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Luz en las entrañas de la tierra

Conocí la oscuridad casi absoluta, el silencio profundo, una rara humedad. También el refugio extraño de la naturaleza. Mientras descendía 72 metros a la única mina subterránea activa de Cuba, encima quedaba por algunos minutos el ajetreo del mundo. Estaba en las entrañas de la tierra y vi luz.

Estas sensaciones, extraordinarias para mí, son cotidianas para Ramón Echemendía, un hombre que se convirtió en minero hace solo dos años cuando se reinició la explotación de este yacimiento de oro, uno de los que forman parte de las mineralizaciones localizadas desde la porción sur de Santa Clara hasta el norte de Holguín.

En Guaracabuya, municipio de Placetas, en el mismo centro del archipiélago, está el depósito. Ramón se desempeñaba como obrero agrícola del poblado. “Solo había excavado para hacer túneles. Me enteré de que necesitaban trabajadores, me aceptaron y me enamoré de este mundo”. Su voz la acompañó un eco escondido desde una de las galerías, que hizo convincente la expresión.

Las vetas del mineral pueden apreciarse a simple vista. Fotos: De la autora.

Como él, el 90 % de los actuales trabajadores de la entidad no poseían experiencia, a pesar de que el oficio es conocido en esta zona, pues la explotación de la mina data de 1860 y hubo labores de excavación en la época neocolonial. Los estudios geológicos confirman que pueden aumentarse las reservas conocidas. La inversión actual, que incluye una planta procesadora del mineral, forma parte de la colaboración de los proyectos del Alba.

Cuando nos “tragó” la tierra

El trabajo a esta profundidad es fuerte: barrenar, recolectar el material, ahondar los pozos, hacer galerías, fortificar paredes… Los hombres llevan cascos que alumbran el camino, overoles protectores, botas de gomas especiales para evitar resbalar en el piso cubierto por una fina arena mojada, pero a pesar de ello todos los cuidados son pocos.

El atrapamiento, la caída de rocas eventuales y golpes por lo estrecho de las áreas de trabajo son los riesgos más frecuentes a los que están expuestos estos trabajadores. La capacitación para enfrentar esos eventos es una prioridad y se puso a prueba en junio del 2013 cuando un deslizamiento de tierra apresó a varios obreros.

“Decidieron dejar encendida solo dos linternas y hablar únicamente lo necesario para ahorrar energías y fuerzas. Con el equipo de carga lograron excavar la acumulación del deslizamiento y colaboraron con las labores que se realizaban desde la superficie. En menos de dos horas vieron el sol”, relató Armando García Díaz, ingeniero principal de la mina.

La incertidumbre en este tipo de labor es alta, “se sabe que existe el mineral, pero no qué sucede metro a metro, el yacimiento está vinculado a múltiples fallas geológicas, también los 12 metros expuestos en la superficie son relleno de anteriores excavaciones, lo que hace difícil las labores”, aclaró el especialista.

“Se decidió cambiar el sistema de explotación y aplicar el método de almacenamiento, donde el propio mineral protege las paredes. Esto llevó un tiempo considerable que atrasó el plan previsto para el 2013. El proceso actual es más lento, pero más seguro; la clave para lograr la productividad es acelerar la preparación de la excavación”, expresó René Prieto Martín, director.

El deslizamiento fue la complicación más importante que atrasó el plan del pasado año, pero existieron otras como la inestabilidad en el suministro de madera para fortificar las paredes subterráneas, problemas con los medios de protección especializados y otros tecnológicos en la planta procesadora.

En el primer trimestre de este año se está revirtiendo la situación, sobre todo con medidas organizativas, aunque se mantiene la falta de vigas y roturas en la planta que pudieran traer afectaciones, según declaró en la conferencia provincial, Maibelín Rodríguez, miembro del buró sindical de esa entidad, quien aclaró: “Con el incumplimiento queríamos que la tierra nos tragara, este colectivo es de mucha vergüenza. Actualmente se conoce con exactitud el yacimiento, las voladuras son certeras, se adiestraron los obreros con personal de Pinar del Río e Isla de la Juventud”.

También consideró que deben tener un calificador de cargo especial, no el mismo del minero de superficie, así como mayor remuneración por condiciones anormales de trabajos, debido a que los riesgos a que se exponen son diferentes a los de cualquier otro oficio.

Jóvenes de oro

A Luis Ángel Ramírez y Violeta Rivero, jefe de seguridad minera y de servicios geológicos, respectivamente, les dicen jóvenes de oro, no solo porque trabajan en una mina que contiene el metal precioso, sino por la consagración al trabajo.

Violeta y Luis Ángel, jóvenes que han encontrado en esta mina donde realizarse profesionalmente.

Para ella hay mucho por hacer. Para él nada es imposible. Sueñan con cada galería, con los puntos vulnerables del yacimiento y su futuro desarrollo. “Hay que cuidar al trabajador, medirle la presión arterial, proveerlo de los medios adecuados de protección y capacitarlo. Es nuestro más preciado recurso”, precisó Luis Ángel.

“Tenemos un alto compromiso. El kilogramo de oro en el mercado internacional se cotiza a alrededor de los 40 mil dólares, avanzar en la extracción y procesamiento es decisivo para oxigenar la economía cubana. En la mina hay luz”, afirmó ella.

Los otros “mineros”

En esta zona, en los últimos meses, es notoria la presencia de los llamados “mineros furtivos”, personal que extrae el mineral ilegalmente, sin autorización ni entrenamiento, abren pozos sin importarles los peligros y las consecuencias a que se exponen, pues son condiciones totalmente inseguras donde pueden ocurrir accidentes fatales.

En Cuba cualquier actividad de extracción minera por personas naturales es ilegal. La Constitución de la República plantea que son de propiedad estatal socialista el subsuelo, las minas y los recursos naturales. A su vez la Ley de Minas del país establece que al Estado le corresponde su dominio dondequiera que se encuentren.

“Estas áreas actualmente están concesionadas para investigaciones geológicas a la Geominera del Centro. Las excavaciones de estos mineros ilegales afectan el medio ambiente y provocan daños económicos serios”, señaló Magdiel Reyes, especialista principal de la Oficina Nacional de Recursos Minerales, en Villa Clara.

“Se hace arbitrariamente, sin estrategia ni proyección, desbrozan áreas que no se rehabilitan, se pierden capa vegetal, arbustos… Buscando el mineral mueven volúmenes del material que depositan desordenadamente. Afectan los trabajos geológicos porque realizan laboreo subterráneo y superficial. También al acumularse las aguas en esas excavaciones puede contaminarse el manto freático”, detalló.

Estas manifestaciones han sido denunciadas a las autoridades competentes. Recientemente se efectuó un operativo donde se multaron a varias personas, además se investigan los hechos, así como a aquellos individuos inescrupulosos que procesan el mineral con sustancias dañinas.

Argelio Jesús Abad, director general de la empresa Geominera del Centro, esclareció que la entidad ha rehabilitado y sellado las excavaciones ilegales detectadas en la zona, así como se realiza un plan de intercambio en los consejos populares para explicar en qué consiste la Ley de Minas, la ilegalidad en que se incurre y el peligro que esto representa para la vida de las personas y el medio ambiente.

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