historia de Cuba es profundamente independentista

Inevitablemente en la conversación sale a colación la expresión del presidente estadounidense Barack Obama, en la Cumbre de las Américas celebrada en Panamá, de que no le gustaba la historia. “No les gusta la historia a los gobernantes estadounidenses porque la historia de Cuba es profundamente independentista y antimperialista. Por lo tanto, esa historia, que es por demás parte de nuestra cultura, es un estorbo para cualquier propósito que signifique absorbernos.

“Barrernos del mapa ya no es la intención, por encima de esa política está barrer nuestra identidad a través de ofertas que reflejen mejoramiento en la vida de la gente”.

La doctora insiste en que esa es la política de los Gobiernos, pero retoma que la relación cultural nos ha alimentado siempre. “Y esa es la que debemos fortalecer para poder vivir y continuar. Hay que distinguir propósitos políticos de intenciones y fines de alimentación cultural. Ahí es donde entra a funcionar nuestra sabiduría secular, nuestra sabiduría histórica”.

Agrega que no se puede olvidar nunca que “nuestra historia no solamente está plagada de combates permanentes desde el punto de vista militar, sino que siempre ha sido una historia de pensamientos, de ideas.

“No solo hemos luchado con las armas contra el enemigo foráneo, con el enemigo interno; hemos luchado con nuestros valores culturales, con nuestras ideas. El cubano nace asumiendo el mundo para mejorar el país; hagamos posible esa experiencia, asumamos lo mejor de la sociedad estadounidense, lo mejor de su cultura, para el mejoramiento humano de nuestro país, que necesita de esa alimentación porque está en sus orígenes como tal.

“¡Fíjense que con tanto bloqueo, el vínculo entre nuestros pueblos nunca se ha podido quebrar totalmente!, porque su música está en nuestra cultura, sus formas y maneras de vivir están en nuestros hábitos. Nadie puede romper con eso, es decir, está en nosotros, es parte de la identidad y creo que esta se enriquecería a través de ese conocimiento mutuo”.

Considera que la relación sin conocimiento de ambas sociedades es imposible. “Es simplemente hablar de relaciones entre Gobiernos, pero no entre los pueblos.

“Y creo que ha llegado el momento, por primera vez en la historia de Cuba, porque durante la república neocolonial o república burguesa neocolonial, no se estudiaba la sociedad estadounidense, sino las relaciones entre ambos países.

“Entonces, utilicemos este instante decisivo de nuestra historia para lograr un restablecimiento o para establecer el conocimiento entre nuestros pueblos.

“Todo lo que hemos logrado ha sido gracias a que el pueblo nuestro ha estado luchando, luchando y luchando, y no resistiendo. A mí esos términos de cultura de resistencia me resultan mortificantes. Cuando se habla de que durante la república mediatizada hubo una cultura de resistencia, no; fue de avanzada, de vanguardia. Nosotros estábamos siempre en la ofensiva antimperialista contra los Gobiernos, pero jamás contra los pueblos.

“¿Por qué no sacar a colación esa historia tan hermosa y digna? ¿Qué hizo posible que se produjera el gran fracaso de Estados Unidos en Vietnam? Porque su pueblo se convirtió en un frente contra la política gubernamental”.

Hay algunos especialistas que consideran que la primera guerra cultural del mundo moderno, planificada, organizada, fue precisamente a raíz de la intervención de las tropas estadounidenses en Cuba. ¿Qué opina usted al respecto?

“Creo que los Gobiernos estadounidenses siempre comprendieron que este no era un país que podía ser ocupado militarmente, porque las guerras de independencia no lo posibilitaban y el sentimiento independentista se mantuvo y se mantendrá siempre.

“Cuando hablamos de penetración cultural no tenemos que referirnos tan solo a las manifestaciones artísticas y literarias, sino lo hacemos en su sentido más amplio, en el modo y la forma de vivir.

“Yo opino que ellos siempre han estado muy claros de que la identidad nuestra es muy fuerte, por lo que hay que ablandarla, destruirla, minimizarla, si quieren apropiarse de Cuba. No se trata de utilizar la fuerza, sino estas vías.

“De ahí el reto nuestro de que tenemos que ser un país económicamente fuerte, para serlo también social y culturalmente, porque lo que ellos te ofertan es superior a lo que tenemos, no se puede negar. ¿Ustedes creen que el bloqueo es puramente porque nacionalizamos sus empresas? Es para destruirnos como país y entonces absorbernos, saben que mediante las acciones militares no es posible, porque hasta la gente más empobrecida de este país coge un arma y lo defiende. Esa es nuestra historia, contra eso no pueden”.

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9 comentarios en Preservar la identidad del cubano

  1. Anexarnos nunca, la ropa sucia siempre habrá que lavarla en casa, nadie tiene derecho a decidir por el futuro de una nación a menos que esté profundamente comprometido, y no es importante si está fuera o dentro de la isla, lo importante es que se sienta la patria y su cultura.
    La identidad del cubano se lleva dentro, la llevamos a todas partes y nos respetamos por ello, igual pasa con nuestras culturas, somos fáciles de identificar por las cualidades que nos caracterizan.
    Emigrar nos llevaría a analizar otros aspectos, fundamentalmente económicos, no de identidad y cuando la Dra. Mildred de la Torre señala ¨Me atrevo a creer que el lector no es real, es un imaginario más de los que apuestan por la tontería de no existir.´ no lo reconozco como “teques” ni agresividad, es sencillamente un llamado a la reflexión para aquellos que piensan en la anexión como solución a nuestros problemas sin pensar en que no es posible por la sencilla razón de que nuestra historia no lo permitió y el presente tampoco lo hará.

  2. Muy importante el criterio de la doctora de la Torre. A mi juicio está haciendo falta que dentro de las políticas culturales que aplica el país, su política educacional y otras, se vea reflejado en toda su extensión acciones para la preservación, desarrollo y consolidación de esa identidad, cultura y valores de «lo cubano». Gracias.

  3. Suena hueca, sin fundamento la afirmación de la doctora sobre el patriotismo de una población obsecada en emigrar.
    Creo que los jóvenes prefieren remar a disparar, coger una balsa a un fusil… Ahora aceptar la realidad que los EE.UU. es un emisor de prosperidad, suena hipócrita tras 56 años de cerril propaganda antiamericana.

    Creo que el único -hoy imposible, evento que haría de Cuba un estado de derecho próspero, sería convertirnos en el estado #51 de la Unión Americana.

    • Se puede ser patriota cubano y no vivir en la Isla. Emigrar no significa que se deje de ser patriota. No todos están deseando emigrar y el que lo ha hecho en su inmensa mayoría ha sido por la asfixia y la miseria que ha provocado el bloqueo del gobierno de los Estados Unidos durante muchos años. La mayoría de los jóvenes hemos preferido defender la Revolución que construimos en unión a los fundadores, no solo en la Isla sino también fuera de ella. En mi país no pocas cosas han fallado y tienen problemas pero todos reconocemos que la Revolución del 1959 nos ha traido la verdadera independencia, la que soñaron los mambises. Ningún pueblo hoy quiere vivir de migajas de ninguna potencia. El estado de derecho próspero lo ha dado la Revolución a todos los cubanos y esa anexión que dices es buena no lo cree ya nadie hoy. Por donde quiera que ha pasado el gobierno de los Estados Unidos ha habido más pobreza, desolación, muerte. La actual crisis mundial se debe a las acciones de ese gobierno. Solo tienes que mirar a tu lado y analiza que el sentimiento antimperialista está no solo en Cuba sino en todo el mundo, por qué? Creo que para los cubanos lo fundamental es preservar la soberanía y la integridad física del país,basada en el ideario independentista herado de nuestros antepasados y en la cultura e identidad cubanas. Hay muchas cosas que cambiar y lo haremos, pero QUEREMOS SEGUIR SIENDO CUBANOS y no norteamericanos a cuyo gobierno lamentablemente los pueblos odian.

    • El lector Reynaldo le contestó como lo puede hacer quien se sienta patriota. A la altura de este tiempo defender el anexionismo denota la más absoluta ignorancia sobre la historia de Cuba y su cultura. Es pensar como parias, los que siempre han existido y no dejarán de existir. Ser un eterno inmigrante en su propio país, es negarse a sí y a todo el universo espiritual. Me atrevo a creer que el lector no es real, es un imaginario más de los que apuestan por la tontería de no existir. Irrespetar la nación y sus valores no puede ser tema de debate.

  4. Ya no saben como dorar la pildora, esta frase pasara a la historia:
    “Los estadounidenses —no estoy hablando de Gobiernos, sino del pueblo—, muy bien identificados por los estudios martianos sobre ese país, nos trajeron progreso, modernidad, laboriosidad y cultura del trabajo. ¿Por qué no rescatar eso en un momento en que el futuro de la nación cubana se tiene que decidir por las relaciones entre los pueblos?»

    • El tono irónico hace pensar en la necesidad del debate sobre el tema. Cuando se afirma con sinceridad que el camino es el del del conocimiento mutuo no se está aludiendo a oportunismos banales sino a una gran ausencia en nuestros vínculos con los norteños. Si se hubiese condenado lo acostumbradamente condenable la lectora hubiese expresado con toda sinceridad que mi frase suena a “teque”, es lamentable que no conozca o desconozca el verdadero sentido de mi mensaje. El aislamiento entre nuestros países respondió a razones políticas, y eso no es descubrir el mediterráneo o el agua tibia, orquestadas por los Estados Unidos. Actuamos como respuesta no como ofensiva. Lo que quiero expresar es que de restablecerse las relaciones, cuestión deseable para todos, lidiaremos con el pueblo norteamericano que apenas conocemos y no con los gobernantes cuyas historias son lamentablemente cercanas a nosotros. Tenemos que redescubrirnos desde nuestros disímiles orígenes e identidades y para ello debemos conocernos. Soy historiadora, no propagandista de “Teques”. Por otra parte, me alegra que la frase seleccionada por la lectora “pase a la historia”. Si ella lo asumió se lo agradezco. También agradecería que singularice su comentario, asumo íntegramente mis respuestas a las periodistas, no hablo por otras personas.

  5. El exilio cubano ha creado en Miami un reservorio de la cultura cubana, una prueba más de nuestros sentimientos independentistas.

  6. Es de agradecer los propositos bien fundamentados de la la Doctora en Ciencias Históricas Mildred de la Torre Molina.

    Seria de interes general que materiales periodistico de estan indole sean mas frecuente y de la atencion del centro de redaccion de TRABAJADOES en el fin de publicarlos.
    La Dra.Torre Molina indica los estudios de Louis Pérez, Rafael Hernández, Tomás Hernández Robaina y Esteban Morales.

    Un saludo cordial

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