Tal parecía que Pancracio, el gallo de mi vecina, despertador natural del barrio, sabía que este domingo era un día especial porque cantó fuerte y claro, con más bríos que los acostumbrados, en las primeras horas de la mañana.
A él, que siempre anuncia el amanecer, se le adelantaron Damara, Carlos, Macia y el resto de los integrantes de la mesa electoral de la circunscripción y con ellos los primeros vecinos y los pioneros.
De completo uniforme Luis Daniel se disponía a cumplir el deber, y emocionado dijo: “Mi mamá está en Venezuela, pero yo estoy aquí por ella custodiando las urnas de la patria”.
En espera de que abriera el colegio aguardaban el agente de protección que regresaba de su guardia, el médico que se incorporaba a su deber, la enfermera también; y hasta yo, cámara en mano, para tomar las primeras imágenes.
La bandera tricolor y el escudo presiden el salón, además un busto de José Martí recordándonos que esta es una república “con todos y para el bien de todos”. Se cumplieron los rituales establecidos para iniciar la jornada, esos que demuestran la transparencia de nuestras elecciones y la democracia del proceso electoral cubano, pasó el primer elector, se votaba por Cuba.
Todo fluye con normalidad y conciencia ciudadana, cada cual elige a quien considera tiene las mejores condiciones, el barrio es un trajín. La jornada es de júbilo y patriotismo en Villa Clara.
Material Relacionado
