Icono del sitio Trabajadores

FSM: Bastión del proletariado mundial

Cuba, fundadora, miembro activo y prestigioso de la Federación Sindical Mundial (FSM), tuvo el honroso privilegio de ser, entre el 10 y el 15 de febrero de 1982, la sede de su X Congreso, inaugurado por el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz.

En su vibrante discurso Fidel sentenció:

(…) “defender los intereses de los trabajadores y los pueblos quiere decir mucho en las presentes condiciones. Significa defender su derecho a la vida, al trabajo, al pan, a una existencia con seguridad, dignidad y justicia” (…)

(…) “Para nosotros está claro que no hay, ni puede haber en el momento actual, tarea más urgente e inaplazable que la lucha por la paz y por salvaguarda a la humanidad de la destrucción en un holocausto nuclear. Pero esta batalla, como hemos subrayado en otras ocasiones, está insuperablemente ligada a los pueblos y los trabajadores explotados en favor de condiciones más justas y más equitativas de trabajo (…)

(…) “Por encima de cualquier diferencia filosófica, religiosa o política es mucho más lo que une a los trabajadores que lo que los separa” (…)

La Habana devino capital del movimiento sindical internacional. En la magna cita obrera participaron más de mil delegados, representantes de 269 millones de trabajadores, agrupados en 358 organizaciones sindicales.

Sus resoluciones y acuerdos establecieron su pleno apoyo y solidaridad con el pueblo cubano y convocaron a frenar la ofensiva capitalista e imperialista que pocos años después condujeron a la desintegración de la Unión Soviética y demás países socialistas de Europa del Este, con tan nefastos perjuicios para los trabajadores del mundo.

La clase obrera y sus organizaciones clasistas en todo el orbe se aprestan a celebrar este año el septuagésimo aniversario de la fundación de la FSM, fiel representante y defensora de sus genuinos intereses.

Fundada en París, el 3 de octubre de 1945, tras la derrota del fascismo alemán y el fin de la Segunda Guerra Mundial, la FSM, la más antigua organización sindical internacional, se convirtió desde su nacimiento en un sólido bastión de la clase obrera en la lucha por su emancipación de la explotación capitalista, la voracidad imperialista y por mejorar sus condiciones de vida y trabajo.

Sus fundadores, los dirigentes más representativos del movimiento sindical internacional de la época, la dotaron de principios, objetivos y estatutos que han permanecido vigentes a través de su historia, a pesar de las divisiones en el seno del movimiento promovidas por los agentes al servicio del capital y del imperialismo, los nefastos tiempos de la llamada Guerra Fría y las crisis económicas y financieras mundiales.

En su congreso fundacional, celebrado en el Palacio Chaillot de París, estuvieron representados cerca de 70 millones de trabajadores de 55 países de todo el mundo. Entre los relevantes líderes sindicales democráticos y luchadores antifascistas como Benoit Frachon y Luis Saillant , de Francia; Giuseppe di Vittorio, de Italia; Walter Citrine, de Gran Bretaña; V. Kuznetsov, de la URSS y Vicente Lombardo Toledano, de la Central de Trabajadores de América Latina (CTAL). Se encontraba además el inolvidable Capitán de la Clase Obrera cubana, Lázaro Peña, quien ocuparía después los cargos de secretario, vicepresidente y miembro de su buró y consejo general.

A lo largo de su existencia esta central sindical se ha mantenido a favor de la unidad de los trabajadores y sus sindicatos, y ha permanecido en la primera línea de combate por la conquista y la protección de los derechos laborales frente la inequidad de los patrones capitalistas.

La lucha contra el apartheid, el racismo, el colonialismo, el neocolonialismo y la guerra han sido también irrenunciables objetivos reafirmados en los 26 Congresos, celebrados desde su constitución hasta el presente.

Compartir...
Salir de la versión móvil