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Pase de revista

 

por Caridad Carrobello*

Tanto en la economía de un país como en la vida individual, diciembre se convierte en un mes de recuentos, de mirar atrás y ver qué salió bien, o qué no, para empezar el nuevo año con la perspectiva de un mejor desempeño.

Durante 2014 fueron aprobadas políticas de singular importancia para el sistema empresarial cubano. Recordemos la ampliación y flexibilización de los objetos sociales; la definición del llamado encargo estatal;  la autorización para comercializar  con más facilidades los excedentes  productivos; así como la eliminación de los límites para incrementar  los pagos salariales vinculados a los  resultados, lo cual sin duda deberá  impactar en la productividad del trabajo, un indicador que comienza a incrementarse más que el salario medio  desde hace dos años.

A la actividad productiva y de servicios de la nación, tan necesitada de recursos financieros y de mercados para crecer, le llegó con la Ley de  Inversión Extranjera y las propuestas  contenidas en la Cartera de Oportunidades de Negocio, un  despegue que  se suma a los avances de la Zona Especial de Desarrollo Mariel. En el entorno laboral destacó el crecimiento de la ocupación no estatal. En  el año se autorizó la creación de otras  498 cooperativas, y ya en septiembre las  personas acogidas al trabajo por cuenta  propia llegaban a 476 mil.

En el comercio interno la dualidad monetaria cedió terreno al disponerse que un grupo de tiendas que  solo vendía en CUC, lo hagan también  en CUP. La desaparición definitiva  de la doble circulación de monedas  es una de las medidas más anheladas  por la ciudadanía; pero aún es más  importante para el sector empresarial donde se tendrá que ir ordenando la contabilidad bajo un sistema  monetario único, con el peso cubano  como centro.

La agricultura, por su parte, registró un crecimiento sobre todo en  arroz, frijol y maíz. En este sector se  vienen realizando constantes transformaciones y hay muchas expectatvas para elevar la sustitución de importaciones, sobre todo porque en el  2015 está previsto emplear 2 mil 194  millones de dólares en compras de  alimentos, o sea, gastar 137 millones  más que en el actual año.

En cuanto a las fuentes renovables de energía, crecieron los parques  fotovoltaicos y dan frutos proyectos  eólicos y de generación eléctrica sin  empleo de petróleo. El plan del año 2015, según se conoció en la pasada reunión del Consejo de Ministros, está dirigido a potenciar las reservas internas de eficiencia  en todas las áreas; emplear recursos  para la reanimación de sectores como  la industria manufacturera; crecer en  inversiones en la actividad productiva y de infraestructura; y  mantener  los servicios sociales básicos.

También se fortalecerá el control sobre las ilegalidades en el ejercicio de actividades económicas y en los pagos de impuestos. Asimismo, se extenderá a todos los municipios la posibilidad de que los territorios contribuyan con sus ganancias al desarrollo local.

La visión de mejoría en la economía cubana quedó reflejada en el propósito de alcanzar el año que viene un  PIB ligeramente superior al 4 por ciento. Solo con la participación activa de  los trabajadores se podrá avanzar en  sectores decisivos como la industria  manufacturera, la construcción, el comercio y la agricultura.

Como asegurara el vicepresidente del Gobierno y ministro de  Economía, Marino Murillo Jorge, el  país debe continuar avanzando, aún  con los vientos en contra del bloqueo  norteamericano, las restricciones financieras externas y otros aspectos  desfavorables dentro y fuera del territorio nacional.

Diciembre, con sus recuentos, fiestas y despedidas al año viejo, cerrará una etapa de afianzamientos  fundamentales para que Cuba logre  superiores desempeños económicos e  ir elevando así la calidad de vida de  su población.

*Doctora en Ciencias de la Comunicación

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