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¡Polonia de vuelta… tardó 40 años!

Festejo polaco en Katowice.
Festejo polaco en Katowice.

Brasil parece endemoniado, embrujado, castigado. Su generación de oro se ha ido marchado poco a poco, pero la actual sigue mostrando clase, talento, fuerza. Sin embargo, no gana.

Este domingo, en la finalísima del XVIII Campeonato Mundial de Voleibol, en una atestada sala Spodek, de Katowice, los chicos de Bernardo Rezende comenzaron como una tromba (25-18) y casi silenciaron a los miles de fanáticos reunidos en la instalación.

Luego siguieron rindiendo a gran altura, tirados por Wallace de Souza (18 puntos), Ricardo Lucarelli (18) y Lucas Saatkamp (15), pero en las postrimerías de los siguientes tres sets (22-25, 23-25, 22-25) fallaron en el servicio y el complejo uno de manera casi imperdonable. Les faltó cierre, definición, por instantes merodearon los nervios y faltó la figura clave que marcara una y otra vez.

Polonia comenzó sin suficiente “grasa”, quizás presionado por una afición delirante y por los deseos de reinar cuarenta años después de la histórica victoria lograda en México 1974. Las estadísticas dicen que su rendimiento fue muy similar al de la verdeamarilla, incluso inferior en varios indicadores (ataque, bloqueo, defensa), pero la diferencia estuvo en la calidad del servicio, la menor cantidad de errores cometidos, y sobre todo en la actitud de los jugadores. Indudablemente hubo ansias de victoria y claros líderes en Mateusz Mika (22), Mariusz Wlazly (14) y Michal Winiarski (13).

La victoria polaca canceló la aspiración brasileña de convertirse en el primer país capaz de ganar cuatro mundiales consecutivos (2002, 2006, 2010). Y también amplió el maleficio de nadar y nadar para morir en la orilla. Les recuerdo que Rezende y sus muchachos han visto escapar de entre las manos las finales ligueras del 2011, 2013 y 2014, la olímpica de Londres 2012 y la universal de este domingo, posiblemente tan dolorosa como el trágico apagón británico. El consuelo es que siguen en la élite, contra viento y marea.

Alemania se llevó la medalla de bronce sometiendo a Francia en tres parciales (25-21, 26-24, 25-23), y Rusia ancló en el quinto escaño con sonrisa sobre Irán por 25-19, 25-21 y 25-18.

El próximo capítulo de esta historia acontecerá dentro de cuatro años.

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