Para no “ahogarse en  la orilla”

Para no “ahogarse en la orilla”

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Durante la sesión plenaria del XX Congreso Sarduy hizo la primera intervención y se refirió a la situación que presentan las UBPC. Foto: César A. Rodríguez.
Durante la sesión plenaria del XX Congreso Sarduy hizo la primera intervención y se refirió a la situación que presentan las UBPC. Foto: César A. Rodríguez.

El trabajo constituye el sentido principal de su vida. Sus padres formaron parte del grupo fundador de la empresa pecuaria El Tablón, creada en la década de los años 70 del pasado siglo en los alrededores de la localidad de Cumanayagua, perteneciente a la centro meridional provincia de Cienfuegos. Movido por la tradición familiar se formó como técnico medio en Zootecnia y en 1979 comenzó a laborar en esa propia entidad.

Jorge Sarduy Medina no es de “andar por la orilla”. Cuando de analizar un asunto se trata, “parte por el medio” y le dice “al pan, pan y al vino, vino”. Por esos sus intervenciones, matizadas por la sapiencia ganada en las vaquerías, al pie de los surcos y en la ejecución de la labor sindical son muy estimadas lo mismo en la finca donde labora que en los congresos de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) a los que ha asistido. En el más reciente sus palabras abrieron los análisis en la sesión plenaria.

Siempre ha estado vinculado al trabajo del sindicato. Desde 1993 es el secretario general de la sección de base en la unidad básica de producción agropecuaria (UBPC) El Tabloncito.

“El dirigente que no salude a los obreros todos los días y se preocupe por sus problemas no puede estar en el sindicato. Hay que exigir que se cumplan los deberes, pero también hay que defender los derechos.

“Le pondré un ejemplo: En la UBPC hemos rescatado a trabajadores que querían irse. Un día citamos a 12 para conversar, escucharlos y que nos escucharan, porque no andaban nada bien. De ellos, 10 se quedaron con nosotros, y hoy son ejemplos en el colectivo. Eran ausentistas , faltaban a las asambleas…, y ahora cumplen con todo lo que se les pide.

“Yo estuve ausente del sindicato dos años porque fui seleccionado para cumplir una misión en Venezuela. Al regresar, los resultados eran críticos: baja producción de leche, alta mortalidad del ganado… Junto con mi reincorporación entró un nuevo administrador. En el proceso de balance los trabajadores votaron de nuevo por mí para secretario de la sección sindical. Y gracias al trabajo conjunto que hemos hecho, la UBPC volvió a ‘sonar’ en El Tablón, porque es la mejor en producción de leche, la de menos muertes, la de más nacimientos.. Todos los indicadores andan bien”.

Aunque como asegura, “nunca ha dejado de ser ganadero”, hoy está vinculado directamente a la producción de cultivos varios.

“Cuando arreció el período especial, se hizo muy difícil la alimentación para el pueblo. Faltaban el combustible, las piezas para la maquinaria… No renuncié a mi trabajo como técnico medio, pero decidí incorporarme a la producción de cultivos varios con la intención de demostrar que con bueyes y con lo poco que había en ese momento sí se podía producir qué comer.

“Creé una finca en una vaquería en la que solamente arrancar los motores era demasiado costoso, porque producía solo 14 o 15 litros de leche con 20 vacas en ordeño. La convertí en un área de cultivos varios, que aún se mantiene. Hicimos algunos inventos, como la instalación de tomas de fondo del canal magistral Paso Bonito-Cruces, las que permiten regar casi el 80 % del área sin gastar combustible ni electricidad, porque el nivel del agua está por encima de los cultivos. Hemos logrado resultados favorables, fundamentalmente en las hortalizas. Con cinco trabajadores nada más acopiamos en lo que va de año más de 40 toneladas. Ahora estamos empeñados en producir frijol y maíz para sustituir importaciones. Tenemos una caballería de tierra, o sea, 13,42 hectáreas”.

En el XX Congreso de la CTC Sarduy señaló que algunas UBPC no han aprovechado la posibilidad de financiamiento que se les ha dado por el Gobierno. Al respecto reflexiona:

“He ido a cuatro congresos de la CTC. En el XIX hice la última intervención en la sesión plenaria y expresé que no podíamos dejar morir las UBPC. Y en el XX me referí a las 17 medidas para perfeccionarlas. Hay que trabajar y exigir para que se cumplan. No deben quedarse escritas solamente. Tienen que constituir el patrón, la guía. No puede permitirse que, después de tanto andar, se ‘ahoguen en la orilla’”.

“A muchas con una situación económica muy difícil el Estado les dio un apoyo para que se levantaran, pero algunas no han tomado el mejor camino, porque falta en ellas interés por trabajar, por querer producir más. Sabemos que escasea el combustible y no hay tractores, que los insumos están bastante caros porque cuestan mucho en el mercado internacional, pero los que producimos debemos usar bien lo que tengamos a mano y trabajar duro”.

Le recordé que también afirmó en una de las comisiones del XX Congreso que el pueblo necesita productos baratos. Pero, ¿cómo lograrlo?

“Aumentando las producciones. Ahora se ha hecho un llamado a  reprogramar lo planificado y cosechar más”.

Como mantiene su espíritu de ganadero, le sugiero referirse a los problemas que aquejan a ese sector, a partir de su experiencia.

“Lo que sucede en la ganadería se debe, principalmente, a una deficiente base alimentaria. Se reportan muchas hectáreas de siembra y después no existen como tal, porque se desatienden. No hay preparación adecuada para enfrentar la sequía y cuando llega una bien fuerte, ‘muerde duro’ y acaba con todo. En un año no pueden resolverse todas las deficiencias. El trabajo para solucionar los problemas tiene que ser de todos los días”.

Le pregunto cómo le fue a un “guajiro de pura cepa” en Venezuela. Se ríe y afirma:

“Nunca me anoté en la cantera. Pienso que me seleccionaron por los resultados en los cultivos varios. Fui como especialista en Agrotecnia, porque he estudiado un poco de Agronomía. Para mí fue una sorpresa tremenda; no estaba preparado para ir. Cuando llegué allá me asignaron una tarea que jamás me hubiera imaginado y hasta me asustó: asesorar el trabajo en un invernadero. Las tecnologías eran española y holandesa. Mi esposa y una especialista de la empresa me prepararon y enviaron enseguida CDs con la documentación técnica necesaria. La estudié bien y cumplí de la mejor manera posible la misión. Hasta impartí clases en la Escuela Agroecológica de Venezuela. ¿Qué le parece?”.

Acerca del autor

Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.

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