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Las burdas intenciones subversivas y la falta de sustento legal en que se enmarca el cuestionado proyecto anticubano ZunZuneo han motivado críticas por doquier. La prensa estadounidense no se ha quedado atrás. Baste aclarar, ante todo, que fue precisamente una agencia “del patio”, la Associated Press (AP), quien levantó la tapa de la caja de Pandora donde estaba acurrucado el siniestro aleteo con que la Agencia Nacional para el Desarrollo de Estados Unidos (Usaid) ocultaba su quehacer injerencista de los últimos tiempos. Para algunos, el hecho es una “singular coincidencia”.
De cualquier modo, el alcance de la revelación del fiasco, que ha puesto en tela de juicio una vez más la falta de escrúpulos y la escasa seriedad del Gobierno de la más poderosa nación de occidente, no puede ser hoy obviada por nadie.
El periodista estadounidense Peter Kornbluh acaba de afirmar en un artículo publicado en el influyente The New York Times, que las acciones de la Usaid al introducir en Cuba el proyecto subversivo ZunZuneo son, además de contraproducentes y perjudiciales para la política de su país, una violación absoluta de la soberanía de la mayor de las Antillas.
“Existe una abismal diferencia entre los programas de ayuda para el desarrollo de la democracia y los derechos humanos y el tipo de operaciones clandestinas que la Usaid ha estado ejecutando contra esa nación vecina, dirigidas al cambio de régimen”, señaló Kornbluh en las páginas del importante rotativo.
También recuerda el articulista que, como una herramienta de la política de Guerra Fría, la agencia ha sido utilizada como fachada para las operaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y sus agentes.
Cita Kornbluh cómo, entre los ejemplos más infames, estuvo la llamada Oficina de Seguridad Pública, un programa de capacitación de la Usaid para policías en el Cono Sur que también entrenó a torturadores. “Debe prohibirse a la entidad que efectúe este tipo de operaciones encubiertas en nombre del avance de la democracia”, enfatizó.
Acciones de corte político puramente injerencistas, de las que es una muestra palpable el desenmascarado Twit contrarrevolucionario fabricado en Washington e introducido con el afán de desestabilizar la sociedad de un Estado soberano, no pueden ser obviadas mediáticamente sin un costo para el que trate de pasarse como indiferente.
¿Alguien puede ocultar la existencia de más de mil documentos reconocidos que confirman la creación de la red de comunicación ZunZuneo, promovida por la Usaid, cuyo propósito era hacerse popular entre los jóvenes cubanos para crear luego una plataforma política de subversión? Imposible.
