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El medio siglo y el cambio

Un desarrollo notable en la oleohidráulica ha logrado el colectivo de la empresa José Gregorio Martínez. Foto: Modesto Gutiérrez, AIN.
Un desarrollo notable en la oleohidráulica ha logrado el colectivo de la empresa José Gregorio Martínez. Foto: Modesto Gutiérrez, AIN.

Gilberto Soto Meneses salió de la fábrica de elementos oleohidráulicos de Cienfuegos con los documentos que certificaban su jubilación en la mano. Se detuvo, miró hacia atrás y se preguntó a sí mismo: “¿Cómo irme, si esta es mi casa, si estoy aquí desde que se fundó?” Ese fue el momento exacto del pacto definitivo.

 

Al otro día, a la hora de entrada, estaba allí de nuevo. “Jubilado, pero no retirado”, le dijo a sus compañeros. Y desde entonces no ha dejado de estar presente, sin percibir remuneración alguna. Esos hierros que conforman la maquinaria de los talleres están también muy dentro de su alma, de su ser.

 

“Llegué aquí jovencito, cuando todo empezaba. La idea del Che fue hacer motores de compresión interna y compresores de 8 y 18 caballos de fuerza. Del extranjero venía el block, los inyectores, las anillas…, pero todo lo demás se fabricaba aquí”, recuerda Gilberto.

 

“Con el paso del tiempo todo fue cambiando y pasamos a la producción de elementos oleohidráulicos, fundamentalmente para equipos de la cosecha cañera y agrícolas. Hemos tenido que inventar mucho para que la maquinaria se mantuviera siempre activa. Yo hice unas cuantas y fui estimulado varias veces.

 

“Me siento orgulloso de formar parte de este colectivo disciplinado, emprendedor, responsable… Trabajando aún estamos dos fundadores: yo, que como le dije ya estoy jubilado, pero no retirado, y Mario Bagatín, que está activo todavía y también es un innovador destacado.

 

“¿Por qué estoy aún aquí? A mi decisión yo le llamo sentido de pertenencia”, apuntó.

 

Resultados ascendentes

 

La hoy empresa oleohidráulica José Gregorio Martínez fue la primera fábrica construida en el territorio cienfueguero después del triunfo de la Revolución. Aún algunos recuerdan la visita del Comandante Ernesto Che Guevara mientras se realizaba el montaje del equipamiento tecnológico, procedente de la entonces República Democrática Alemana (RDA).

 

Actualmente tiene a un joven director general: Lizandre Hernández Viera. Al referirse a la celebración del aniversario 50 de la inauguración de la planta, efectuado recientemente, resalta sobre todo, los favorables resultados ascendentes en las producciones y la incorporación de nuevas líneas para contribuir al funcionamiento estable de no pocos equipos y sustituir importaciones.

 

“Las ventas (promedio) históricas han estado por el millón 600 mil pesos anuales. Sin embargo, este año cerraremos con no menos de 6 millones y está previsto crecer aún más en el 2015”, explica.

 

Agrega que fabrican los cilindros, mangueras y gatos (de botella) hidráulicos, con una gama amplia en cuanto a variedad y otros elementos técnicos. Suministran a numerosos sectores de la economía, principalmente al azucarero y al agrícola.

“Entre los objetivos inmediatos está el proceso de modernización del equipamiento. Tenemos ya montados y en funcionamiento dos tornos de control mecánico e incorporaremos otros cuatro y una fresadora moderna. Con esa tecnología se aumentará la capacidad instalada y la calidad de los productos terminados; será menor la posibilidad de cometer errores humanos, mejoraremos el uso de la fuerza laboral con el establecimiento de tres turnos de trabajo y elevaremos el ahorro”, señala.

Ese programa incluye también fabricar mangueras y cilindros destinados a equipos de la construcción, instalar una prensa para reciclar metales no ferrosos y producir máquinas “ponedoras” de bloques de hormigón.

Considera el director general que el legado del Che constituye un alto compromiso para el colectivo, sobre todo en cuanto a la planificación, el control, la calidad, la atención al hombre y los demás aspectos que conforman su pensamiento económico.

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