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Delegado, ¿de los que ya no vienen?

Foto: Vicente Brito

“Por la integración que hemos logrado aquí optamos por la condición de Consejo Modelo en Funcionamiento”, precisó Giraldo García. Foto: Vicente Brito

 

Podrán muchos lectores descreer la existencia de un delegado que responda a los intereses de sus votantes, pero yo me arrogaré el derecho de definir su quehacer tal como lo percibí, en el lugar in situ. Giraldo García, presidente del Consejo Popular La Yamagua, de Taguasco, no tiene varitas mágicas ni contratos con hadas madrinas, pero lleva 33 años cumpliéndole a su gente: “En estas más de tres décadas como delegado de circunscripción cuando no he tenido los recursos necesarios para solucionar un problema, he buscado a las autoridades competentes para que respondan ante los electores. Siempre les digo: el día que yo les mienta es porque a mi me han mentido antes”, aseguró.

Lejos de lo paradisíaco está el asentamiento, con un camino apenas transitable y la austeridad ya innata en los parajes bucólicos. Sin embargo, el lujo está en la voluntad colectiva, sobre todo en tiempos de individualismo y desidia. No quiere decir que en la Yamagua sea cosa de quejarse y resolver en un santiamén, pero, al menos, los pobladores viven sin planteamientos elevados hasta los celajes y conscientes de las posibilidades reales de solución.

Todos para uno…

Muchas veces la falta de respaldo material o de atención han sumido en el descrédito a esos representantes del pueblo. Incluso, podrán existir ciudadanos para los que esta figura sea sinónimo de anonimato, pero, en La Yamagua, Giraldo no conseguiría pasar desapercibido ni a fuerza de disfraz.

“Todo el mundo aquí sabe que puede contar con el presidente. Además, na´ más que él nos reúne porque necesita ayuda pa´ mejorar el poblado y lo seguimos sin pensarlo”, aseguró Eddy Alpajón, uno de los que construyó las puertas y ventanas de madera visibles en la bodega del asentamiento.

La participación popular se ha revertido en la limpieza de solares yermos, el arreglo de las cercas, el cambio de techos en las escuelas, la pintura de los distintos locales, la reconstrucción íntegra del sector de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y otro tipo de trabajos que pueden remediar dificultades de manera inmediata.

Los pobladores tienen acceso a diversos productos en las tiendas de comercio. Foto: Vicente Brito

 

“De los 139 planteamientos que salieron en el pasado proceso de rendición de cuentas, solo tres quedaron en manos administrativas, los demás podemos erradicarlos nosotros mismos y para ello tengo todo el apoyo de mi gente.

“Entre las cuestiones que trascienden mis manos está la poda de un pino que puede caer y causar un accidente, la reparación del vial y las molestias ocasionadas por la falta de agua corriente en una antigua laguna de oxidación en la que descargan tres fosas colectivas. La OBE y Acueducto ya se comprometieron a resolver los asuntos pendientes y a partir de enero iniciará el arreglo del camino de Taguasco a La Rana, pues este mes se renovará la carretera de La Rana-La amistad”, precisó Giraldo García.

Desandar la arteria maltrecha que atraviesa La Yamagua junto al delegado-presidente supone un saludo a cada paso; desde la montura del caballo, la sombra de un techo de guano y las jerigonzas de cuatro o cinco vecinos detenidos en la guardarraya se escucha: ¡Eyyy! ¡Giraldo! ¡Adiós! ¡Compay!…

Contra vientos y mareas

Las plazas de maestros cubiertas, garantías de atención a la salud, ferias de servicios en las distintas comunidades, abastecimiento en las tiendas de comercio, opciones recreativas en los círculos sociales existentes y la disminución de delitos relacionados con el ganado mayor devienen logros de un poblado que Giraldo García define tranquilo y emprendedor.

Aunque si de conquistas hablamos, ninguna como la edificación del parquecito infantil: “Esa demanda venía desde el 2006, pero la falta de recursos no me dejaba avanzar. Todo ese tiempo estuve dándole razones a la gente para que no perdieran la confianza; hasta que al fin me asignaron los medios, todos nos volcamos hacia la construcción de ese espacio para los más pequeños y ahí está”, contó el experimentado representante.

Conocido entre sus homólogos como la “carpeta metodológica” por el cúmulo de saberes que le llegaron por oficio, a Giraldo no lo han detenido ni dos infartos ni la operación a corazón abierto. Reivindicar a sus coterráneos será siempre la mejor terapia.

El sector de la PNR fue construido por el pueblo. Foto: Vicente Brito

 

Aunque no pueda andar largas distancias o abusar de su condición física, quienes le rodean hacen más fácil la cotidianidad. En la memoria de la gente laten acciones como aquel gesto de luchar cuando un incendio redujera la vivienda de Marta Rojas o Esperanza Crespo consiguiera el subsidio para una casa digna. Razones como esas aumentan la pasión por el trabajo y le hicieron volver cuando la “bomba” amenazó su vida: “Todavía con el esparadrapo en el pecho regresé a las funciones, siempre a merced de mi gente”.

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