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Rutas de la leche… nuevos baches

A los productores les preocupa que los termos no alcancen para el acopio de la cercana zafra lechera de julio y agosto. Fotos: Orlando Durán Hernández
A los productores les preocupa que los termos no alcancen para el acopio de la cercana zafra lechera de julio y agosto. Fotos: Orlando Durán Hernández

En Cuba hace años se dejó de soñar con caminos llenos de cantinas de leche, se sabe de distribuir lo poco que hay para los chicos y necesitados, y se conoce de desayunos con refrescos instantáneos y otros “inventos” nutritivos. Por mucho que guste a todos, este líquido se ahorra porque los números no se han vuelto a acercar a aquellos más de mil millones de litros que se acopiaban en los años ochenta, y apenas rozan los 500 mil anuales.

La demanda aumenta y mucho se debe hacer, por eso los esfuerzos se redoblan y la provincia de Camagüey hace lo suyo para ajustarse “el sayo” de la mayor productora del país y contribuir a revertir esa realidad nacional.

Los hombres de estas tierras para ser grandes sueñan en la misma medida, así que levantar la primera fábrica de leche en polvo era el camino correcto. Necesitarían grandes cantidades de ese líquido para calentar motores, por eso, pensaron en mostrar vaquerías más completas, abarrotadas del alimento requerido, y en retocar aquella imagen que mostraba a los guajiros apostados en el camino, curtiéndose al sol, y perdiendo tiempo en la desesperante espera del carro que acopia su leche.

Inicio de la madeja

Este cúmulo de ideas se conoció como programa de recuperación ganadera desde sus primeros pasos por los finales del 2012. Según explicó Álvaro Aguilar Soto, subdelegado de ganadería del Ministerio de Agricultura (MINAG) en el territorio: “Cuando se autoriza hacer la instalación se diseña el proceso de recuperación en los triángulos y unidades productivas que están más cercas de la fábrica. Abarcó como cuatro municipios y comenzó con las cuatro formas productivas”.

Los buenos augurios que traía aparejado permitieron que, luego de un tiempo, decidieran ampliarlo y aprovechar los municipios que, con esfuerzos y recursos propios, pudieran recuperar unidades. Claro, que la cosa sería por años, con orden y abarcaría 13 rutas y seis anillos lecheros.

Los guajiros lanzaron el sombrero al aire cuando abrieron sus portones a recursos como tejas, cementos, máquinas forrajeras, molinos de viento, cercas eléctricas, sistemas de riegos… y todo tipo de insumos.

Hombres de tierra como Jorge Mario Medina León, jefe de la vaquería La Playita, en el Consejo Popular Cascorro del municipio de Guáimaro, son testigos de la comodidad que existe en las 400 que se han recuperado de 700 que se ambicionan: “Antes lo único que teníamos era una casita de guano y un medio techo de zinc. Ahora lo hemos recuperado todo, rústico, pero bueno: tenemos tanque, caseta con agua, pisos, cercas eléctricas, paneles solares”.

Segundo escalón

Jesús Cruz González, especialista de producción de leche en la Empresa Rectángulo, asegura que el guajiro ha ganado en cultura y sabe de la importancia de entregar leche de primera.

Al plan le faltaba algo y a mediados del 2013 algunos expertos del MINAG se llegaron a la provincia de Cienfuegos para tomar experiencia de unos centros de enfriamientos que se habían construido por allá.

“Esos puntos no formaban parte del proceso –comentó Aguilar Soto–, pero estaban a tono, fíjate si es así que los 77 que se han terminado, de los 147 que queremos hacer en el territorio, demuestran que se logra más control, se comprueba diariamente el producto y se ahorran neumáticos y combustible porque la leche ya no se montea, sino que se busca en estas instalaciones”.

En laCooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Remigio Riverón Sánchez, en el municipio de Guáimaro, se nota a simple vista lo valioso de la idea. Ellos han sido reconocidos como vanguardias nacionales durante 10 años consecutivos, pero el verdadero orgullo de Omaida Pérez Nieve, la organizadora, y de los demás obreros, son las ganancias que obtienen por la excelencia lograda.

“Esto lo hicimos nosotros mismos, los cooperativistas –recuerda Omaida –, con ayuda de la empresa y la inauguramos el 13 de agosto en homenaje al cumpleaños del Comandante. Garantizamos calidad en la entrega diaria porque los vaqueros están motivados y el trabajo es más fácil”.

Según Aylén Ramoné Porro, técnica del laboratorio que se encarga de realizar las pruebas de acidez, densidad, mastitis y sedimentación, ellos se encargaron desde el inicio de capacitar a los hombres para que supieran cómo obtener los estándares requeridos y repartieron hasta folletos para que leyeran.

Claro que otra parte esencial lo juega la alimentación, por ello los de la Remigio han diseñado su propia finca de semilla, de referencia nacional, que les ayuda para obtener toda la comida que necesiten en el acuartonamiento.

A nivel provincial se ha pensado en esto y se construyeron cuatro fábricas de pienso y se prevé hacer dos más. “Las que funcionan hoy están diseñadas para moler harina de hueso que aporta el calcio faltante. También lo hacen criollo y se producen bloques multinutricionales, para complementar la alimentación del ganado. Tenemos un plan de siembra de cerca de 9 mil hectáreas, pero que no satisface la demanda y para más adelante se ha conversado con el Grupo Empresarial AzCuba para que nos ayude con un nivel de miel para el balance de energía”, aseguró Aguilar Soto.

Baches en el camino

Las pruebas que se hacen en los laboratorios de los puntos de enfriamiento permiten que los campesinos sepan de inmediato cómo está la leche que entregan día a día.

A más de un año de la implementación del proceso de recuperación ganadera en gran parte de la llanura camagüeyana ya no se ven guajiros en la total oscuridad ordeñando vacas, ni con el fango hasta el cuello. Ya no se habla de discusiones entre los del campo y los del “lácteo”. Al parecer todos están contentos.

Y es que todavía quedan algunos baches por rellenar porque el plan también les aseguraba el arreglo de los caminos, la limpieza de los tranques y, como siempre, aparecieron algunos claroscuros para hacer la obra más real. “Eso no se ha podido hacer porque el financiamiento no se ha autorizado, hemos tenido problemas de equipamiento y falta la aprobación de algunas inversiones por parte del Ministerio de Economía y Planificación (MEP)”, acotó el subdelegado.

Esto ha provocado que la capacidad de área para tener más animales y pienso, no sea la ideal y se explotan las limpias en la siembra de kingrass u otras opciones, cuando tenían un destino diferente.

A Jesús Cruz González, especialista de producción de leche en la Empresa Rectángulo, le preocupa “el problema con los termos. En algunos lugares entra un nivel de leche superior a la capacidad de almacenamiento que tienen y con la que no cabe los campesinos deben inventar para que no pierda frío”.

Hay quienes conservan la leche en neveras, o hacen rejuego de horario para no estar al tope o rotan en cántaras las que están frías. Los de Labiofam crearon un producto conocido como stabilak, el cual mantiene la calidad inicial de la leche cruda sin refrigeración desde ocho hasta 72 horas, en dependencia de la calidad con que fue obtenida, y se aplica desde que sale del acarreo. Pero aún persiste el miedo.

“Al principio entraron termos de 500 litros. Los ubicamos según el potencial pero como es un programa que ha tenido aceptación existe una tendencia de crecimiento. Ya hicimos la solicitud de otros de mil para cambiarlos y todavía los estamos esperando” señaló Aguilar Soto.

A los guajiros, esos que viven de su tierra, les gusta trabajar. No piensan en obstáculos, solo les gusta palpar el fruto de su labor. Ahora, algunos, cuentan con lo necesario para avanzar, por eso se preocupan de que su producto se eche a perder por demoras, ausencias o alguna que otra piedra en su camino.

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