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La magia de los años

Llegar a los 113 años es un placer, pero con la calidad de vida de Petronila Ernart, la cubana más longeva en la actualidad. Fotos: René Pérez Massola.

La noticia se corrió como pólvora por el Palacio de Convenciones y decenas de personas asomaron sus cabezas en el X Encuentro de los Centenarios para conocer a la persona más longeva de Cuba: la mulata Petronila Ernart, quien este 29 de abril cumplió 113 años.

“Pensaba que nunca más iba a volver a La Habana, pero cuando la doctora me hizo la   invitación para venir a este encuentro, acepté con mucho gusto y lo dispuse todo para   el viaje. Me trajeron en una ambulancia para que tuviera más comodidades, pero vine   sentada unas nueve horas, mirando el camino, viendo cosas nuevas”.

La lucidez de Petronila, su independencia, audición y visión (solo usa espejuelos para   coser) llamaron la atención del auditorio, y las preguntas le llovieron para conocer pasajes de sus años mozos y el secreto de su longevidad activa y satisfactoria.

“Lo que he hecho toda mi vida es trabajar; viví mucho tiempo en el campo, en un lugar llamado Rincón de Manatí y desde que me casé andaba con mi esposo de finca en   finca recogiendo café; ya hace muchos años que me asenté en Las Tunas y sigo viviendo sola, a pesar de que mi sobrina se empeña en acompañarme y ayudarme”.

Hay algunas fechas que retiene en la memoria asociados a sucesos trascendentes: “La última vez que estuve por Birán fue cuando el descarrilamiento del tren en Las Tunas, allí nos atendía una haitiana que le llamaban Mama, era la cocinera; también anduve por Guisa, por la finca de María Antonia.

“Yo no me canso, no puedo, porque si me achanto viene la muerte y me lleva; me gusta barrer, tener la casa bien recogida, limpiar el patio, sembrar alguna plantica. Mi sobrina me pelea por eso, y yo le digo ‘pelea todo lo que quieras’”.

Yakirleidis Roford vive muy cerca de Petronila y tiene excelentes relaciones con ella: “No es difícil atenderla pues es una mujer muy activa; siempre nos ponemos de acuerdo en todo lo que voy a hacer, nunca le llevo la contraria. Hasta el año pasado vivía totalmente sola, pero tuvo una crisis de hipertensión y decidimos que yo me ocuparía de darle una vueltecita.

Augusta Oviedo acaba de cumplir 112 años.

“Ella ayuda a su hermana Inés María, que tiene 86 y muchos achaques: le hace los   mandados, le barre el patio; es capaz de caminar hasta cuatro kilómetros por la vía férrea para buscar su chequera, cocina con carbón, se baña con agua fría y lleva una dieta bastante sana. No tiene hábitos tóxicos”.

La doctora Iliana Reyes Leyva, especialista de segundo grado en Medicina General Integral y Máster en Longevidad satisfactoria, quien atiende a la anciana, asegura que para este tipo de personas es esencial mantenerlas en el medio, en un ambiente de paz y amor, con una dieta saludable y la práctica de ejercicios, que ella hace con un trabajo físico sistemático.

Comentó que Petronila recibe los servicios médicos especializados que ofrece el Programa Nacional de Atención a los Centenarios, el cual incluye el seguimiento por los equipos básicos de salud y el médico de la familia, y cubre necesidades como sillas de ruedas, bastones, colchones, etcétera.

En la provincia de Las Tunas hay 134 centenarios, la mayoría está entre 102 y 106 años, pero “Petronila es la que mejor calidad de vida tiene”. Para los ancianos que no alcanzan aún esa edad está el Programa Nacional de Atención Integral al Adulto Mayor, que se encamina a mejorar la calidad de vida”, explicó Iliana.

El doctor Eliecer García Espinosa tiene 97 años y aún trabaja.

Cien años no es nada  

El video que presentó la doctora Mirta García Gort, quien durante 22 años se ha   desempeñado en la atención a centenarios y nonagenarios cubanos, mostró cómo es posible   llegar a esas edades con calidad de vida cuando se tienen salud y motivaciones.

Se refirió al estudio realizado para conocer la existencia de los centenarios en la isla, la cual tiene una segunda parte de actualización que se realiza en estos momentos. Aunque la cifra   fluctúa, hoy viven más de mil 500 personas en nuestro país con 100 o más años.

“Está demostrado que en el alargamiento de la vida existe un componente genético   importante, entre un 20 y 30 %, y que también determinan el medio ambiente y la familia.

Cuba les brinda a estas personas las posibilidades para envejecer satisfactoriamente,   y reconocidas personalidades de la medicina plantean varios factores para lograrlo: la motivación, la nutrición, la práctica de ejercicios físicos, la sexualidad, la cultura del individuo   y su acceso a diferentes actividades”.

Graciela Caña no quiso quedarse ciega; la operación de cataratas fue un éxito.

Durante el X Encuentro de Centenarios se juntaron muchos más que mil años de vida, porque otros que están llegando a esa edad se sumaron al diálogo coloquial: Graciela Caña (103 años) le pidió a Dios que no la dejara ciega antes de morir, y aunque fue con un poquito de miedo, le hicieron una cirugía de cataratas que le devolvió una visión bastante clara.

El eterno Argeo Aguilera (101) recitó las décimas aprendidas de su infancia, mientras Rogelio Torriente (100), quien vive satisfactoriamente en el Hogar nacional Masónico, despidió   el intercambio con una canción dedicada a una joven enfermera que descubrió en el Palacio.

A Augusta Oviedo le celebraron el cumpleaños 112; el doctor Eliecer García Espinosa, de 97 años, contó sus experiencias de la vida profesional activa, mientras las centenarias Berta González, Catalina Márquez, Asunción Jiménez, Serafina Herrera y Zoila Caballero disfrutaron   de un encuentro que las motiva y las ayuda a vivir ¿otros 100 años?

Desde hace 100 años, Rogelio Torriente es fiestero y enamorado.
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