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Unión Europea mantiene sanciones a Rusia

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El Comité de Representantes Permanentes de los Estados Miembros de la Unión Europea (UE), en reunión para evaluar la aplicación del acuerdo de alto el fuego de Minsk y el plan de paz en Ucrania, el 30 de septiembre en Bruselas, decidió mantener las sanciones contra Rusia a quien piden la retirada de los “militares rusos” del sureste de Ucrania así como de Crimea. Mientras tanto, Rusia considera que Crimea forma parte de su territorio y recuerda que no hay tropas rusas en Ucrania.

Desde marzo, la UE ha aprobado nueve paquetes de sanciones contra Moscú relacionadas con la crisis ucraniana, que incluyen restricciones personales para 119 individuos y 23 entidades jurídicas, también medidas contra sectores de energía, finanzas y defensa. Según el Consejo Europeo, si se cumple la tregua, las medidas pueden ser modificadas. Australia y Japón también impusieron sanciones que afectan la industria petrolera y de defensa de Rusia.

A principios de agosto, Rusia respondió con sanciones a la UE y Estados Unidos. Los daños a los pequeños negocios europeos causados por el efecto bumerán de las sanciones contra Moscú, ya se notan en la producción agrícola, en el sector industrial y el de servicios.

Finlandia está preocupada por las sanciones contra Moscú, ya que un 25 % de sus exportaciones de alimentos tienen como destino el mercado ruso. Eslovaquia, las calificó como «contraproducentes» y declaró que se queda con el derecho de vetar las que dañen a los intereses nacionales de su país. En contra de éstas también se pronunciaron Hungría y República Checa. La prohibición rusa a las importaciones agrícolas desde la UE ha tenido graves consecuencias financieras para los productores de Cataluña, España.

Edimburgo, la capital de Escocia, apoya las penas europeas contra Moscú, sin embargo exporta alimentos y bebidas por un total de 73 millones de dólares anuales. Miles de empleos en plantas procesadoras de pescado de esa nación pueden verse afectadas, pues Rusia importa unos 27,6 millones de dólares de estas producciones.

Los agricultores de la provincia italiana de Venecia, también denuncian las pérdidas sufridas por no poder vender parte de su producción al mercado ruso. La industria procesadora de Alemania se redujo, y en estados como Brandeburgo, Sajonia y Baviera, las sanciones provocarán una economía más lenta y un desempleo más alto.

Las sanciones occidentales contra el sector ruso de la energía están dañando los intereses de gigantes internacionales del petróleo y gas, que se ven obligados a abandonar el mercado ruso y a suspender proyectos, como sucedió a la estadounidense ExxonMobil tras el hallazgo de un importante yacimiento en el mar de Kara.

La canciller alemana, Angela Merkel, aboga por mantener vínculos energéticos con Rusia, país que suministra un tercio del petróleo y gas que reciben los países de la UE. Letonia, Lituania, Estonia, Finlandia, Bulgaria y Chequia reciben el 100% de sus importaciones de gas desde Rusia. Para Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Austria, Polonia y Grecia la proporción es del 50%. El bloque económico ha buscado la forma de no depender de Moscú, pero, por el momento, no tiene opción. No obstante, aunque Moscú asegura que cumplirá sus compromisos, el 40 % del gas pasa por Ucrania.

Por su parte, el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, ha declarado que la zona de libre comercio entre su país y la UE entra en vigor el próximo 1 de noviembre, contrariamente a lo acordado por Bruselas, Kiev y Moscú, el pasado 12 de septiembre, de aplazar la fecha hasta el 1 de enero de 2016. A lo que el Kremlin agregó que si se viola lo pactado, Moscú podría aplicar medidas de respuesta.

Mientras tanto, El presidente ruso, Vladímir Putin, busca impulsar la cooperación con otras regiones del mundo.

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