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Tony Ávila bajo el calor camagüeyano

Foto: Leandro Armando Pérez Pérez
Foto: Leandro Armando Pérez Pérez

El calor hacía de las suyas. Los camagüeyanos se mantenían en sus hogares sin deseos de salir. El lobby del teatro Principal de la ciudad de Camagüey continuaba vacío. Pero cuando las campanas anunciaron el comienzo del concierto de Tony Ávila, las sillas se llenaron y el calor aumentó con su presencia, con su guitarra y su esencia tan cumbanchera que gusta a todos.

Tony llegó a estas tierras gracias a una gira nacional, pero no era la primera vez, ya había venido antes y había formado una familia, de esa que se hace con trozos de amigos que te siguen, no importa a donde, y que se han convertido en sus hombres del puesto de mando que le susurran como andan los gustos.

Dijo que vino a medir el pulso de sus canciones en una plaza cultural que le asegura de buena tinta como anda. Dijo, sin haberse ido aún, que volvería porque le gusta esta tierra llena de gente que le da ánimo para seguir y se convierten en cómplices de sus letras.

Aunque la clásica entrevista con la prensa no se pudo concertar, sus sensaciones se sintieron en cada una de las canciones, viejas, clásicas o recién nacidas, que regaló; sus palabras no hacían falta.

Las dos horas se quedaron cortas para los deseos colectivos de escuchar temas como Las Nubes o Balsero, pero los presentes le agradecieron con aplausos y acompañamientos corales los adelantos de Cubas y Cascarilla, temas de su última cosecha, que darán de que hablar.

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