La 34 edición de la Fiesta del Fuego ya es historia, pero Santiago de Cuba, la más caribeña de las ciudades de este archipiélago, no deja morir la raigambre cultural que la entremezcla con el resto de las naciones del área.
La tradicional ceremonia de la Quema del Diablo, en alusión a la destrucción del mal, puso el punto final a este encuentro de solidaridad y hermandad entre los pueblos de la región, a la cual asistieron más de 2 mil representantes de una treintena de países.
La última jornada de este encuentro también reservó un momento de lujo con la develación, en el parque de los Próceres y Héroes del Caribe, en la populosa arteria de Ferreiro, de un busto de Robin «Dobrú» Raveles, Poeta Nacional de Surinam, país al que se le dedicó este Festival.
Desde el pasado día 3 y hasta este miércoles la ciudad santiaguera acogió a grupos portadores, artistas, académicos, representantes gubernamentales y embajadores de varios países caribeños, amalgamados todos en el fin común de defender las expresiones culturales más tradicionales del área.
Con el cierre de esta Fiesta del Fuego se abren las puertas para que la Casa del Caribe, institución auspiciadora del evento, organice ya la edición 35, con Bahamas como nación invitada de honor y dedicado a los 500 años de la fundación de la villa de Santiago de Cuba, en julio del 2015.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.