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El frijol caupí es muy resistente a las elevadas temperaturas, al ataque de plagas y la sequía, y por eso es un cultivo de elección para la etapa veraniega, sobre todo en el oriente cubano, donde existe costumbre de consumirlo.
En esta parte del territorio nacional hay tradición de sembrar carita, como más se le conoce por el color blanco y cejilla negra que presenta el grano de la variedad más conocida, el cual se emplea en la alimentación, tanto humana como animal.
Si a esto agregamos que el precio de compra a los cosecheros se elevó este año a 500 pesos el quintal, no resulta extraño que haya ocurrido un considerable incremento en los niveles de producción, el cual ha puesto en apuros a cosecheros y comerciantes.
En la provincia de Holguín, una de las más importantes productoras, se había pronosticado inicialmente recoger mil 100 toneladas de caupí en el 2014, pero como se sembró más de lo estipulado, se debe llegar a las mil 836 toneladas.
Este sobrecumplimiento de 736 toneladas ha sometido a una fuerte presión el sistema de acopio y comercialización de este territorio, cuyas capacidades de transportación y almacenamiento son limitadas.
El subdirector comercial de la Empresa Provincial de Acopio, Reynaldo Peña, confirmó que aunque se está cosechando y vendiendo, las existencias en el campo superan las cifras contratadas y eso constituye un riesgo para este tipo de frijol, el cual debe consumirse fresco para evitar el ataque de plagas y la pérdida de sus cualidades gustativas.
“Nosotros, abundó, compramos el caupí a cinco pesos la libra y lo vendemos a siete en nuestra red de mercados, pero la salida es lenta, porque compite con el phaseulos (negro, colorado y bayo), de superiores cualidades y demanda”.
De acuerdo con la información suministrada, la capacidad de almacenamiento de esta entidad es de unas 600 toneladas, a lo cual debemos agregar que este tipo de grano requiere protección mediante tratamiento de desinfección durante varios días, para que no se pique.
En el almacén central de granos de Holguín, su responsable Alejandro Pérez, indicó que este es un proceso que lleva su tiempo, pues primero hay que llenar la nave y después cubrir todos los sacos con la carpa, aplicar la fosfamina (gas desinfectante), dejarlo en reposo una semana y luego vaciarla por completo.
Ante esta situación, en la provincia se adoptó la determinación de entregar carita a la Empresa de Alimentos del MINCIN para su comercialización de forma liberada a 2,50 la libra en la red de comercio.
Quiere decir que ahora el Estado debe subvencionar a Acopio la diferencia entre el precio de compra y el de venta para que esta entidad no caiga en pérdidas y que el caupí se consuma fresco, antes de ser atacado por insectos.
Mas la realidad indica que todavía quedan cientos de toneladas en los campos y en las naves de cosecheros y comerciantes, las cuales exigen actuar con rapidez para asegurar que lleguen a buen destino.
Lo sucedido debe servirles de experiencia a los encargados de establecer en el futuro los planes de siembra y los precios del producto, pues estos deben de estar siempre en correspondencia con la demanda y dejar un margen comercial.
