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Teatro mambí para niños

Es ya práctica habitual, en el mundo editorial cubano contemporáneo, la publicación de libros con piezas para la escena. De ahí que, igualmente, se haya creado un público lector, no especializado en el universo de las tablas, que se interesa en encontrar, en esas obras, nuevas propuestas que contribuyan a enriquecer su cultura.

Son numerosos los títulos que, a cargo de sellos editoriales nacionales y territoriales, se incorporan al catálogo dedicado al teatro, tanto escrito para adultos como para niños y jóvenes, tanto de creadores cubanos como de dramaturgos de otras latitudes del mundo, tanto con piezas clásicas como con novedosas y experimentales propuestas.

Teatro mambí para niños (Editorial Gente Nueva, Colección Juvenil, 2013, 104 pp) es uno de esos libros que permite conocer esos textos que sus autores concibieron, originalmente, no para ser leídos, sino para ser llevados a un escenario, representados por actores y acompañados del sortilegio y el encanto que encierra el arte escénico.

El maestro Armando Morales, figura imprescindible de la escena titiritera insular, se encarga de la selección, prólogo y notas de este volumen, en que reúne tres obras de tres creadores que se han dedicado, entre otras acciones culturales a lo largo de sus vidas profesionales, a escribir teatro para los pequeños: Francisco Garzón Céspedes, Ignacio Gutiérrez y Manuel Villabella.

El texto “El pequeño buscador de nidos”, de la autoría del dramaturgo Francisco Garzón Céspedes, obra en un prólogo y cinco cuadros, para ser representada a la vez e indistintamente por actores y muñecos y perteneciente a la trilogía titulada Un niño de la Patria, sirve para abrir esta entrega.

Hermosa pieza en que el también poeta, periodista, ensayista, crítico, narrador oral escénico y creador del movimiento iberoamericano de ese arte, recrea una historia que evidencia la valentía, el arrojo y la decisión de un niño por colaborar con las tropas mambisas en la lucha por la libertad de la patria amada.

Del dramaturgo, profesor y director Ignacio Gutiérrez se incluye en esta selección “El mambisito”, obra en cuatro cuadros que, asimismo, desarrolla su acción en los combativos días en que los cubanos, a fines del siglo XIX, luchan, con las armas, por la independencia de la mayor de Las Antillas.

Esta pieza se inscribe en la producción para la escena de este creador, autor, entre otras obras, de Los tres pavos reales, Viaje a las Galaxias y La doncella y el minotauro, para niños y jóvenes, así como de Pato Macho, La casa del marinero y Llévame a la pelota, para el espectador adulto.

Para cerrar Teatro mambí para niños, Armando Morales presenta otra propuesta que, desde una mirada diferente, también se acerca al tema que centra la atención de estas páginas: el tratamiento dado, por la dramaturgia insular dirigida a la niñez y la juventud, a ese período imprescindible de la historia dela nación cubana.

“Aventuras de mambisitos”, pieza en siete cuadros, del dramaturgo, narrador, ensayista y director escénico Manuel Villabella, cuenta otra historia, igualmente marcada por el heroísmo y el amor a la patria, que desarrolla su trama en la manigua y que, de igual forma, es protagonizada por niños decididos a no continuar bajo el yugo colonial.

No se equivoca, en realidad, el actor titiritero, diseñador, director artístico, pintor, profesor e investigador Armando Morales cuando, en “Jugando hacemos teatro” –el breve texto que, a manera de prólogo, sirve de introducción a Teatro mambí para niños—, asegura que “estas tres piezas esperan por los lectores y por su representación”.

Mientas llegue ese momento en que historias y personajes cobren vida en la escena, en ese juego mágico que es sierre hacer y ver teatro, esta selección que Armando Morales incorpora al cátalo editorial de la isla, Teatro mambí para niños, se convierte en lectura agradecida para quienes aspiran al conocimiento y al disfrute que siempre se atesoran en las páginas de un buen libro.

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