Una de las provincias con mejores dividendos en la primera serie nacional de béisbol para peloteros hasta 23 años es, sin duda, Santiago de Cuba, gane o no el campeonato. Haber sido el equipo más estable y ganador en la primera fase (18 victorias), el de mejor cuerpo de pitcheo (2,54 pcl) y el primer clasificado a la semifinal ha permitido soltar la pregunta a más de uno: ¿apareció por fin el relevo de la Aplanadora?
Recordemos que así le decían hacia finales de la década de los noventa el principal equipo de esa provincia en nuestras Serie Nacionales, cuando hilvanó tres coronas en línea (1999-2001). Luego, otro conjunto y otra generación de jugadores, igual de talentosos y triunfadores, mantuvo ese calificativo al dominar tres de los cuatro campeonatos nacionales entre 2005 y 2008.
Por eso resulta estimulante ver este renacer, este nuevo grupo que pronto comienza a llevar al aficionado perdido a su estadio Guillermón Moncada. Muchachos como Norberto Castellanos, Aníbal Sierra, José Silveira y el más conocido Luis Yander la O han tomado la batuta con el madero, mientras Ulfrido García, Edialbert Valetín y Alaín Delá son los brazos líderes desde la lomita.
Por supuesto, el hecho de que algunos de ellos hayan pasado antes por la temporada mayor de la pelota cubana ha sido provechoso para los resultados de hoy; al tiempo que se demuestra la importancia de no violentar etapas en el rendimiento deportivo.
Es cierto que su grupo clasificatorio fue un paseo con seis derrotas frente a 18 éxitos, pero lo que poco se dice es que en esos triunfos hubo muchas jugadas de corrido y bateo, robos de bases, excelente promedio de ocho ponches y menos de tres boletos por nueve entradas, así como mucha disciplina, todo bajo las órdenes de Alberto Aguilera.
¿Ganarán las nuevas Avispas santiagueras este torneo de estreno? ¿Podrán “aplastar” en la semifinal y final al resto de los conjuntos? Ocurra o no, para la provincia indómita el objetivo de este certamen ha sido sobrecumplido.
