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Como nunca, el arte

Foto: René Pérez Massola
Foto: René Pérez Massola

El arte, como nunca, invadió La Habana. En la festividad, sin precedentes  en los 30 años de existencia de la Bienal, participan cerca de 500 creadores cubanos —de las 14  provincias— y más de 45 extranjeros  de todos los continentes, en disímiles espacios de la capital, tanto en muestras oficiales y colaterales,  para devenir megaencuentro con resultados  muy superiores en relación con las  anteriores convocatorias, tanto por  el nivel de las curadurías temáticas,  como por la posibilidad de convertir  a esta cita en plataforma principal de  proyección del arte insular.

Las exposiciones mayores ocupan las áreas del Parque Histórico Militar Morro-Cabaña, donde radica Zona Franca —la  más abarcadora exhibición de arte cubano realizada hasta  ahora—, así como otros proyectos colectivos —también en la muestra central—  como  los titulados Con lentes  de contacto, en la Universidad de las  Artes (ISA);  Entre, Dentro, Fuera,  con artistas cubanos y estadounidenses, en el Pabellón Cuba;  M.O.R, en el Museo Orgánico de Romerillo; el taller interdisciplinario en el barrio de  Colón; y Sur Sud Sul y Montañas con  una esquina rota, en la antigua fábrica de bicicletas, en Línea y 18, con 14 artistas de 11 países.

Numerosos curiosos, críticos, especialistas, curadores y público  en general se reunieron en la Plaza de la Catedral para disfrutar del  performance del artista italiano  Michelangelo Pistoletto, una de las  personalidades más célebres que  nos visitan; mientras que en la tarde de ayer domingo, desde La Punta  hasta el parque Maceo, el Malecón  habanero era un hormiguero. Niños, jóvenes, ancianos disfrutaron  de las múltiples instalaciones ubicadas allí a través del proyecto Detrás del Muro, de Juanito Delgado,  en su segunda edición. En la foto,  una de las propuestas más sonadas  y atractivas de esa exhibición. Se  trata de Resaca, de Arles del Río  (Cuba), quien convirtió un segmento del Malecón (ensenada, entre  Genios y Crespo), en un envidiable  balneario en medio de la inmensa  urbe. Según el joven  creador, con  esta obra pretende manipular el espacio para recrear un ambiente natural que provoque en el espectador  una ilusión surrealista del entorno;  una verdadera utopía, un lugar de  descanso y reflexión.

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