Son numerosas las investigaciones que, a lo largo del último medio siglo, han abordado, desde diversos ángulos y perspectivas, un suceso que desestabilizó el equilibrio estratégico entre las dos grandes potencias de la época –la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos de América— y que tuvo a Cuba como escenario principal del conflicto.
A esa extensa bibliografía se incorpora ahora Crisis de Octubre: a las puertas de la guerra nuclear (Editora Política, 2014, 174 pp), una selección de textos, preparada por Yenny Helguera y Leydis Balbuena, que propone un repaso, a partir de materiales de diverso origen, de aquellos difíciles días del décimo mes del año 1962.
Estructurado en cuatro capítulos, en este libro se incluyen fragmentos de las obras En el ojo de la tormenta, del entonces embajador cubano en Naciones Unidas, Carlos Lechuga; Octubre de 1962: a un paso del holocausto, del investigador Tomás Diez Acosta; así como fragmentos de las entrevistas concedidas por el Comandante en Jefe a María Shriver y a Ignacio Ramonet.
Aparecen en este volumen, igualmente, discursos, comparecencias e intervenciones del líder histórico de la Revolución Cubana acerca del tema y, a manera de anexos, las cartas intercambiadas entre Fidel Castro y Nikita Jruschov, primer ministro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, sobre el conflicto.
En uno de esos discursos, pronunciado el 29 de octubre de 1992, en la Asamblea Nacional del Poder Popular, Fidel esclarecía:
Los que vivimos de cerca aquellos días, y una parte de ustedes los vivieron, podemos recordar qué difícil prueba fue aquella y con qué valentía la afrontó nuestro pueblo, puesto que no recuerdo haber visto a nadie con miedo; es algo verdaderamente increíble no haber visto a un solo ciudadano con miedo, no haber escuchado a un solo ciudadano expresar temor, y estaba el pueblo, cientos de miles de gente movilizada. Sin embargo, también somos testigos de qué enorme amargura produjo aquella solución en que se hacen concesiones prácticamente incondicionales de retirar los proyectiles estratégicos de Cuba.
Nosotros, que estábamos en el máximo peligro, que estábamos en la primera línea de combate, jamás habríamos propuesto semejantes fórmulas, extrañas fórmulas, precipitadas, como aquella asociación de los proyectiles estratégicos de aquí con los de Turquía –qué tenían que ver los objetivos de los proyectiles en Cuba con los proyectiles de Turquía— y aquella cosa extraña de retirar los proyectiles bajo promesa de no invadir a Cuba y, además de eso, bajo inspección de Naciones Unidas.
Hay que ver qué actitud de dignidad, de honor y de valentía adoptó nuestro pueblo en aquellos momentos, cuando lanzamos la consigna de los Cinco Puntos y cuando dijimos, clara y terminantemente, que a este país no lo inspeccionaba nadie. Fuimos capaces de soportar aquella situación, aquel drama, aquel golpe.
Este libro, según sus compiladoras, “pretende ilustrar las causas, consecuencias y repercusión de un suceso histórico que hizo tan difíciles y definitorios aquellos días, así como cuál fue la actitud asumida por nuestros líderes para defender las conquistas alcanzadas por el pueblo cubano hasta ese momento”.
La lectura de Crisis de Octubre: a las puertas de la guerra nuclear se convierte en referencia obligada para quienes aspiren a conocer sobre un acontecimiento imprescindible de la Revolución Cubana. Un libro, también, que permite entender, valorar, apreciar, en una mayor dimensión, la propia historia de la nación cubana.
