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Murió Robin Williams, una de las mejores sonrisas del mundo

robin williams smile

por Jaime González

El intérprete de 63 años, ganador de un Oscar al mejor actor secundario en 1998 por la película «Good Will Hunting», era muy apreciado por sus compañeros de profesión en la meca del cine.

En sus más de tres décadas de carrera se había labrado la reputación de ser un «niño grande» con mucho talento para la improvisación y la gestualidad que conseguía hacer reír casi sin proponérselo.

Pero tras la genial vena cómica del intérprete de grandes éxitos internacionales como «El Club de los Poetas Muertos», «Señora Doubtfire» o «Aladín», se escondía un hombre que había batallado durante años contra la depresión y la adicción a las drogas y al alcohol, un asunto del que Williams había hablado abiertamente en numerosas ocasiones.

Antes de su muerte, el actor había pasado varias semanas internado en un centro de rehabilitación, aunque según su representante la estancia no tenía que ver con sus adicciones pasadas.

De los escenarios a la televisión

Robin Williams nació en 1951 en Chicago en el seno de una familia acomodada y se crió en el suburbio de Detroit de Bloomfield Hills, en Michigan, y en el condado de Marin, en California.

Pese a que antes de dedicarse a la interpretación empezó a estudiar ciencias políticas, sus dotes para la improvisación y la comedia hicieron que acabara por decantarse por la carrera de actor.

Estudió en la prestigiosa Julliard School de Nueva York, donde conoció al fallecido Christopher Reeve, con el que entablaría una sólida amistad que se prolongaría hasta la muerte del protagonista de «Superman» en 2004.

Según contó Reeves en una ocasión, la primera persona que le hizo reír tras quedar parapléjico al caerse de un caballo fue Robin Williams, cuando este le visitó en el hospital haciéndose pasar por un doctor ruso que quería practicarle una colonoscopia.

Antes de hacerse un nombre en la televisión a fines de los años 70, Williams se curtió sobre los escenarios de los clubes de comedia de Los Ángeles.

Su salto a la fama se produjo gracias a la serie «Mork & Mindy», en la que interpretaba a un extraterrestre al que le costaba adaptarse a la vida en la Tierra.

Entre sus primeros papeles en el cine se encuentran la película de Robert Altman de 1980 «Popeye», en la que encarnaba al famoso marinero adicto a las espinacas, y la adaptación de 1982 de la novela de John Irving «El Mundo Según Garp».

En esos años, su trabajo en Hollywood lo alternó con sus monólogos cómicos sobre los escenarios en los que demostró una y otra vez su inagotable capacidad de improvisación a través de la asociación libre de ideas.

Camino al Oscar

Su primer gran rol en la gran pantalla fue en la película de 1987 «Good Morning, Vietnam», de Barry Levinson, en la que daba vida a un locutor de radio de la fuerza aérea de EE.UU. y que le supuso su primera nominación al Oscar.

Después, en 1989 llegaría «El Club de los Poetas Muertos», de Peter Weir, en la que encarnaba a un heterodoxo profesor de un internado, con la que volvería a optar al Oscar.

Dos años después la Academia de Hollywoold lo reconocería de nuevo con una nominación por «El Rey Pescador», del británico Terry Gilliam, en la que interpretaba a un vagabundo cuya vida ha estado marcada por la tragedia.

En 1991 Steven Spielberg le dio el papel de un Peter Pan insatisfecho en «Hook» y un año más tarde Williams le puso voz al genio de la película de Disney «Aladín», que fue uno de sus mayores éxitos comerciales.

La versatilidad de Williams quedó demostrada en roles como el de «Despertares» (1990), en la que interpretaba a un médico que busca a una cura para un grupo de pacientes con una extraña enfermedad neurológica, o «Señora Doubtfire», la popular comedia de 1993 en la mostró sus dotes para el travestismo.

El Oscar le llegó finalmente en 1997 con su cuarta nominación, la primera como secundario, gracias al papel del psiquiatra en «Good Will Hunting», de Gus Van Sant.

Otros premios

A la preciada estatuilla dorada, sumaría a lo largo de su carrera seis Globos de Oro y dos Emmy.

Según los entendidos, desde que ganó el Oscar no volvió a conseguir un gran rol a la altura de su talento, si bien participó en películas notables como «Insomnia» de Christopher Nolan o grandes éxitos comerciales como «Noche en el Museo» o la película de animación «Happy Feet».

En 2011 regresa a Broadway con la obra «Bengal Tiger at the Baghdad Zoo» y en 2013 participó en la serie del canal CBS «The Crazy Ones», que acabó siendo cancelada tras una temporada.

En los últimos meses se había hablado que estaba preparándose para participar en una segunda parte de la cinta de Chris Columbus «Señora Doubtfire».

«Es una noticia muy triste. Era una persona que parecía estar siempre de buen humor y saber que ha muerto joven y en estas circunstancias es terrible», asegura en conversación con BBC Mundo Brian Lowry, columnista de la revista Variety.

«Era considerado uno de los mejores cómicos de improvisación de la historia. No sólo lo demostró al principio de su carrera con la serie ‘Mork & Mindy’, sino que luego le sirvió para labrarse una exitosa carrera en el cine de comedia», señala Lowry.

Según el columnista de Variety, pese a que Williams siempre regresaba a la comedia, «demostró a lo largo de los años que era mucho más que un cómico y que tenía un gran talento para el drama».

«No hay duda de que se notaba que disfrutaba con lo que hacía. Y no sólo cuando actuaba. Cuando aparecía en entrevistas en la televisión era tan entretenido que los presentadores podían permanecer callados mientras él solo montaba el espectáculo. Cuando empezaba no había manera de pararlo».

«Era tan efusivo y alegre que es terrible que haya muerto de esta manera», apunta Lowry.

Dana Harris, editora de la publicación especializada en cine Indiewire, asegura que pese a que «a lo largo de los años Williams había hablado abiertamente sobre su depresión y sus adicciones, nadie podía esperar que esto sucediera».

«Fue un actor que, como pocos, logró triunfar tanto en la televisión como en el cine, haciendo papeles cómicos y dramáticos. Era un intérprete muy honesto y eso se notaba en todo lo que hacía», señala Harris en conversación con BBC Mundo.

Habrá que esperar unos días a que las autoridades californianas hagan públicos los resultados de la autopsia que se le practicará al cuerpo de Williams, a quien le sobrevive su tercera esposa, Susan Schneider, y los tres hijos de sus matrimonios previos.

(Tomado de BBC Mundo)

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