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Adiós de oro en Eugene

El triplista Lázaro Martínez, con récord incluido de 17,13 metros, confirmó los vaticinios precompetencia y dio a Cuba el único título en el campeonato mundial juvenil de atletismo, concluido este fin de semana en Eugene, Estados Unidos, con lo cual ratificó a nuestra delegación entre las diez primeras en la tabla por puntos (9na con 57 unidades), al tiempo que finalizó novena también en el apartado de medallas. (1-4-0)

La dorada de Martínez elevó a ocho las obtenidas por los triplistas antillanos en estas justas, de un total de 18 preseas alcanzadas en esta especialidad. Los anteriores monarcas fueron Yoelbis Quesada (1992), René L.Hernández (1996), David Giralt y Mabel Gay (2002), Dailenys Alcántara (2008 y 2010) y Pedro Pablo Pichardo (2012).

En esta jornada de cierre, los otros dos representantes antillanos concluyeron de acuerdo a sus propósitos: el triplista Andy Díaz terminó cuarto con 16,43 metros, mientras la saltadora de altura, Daniellys Dutil, terminó décima, con pobre brinco de 1,78 metros.

Fue esta la cuarta ocasión consecutiva (oncena desde 1986) que los bisoños atletas regresan a casa con una corona –solo no lo hicieron en 1990, 1994, 2004 y 2006- ,sin embargo, la actuación de este2014 pintaba para al menos dos oros más si tomamos en cuenta que la ochocentista Sahily Diago tenía el mejor tiempo del año y la heptalonista Yorgelis Rodríguez era la monarca defensora.

Sus merecidas platas, unidas a las conquistadas por Gilda Casanova (400 m) y Liadagmis Povea (triple salto) redondearon un desempeño de once atletas entre los ocho primeros, aunque en total 14 llegaron a finales, lo que habla de eficiencia si lo comparamos con delegaciones más numerosas.

Alentador resultó el renacer de especialidades como 400 con vallas, salto de longitud e impulsión de la bala, en las cuales hemos tenido campeones mundiales y olímpicos, pero que no viven hoy su mejor momento en la categoría elite.

En Eugene, el atletismo cubano volvió a salir airoso, aunque más comprometido con el futuro de una disciplina imprescindible para soñar en grande en los juegos múltiples de Veracruz, Toronto y Río de Janeiro. Lázaro Martínez es un buen ejemplo. Esperemos.

 

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