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La historia de Elián sigue estremeciendo

Elian
Elian con Fidel, después de su regreso.

Es imposible verlas sin sobrecogerse, sin que el corazón quiera salir corriendo. Son las ropas de un niño de cinco años, la última combinación con la que la madre lo arropara. Fue también la última vez que Elizabeth Brotons vistió a su hijo.

Un pantalón y abrigo de color naranja, el diminuto pulóver. Es el mismo atuendo que llevaba Elián González Brotons cuando aquel 25 de noviembre de 1999 dos pescadores lo rescataran en alta mar. Uno de ellos, Sam Ciancio, tiempo después devolvió a Juan Miguel, el padre, lo que con celo había protegido.

Desde su donación al Museo a la Batalla de Ideas, la pieza había estado por más de una década guardada, hasta que en el 2013 la colocaron en el área expositiva, uno de los hechos de mayor relevancia en el devenir de la institución, asegura el director Danim Pérez.

“A su incuestionable valía se une lo que representa como símbolo de un pueblo que el 28 de junio del 2000, luego de siete meses de intensa lucha, lo recuperó del secuestro y trajo al pequeño a su tierra. Apreciarla será siempre un momento de profundo dolor, como sucedió durante la presentación oficial”.

Justo este 14 de julio, cuando el referido museo cumple 13 años de existencia, la muestra llega a sus primeros 12 meses. Nadie como Teresa Rodríguez Sánchez ha estado más cerca de la ropa de Elián.

“Es una sensación que no termina, la sentí el día inicial que la tuve en mis manos. Antes, como parte de la conservación que debo hacer, la sacaba para que cogiera un poco de aire, ahora, todas las semanas, limpio la vitrina y cuando comienzo a acomodarla, cierro los ojos y lo imagino solo, a la deriva. Es impresionante, pero es parte de la historia que él vivió y aquí se cuenta”.

Entre las expuestas y las almacenadas, 3 mil 932 son las piezas que atesora el museo, la gran mayoría documentos, por el carácter político-ideológico de un centro guardián, precisa Teresa, de evidencias relacionadas con el secuestro, reclamo y regreso de Elián, y otros valiosísimos materiales, legados al presente y futuro de la nación.

No se puede dejar de mencionar, estima el director, el Martí acusador (similar al de la Tribuna Antimperialista), lo primero que se observa al entrar, ni tampoco la cruz de plata y marquesita de la que se despojara la Reverenda Joan Brown Campbell —fundamental en la lucha por el retorno de Elián—, para que Juan Miguel se la diera al niño cuando lo tuviera con él.

“Atesoramos gráficas memorables como la de los indios norteamericanos que viajaron a Cuba y le ofrecieron lo que podían, una misa mágico-religiosa para cuando llegara a los Estados Unidos se le abrieran los caminos al hombre que reclamaba con todo derecho. Aquí se hayan las ramas de abedul utilizadas en la ceremonia.

“Guardado con mucho celo, un diario del luchador antiterrorista Gerardo Hernández Nordelo que rememora parte de la estancia del combatiente en Angola. Él viajó al hermano país un 14 de julio, en coincidencia con la posterior fecha de creación del museo”.

Gracias a uno de los pescadores que lo rescataron, la ropa de Elián forma parte de las muestras. Foto: Noryis

Desde la fundación hasta hoy

El líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz, lo inauguró el 14 de julio del 2001. En aquel momento, escribió en el libro de visitantes: “El primero de Cuba y del mundo, habrá otros como este, pero aquí nació la idea y será escuela y ejemplo para los demás. La Batalla de Ideas no puede perderse ni se perderá, la especie humana depende de ella”.

Ubicada en Cárdenas, en la propia ciudad matancera donde nació y vive Elián, la institución ha recibido más de 540 mil personas de 60 naciones, entre las que destacan 15 jefes de Estado, otros prominentes dirigentes gubernamentales y relevantes personalidades como el recién fallecido Gabriel García Márquez.

Precisa Danim Pérez que si algo no ha dejado de hacer el museo que dirige es cumplir el encargo de exponer, promover y preservar fondos que clasifican entre lo más valioso de la cultura cubana.

“Hemos extendido sus salas a los consejos populares, con muestras de cuán importantes son los programas de la Revolución, la lucha por la liberación de los Cinco, un frente donde tanto queda por hacer. Pero también está la labor comunitaria, el apoyo a los procesos electorales, un desempeño integral reconocido con el Premio del barrio, que otorga la dirección nacional de los Comités de Defensa de la Revolución”.

Consecuente con esa vocación de habitar más allá de sus paredes, promueve un importante movimiento cultural y ha dado vida a prestigiosos proyectos como Suerte de Cangrejo, espacio dedicado al rescate de la trova, que aunque un poco menguado por estos días, prácticamente vio nacer como cantante al popular Tony Ávila, y prestó sus escenarios a memorables actuaciones como las de Sara González y otros relevantes cantores.

Un museo para todas las épocas

El edificio donde radica el museo es de los más antiguos de Cárdenas

Adscripto al Ministerio de Cultura, se preparan las condiciones para poco a poco ir reparando algunos daños constructivos padecidos por la instalación. Según Carlos Torrens, director provincial de ese organismo, el hecho de que el museo radique en el antiguo cuartel de bomberos, uno de los edificios más longevos de la ciudad de Cárdenas, ha traído varios inconvenientes.

“El inmueble, que recibiera reparación capital, posee puertas de un puntal alto y de madera muy pesada, por lo que los marcos se han separado un poco, han cedido, y ahora se necesita de una fuerte intervención de carpintería, al igual que las escaleras y los pisos, urgidos de mantenimiento, entre otros asuntos que serán atendidos con la prioridad que cada uno requiere”.

A su juicio, este es un museo que tiene que hablar para todas las épocas. “Contiene cosas muy relevantes, desde el ejemplo de un pueblo guíado por su líder histórico en un combate sin precedentes, hasta las demostraciones de un padre que no descansó un segundo hasta que abrazó a su hijo. “Yo tuve el privilegio de acompañarlo en aquel entonces, de estar cerca de él, como a veces lo estoy ahora, y puedo dar fe del infinito agradecimiento de Juan Miguel y Elián a todas las personas que los ayudaron”.

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