Hace ya un buen tiempo, en un intrincado cafetal, en el lomerío del guantanamero municipio de Maisí, la conocí; delgada, muy delgada, vestía pantalón y camisa de trabajo, calzaba unas pequeñas botas, mientras que una pañoleta y una gorra cubrían su cabeza.
En una mano el morral casi lleno del grano, en la otra ese cigarro que le acompaña desde los 15 años, a pesar de saber lo dañino que resulta, y de intentar dejarlo sin éxito en varias ocasiones.
No podía imaginar este reportero que varios años después tendría el placer de trabajar a su lado y conocer de su responsabilidad en el cumplimiento de cualquier tarea que le asigne la administración, el buró sindical o el núcleo del Partido.
Su nombre es Marianela Delgado Díaz, y su historia puede parecer tan sencilla y común como la de muchas guantanameras. Tiene 51 años, casada, con tres hijos (una hembra y dos varones), quienes hasta ahora le han regalado tres nietos.
En 1985, con solo 20 años, comenzó su vida laboral en la sede de la Asamblea Provincial del Poder Popular de Guantánamo. “Desde entonces me mantengo en este centro, donde trabajé como auxiliar de servicios, recepcionista, operadora de la pizarra telefónica y custodio. Acá me hice militante de la UJC, y luego del Partido, en este lugar crecieron mis hijos y me formé como trabajadora”.
¿Cómo es esa historia de que renunciaste a ser operadora de la pizarra telefónica para ser custodio?
“Desde hace más de 20 años no he dejado de participar en cuantos llamados para las zafras del café y la caña se hicieran. Sucede que en la plaza de operadora de la pizarra esto se complicaba, al no poder liberarme. Fue entonces cuando le solicité a la administración que me cambiaran para custodio, y así poder estar en los períodos de movilizaciones”.
Sin ser del campo tienes una gran productividad, tanto recogiendo café como cortando caña.
En las zafras siempre tuve buenos resultados tanto en el café como en la caña. Durante varias campañas formé parte del pelotón Las Marianas, integrado por mujeres destacadas, todas de origen campesino. Hace algunos años soy la única mujer de la brigada de macheteros del Sindicato de la Administración Pública, y he logrado cortar más de 200 arrobas por jornada”.
Eres muy exigente con la formación de tus hijos.
“Solo les exijo ser responsables con el trabajo, desde que eran niños, tanto a mi esposo como a ellos me los llevaba cuando era posible para los cañaverales o cafetales para que dieran su aporte, ahora eso hago con los nietos”.
Vanguardia nacional durante más de 10 años, reconocida con la medalla Proeza Laboral y la distinción 23 de Agosto, así como otros reconocimientos, Marianela será una de las miles de cubanas que, con la satisfacción de dar su aporte al desarrollo del país, arriban a este 23 de agosto a conmemorar la fundación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que tendrá su acto nacional en la provincia de Guantánamo.
