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La sociedad que excluye pierde oportunidades

Por: Alina M. Lotti y Francisco Rodríguez Cruz

Mariela Castro Espín, directora del Cenesex. Foto: René Pérez Massola

Los espacios laborales son de los más vulnerados en cuanto a los derechos de la población LGBTI*. Así lo muestran resultados de trabajo de los servicios jurídicos del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), que desde el 2007 contribuye a esclarecer preocupaciones y a viabilizar situaciones de discriminación.

Esa es la razón por la que este año la jornada educativa por el Día Internacional Contra la Homofobia (17 de mayo) esté orientada a sensibilizar acerca de la importancia de espacios laborales más inclusivos. Sobre el tema, Trabajadores dialogó en exclusiva con la Doctora en Ciencias Sociológicas Mariela Castro Espín, directora del Cenesex.

“La escuela, la familia y el trabajo son los espacios más transgredidos, pero los dos últimos aún más. De ahí que pretendamos hacer un acompañamiento en tales ámbitos. Hoy el número de personas que solicitan ayuda no es representativo de toda la sociedad cubana; para ello habría que hacer un estudio más profundo.

“Pero sí realizamos una especie de monitoreo, pues es preciso tener pistas para conocer por dónde van los problemas y ayudar a las personas que lo necesitan. Hasta ahora la mayoría de los conflictos, al menos los relacionados con la vulnerabilidad en el trabajo, se han solucionado en el nivel administrativo y no han llegado a un proceso judicial”.

Castro Espín subrayó que dentro de la comunidad LGBTI la más afectada es la población transgénero (transexuales y travestis en sentido general); se trata de seres humanos que entran en contradicción con los patrones de género binarios y hegemónicos, históricamente establecidos.

“Por ejemplo, en momentos en que intentan acceder al empleo, o una vez dentro de este, se les comienza a restringir la posibilidad de expresar su sexualidad. Aquí resulta complejo visibilizar la discriminación, pues muchas veces se solapan con cuestionamientos a las competencias profesionales y al nivel cultural, y se usan argumentos estereotipados: ‘mala conducta, se pone un vestidito corto, son personas un poco exageradas’.

“Es verdad, hay quienes son así, pero ahí están las instituciones para ayudarlas, integrarlas socialmente, incorporarlas al estudio, al trabajo, a participar en las diferentes esferas de la sociedad cubana. Y más cuando han sido rechazadas en su seno familiar, el espacio socializador más importante donde, a través de la educación, se reciben valores éticos y humanos”.

En tal sentido, aseguró que la atención a la familia es fundamental, y que cuando esta no se hace cargo, no se responsabiliza con sus hijos e hijas, ancianos, adolescentes o jóvenes, y las personas son rechazadas por su orientación sexual o identidad de género, “las estás alejando y privando de la civilización, de patrones sociales de convivencia, de oportunidades para la vida y la integración social”.

Señaló estar consciente de que existen personas con esas carencias y “por qué no aceptar y establecer que las instituciones ayuden a quienes no tuvieron las mejores oportunidades”.

Comentó que por estos días tuvo la satisfacción de escuchar a una activista transexual, paciente de VIH, con un debut de sida. “Ella nos contó su alegría como ciudadana por la atención que recibió, con cariño y ética, en el hospital clínico docente Joaquín Albarrán, e incluso cómo el jefe de la sala decidió poner en la tablilla su nombre de mujer, aunque todavía no lo lleva de forma legal.

“Sin duda, es un médico sensibilizado, preparado en el tema. Recibir esos mensajes es muy gratificante, porque esta labor no es sencilla, requiere de estudio, investigación, creatividad, trabajo colectivo, facilidades para la participación.

“Realmente, ya encontramos quienes están siendo atendidas con respeto a su dignidad. Eso quiere decir que la sociedad cubana es muy sensible a los temas de derechos humanos y de justicia social, lo cual también es resultado del proceso revolucionario, que ha instituido tales valores”.

A propósito de la jornada, ¿cómo los sindicatos pueden ayudar más en el tema y cuál ha sido el vínculo con la CTC?

Si vamos a hablar de derechos laborales, la CTC es fundamental. Además en la jornada participa como coauspiciadora, junto al Sindicato de la Construcción de Uruguay. El hecho de que trabajen unidos es algo importante, pues esta organización foránea tiene prácticas muy buenas de integración de las personas LGBTI al mundo sindical y laboral. Es ineludible mirar de cerca estas experiencias al igual que la de otros países.

Entre las actividades fundamentales que por estos días desarrollaremos está un espacio académico, el cual efectuaremos el 6 de mayo en la sede de la CTC nacional, con la participación de alrededor de un centenar de líderes sindicales.

En el panel —Por espacios laborales más inclusivos— intervendrán profesionales, activistas cubanos y extranjeros con resultados de investigaciones. Es un paso importante dentro de nuestros objetivos, que es educar en el respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género.

También trabajamos de conjunto con la CTC para capacitar mediante seminarios (este año y el próximo) a dirigentes sindicales y colectivos de trabajo, por supuesto con el apoyo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y, como parte de la estrategia, estamos dando un curso de postgrado a los trabajadores sociales de la capital, ya que necesitan prepararse en el tema.

De la misma manera lo estamos haciendo con representantes del Poder Popular, ahora a nivel de provincia, pues resulta esencial que comprendan la defensa de tales asuntos en los códigos de Trabajo y de Familia; así como que nuestra Constitución contemple en el futuro los derechos por orientación sexual e identidad de género, al igual que otros países de la región.

El Código de Trabajo incluye la no discriminación por orientación sexual, ¿qué importancia jurídica tiene esto?

El hecho de que esto haya salido en la Primera Conferencia del Partido en el 2012 fue un logro importante que pone de manifiesto la madurez de nuestro Partido y de la sociedad. Por lo tanto, como ya se estableció en la política, a partir de ahora los cambios que se hagan en el sistema jurídico cubano deben tener presente ese objetivo. Por eso es coherente que el Código de Trabajo haya contemplado la no discriminación por orientación sexual, aunque lamentablemente no se logró incluir la no discriminación por identidad de género. No obstante, confío en la Asamblea Nacional, en el Partido, en que nuestra sociedad va avanzar al respecto.

En la medida en que sigamos políticas más inclusivas, ¿cómo ello puede influir en la economía del país?

Cuando la sociedad excluye, simplemente pierde el concurso de las personas y, a la vez, ellas pierden oportunidades. Hay fragmentación, segregación; nada más parecido a las políticas neoliberales que solo les interesa privilegiar a determinados grupos. Nosotros inconscientemente no podemos reproducir esos mecanismos, porque lo que se quiere es el bienestar colectivo con la participación de todos.

Como nación, nuestra mayor fortaleza es la cohesión social en torno a determinados valores, pero si los seres humanos no son beneficiados con las políticas que se desarrollan, entonces no se sienten identificados con los principios y proyectos que se llevan a cabo. Es necesario vivir satisfechos, felices, involucrados, con una participación real. Nosotros tratamos de poner sobre la mesa todas esas reflexiones para que la sociedad cubana avance en sus preceptos humanistas.

Y finalmente, ¿por qué se escogió Las Tunas como provincia sede de las actividades centrales en la jornada?

En los últimos años tratamos de privilegiar las provincias orientales, porque son las más alejadas de la capital y allí debemos realizar una labor más intencionada con las instituciones y las comunidades. La jornada se iniciará en La Habana del 5 al 9 de mayo; el 15 estaremos en el municipio tunero de Puerto Padre y el 16 en la cabecera provincial.

En cada uno de los territorios utilizamos sus fortalezas, lo que los caracteriza, sus expresiones artísticas y tradicionales, los espacios académicos más fortalecidos, pero también nos apoyamos en las instituciones del territorio, en el Partido, en el gobierno.

Igualmente, siempre sometemos nuestra propuesta al Ministerio de Salud Pública, y en este caso se aprobó Las Tunas por el buen trabajo que desde hace varios años viene realizando la comisión provincial de educación sexual y los grupos de activistas que se han ido creando que se han ido creando por los derechos sexuales. Por eso preferimos estimularlos y apoyarlos.

* Siglas que designan colectivamente a lesbianas, gais, bisexuales, personas trans e intersex.

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