Maravillas de Soroa

Maravillas de Soroa

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Foto: Abel Padrón Padilla, AIN
Foto: Abel Padrón Padilla, AIN

Para algunos, la orquídea es la flor del diablo; para otros es uno de los símbolos de la seducción. Para todos es una de las creaciones más hermosas de la naturaleza. Su reproducción no es fácil. Solo sobrevive cuando es consentida en entorno y cuidados. Pero si de mimos se trata, los cubanos tenemos un espacio donde desde hace varias décadas crecen cientos de ellas: el orquidiario de Soroa, institución ubicada desde hace algo más de un año en la provincia de Artemisa y que antes fuera orgullo de la occidental Pinar del Río.

Cuentan que ante la dolorosa pérdida de su esposa e hija, el acaudalado español Tomás Felipe Camacho, halló consuelo en la construcción de un florido jardín donde les rendiría honores. Intentó replicar el famoso Jardín Colgante de Babilonia, y aunque no lo consiguió legó a los cubanos ese espacio que goza de fama internacional.

Las obras del Orquidiario de Soroa se iniciaron en la década del 40 del pasado siglo. Por entonces comenzaron a llegar ejemplares de todas partes del mundo, Malasia, Guatemala, Filipinas, Brasil, Francia, Holanda, Bélgica, Inglaterra, etc. Con ellas plantó el área que ocupaba Rancho Pilila, como lo denominó entonces. También sembró frutales, plantas ornamentales y árboles preciosos que aún se conservan.

En la década del 50, culminada la construcción originaria, el jardín creció en extensión y Camacho dispuso la fabricación de un edificio que finalmente devino en biblioteca. Tras la muerte de su creador, ocurrida en España en 1960, la institución pasó  a ser patrimonio estatal.

Hoy, una vez repuesto de las afectaciones provocadas por los huracanes Ike y Paloma (2008), alberga más de 20 000 ejemplares en sus 35 000 metros cuadrados. Tiene 700 especies diferentes de orquídeas, 128 de ellas cubanas, algunas endémicas, lo que permite considerarlo como el mayor orquidiario del país y uno de los más importantes a nivel mundial.

Cuenta además con un laboratorio en el que se reproducen estas plantas y umbráculos donde se cultivan especies que demandan atenciones especiales. Desde el orquidiario se potencia la actividad científica, el trabajo de Educación Ambiental y también el sano esparcimiento en contacto con la naturaleza.
 

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