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Su primer compromiso siempre fue con la Patria

joel díaz“José Antonio Echeverría era muy carismático, como Fidel, muy fácil de palabra en el discurso y en la conversación, muy llano. Era ejemplo para todos nosotros, como líder revolucionario y como estudiante de Arquitectura”.

Así evoca el arquitecto Joel Díaz Gutiérrez*, al joven que dirigió las acciones del 13 de marzo de 1957, cuando un grupo de cubanos decidió atacar el Palacio Presidencial, guarida del sanguinario Fulgencio Batista, mandatario de turno, y la emisora nacional Radio Reloj.

“Yo entré a la Escuela de Arquitectura en 1954, Manzanita, como le decían cariñosamente, era de los últimos años. Radicábamos donde está hoy la facultad de Química de la Universidad de La Habana, un edificio de cuatro pisos, los dos últimos eran los de nuestra especialidad y los dos de abajo eran de ingeniería, que al triunfo de la Revolución pasan a lo que se convirtió en la Cujae.

“En varias ocasiones lo vi bajar al tercer piso por la noche o de madrugada, a terminar sus trabajos de clase en el salón de dibujo. Lo recuerdo todavía con su brazo enyesado, y con la cabeza vendada, producto de la última bronca con la policía en la calle San Lázaro.  Era muy valiente y tenía facilidades para unir en la lucha a los de sentimiento común.

“Él siempre estaba preso, herido o escondido, pero nunca dejó de estudiar. Le gustaba su carrera, tenía delirio con ella, pero su primer compromiso era con su Patria, su pensamiento estaba sobre todo en la lucha”.

Su ejemplo

“Desde Cárdenas José Antonio tenía experiencia como dirigente estudiantil, en la Segunda Enseñanza, y cuando llega a la Universidad de La Habana se da cuenta de que algunos dirigentes no estaban dispuestos o no tenían la conciencia de qué había que hacer por la Patria, la Revolución y contra la dictadura.

“Yo también tenía inquietudes revolucionarias cuando ingresé en la Escuela de Arquitectura. En la ciudad de Camagüey, adonde me llevaron mis padres de pequeño, había participado en algunas acciones estudiantiles junto a Jesús Súarez  Gayol y Julio Teja, entre otros. Nos reuníamos en la Juventud Ortodoxa, a la cual no pertenecíamos, pero nos dio apoyo y hacíamos carteles, cocteles molotov, imprimíamos proclamas.

Cuando llegué a la universidad me di cuenta de cierto movimiento de armas y me acerqué a Fructuoso Rodríguez y a Juan Pedro Carbó Servía para sumarme a su grupo, pero como buenos luchadores clandestinos me dicen que no había nada de eso y me preguntan dónde estudio, cuando les digo que en arquitectura, exclaman ¡ah!, entonces habla con José Antonio. Fui a verlo y también me dijo que no preparaban ninguna acción, aunque al saber que provengo del Instituto de Segunda Enseñanza de la ciudad agramontina, me señaló: Entonces tú conoces a José Venegas (estudiante de Arquitectura y secretario de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura, hombre de confianza de José Antonio y camagüeyano, compañero de aula y de estudio de mi hermano).

“Me dijo que necesitaba apoyo en la candidatura a la Asociación de Estudiantes de Arquitectura, de la cual salió elegido. El próximo compromiso fue para las elecciones a la presidencia de la FEU, cargo que ocupó en una segunda vuelta, pues el primer seleccionado se da cuenta de que estaba metido en camisa de once varas, en tanto el estudiantado lo empujaba a enfrentar abiertamente a Batista y ese no era su objetivo.

“A partir de ese momento, Manzanita se dedica abiertamente a tratar de organizar la lucha insurreccional, pero no puede porque existen muchas contradicciones internas y por eso crea el Directorio Estudiantil Revolucionario que es el brazo armado de la FEU, un movimiento clandestino conformado en células por escuelas, aulas, para apoyar a Fidel Castro, quien había expresado la necesidad de combatir a Batista y lo hizo de verdad, porque otros políticos nos ofrecieron, por ejemplo, armas, pero ninguno movió un dedo por jugársela contra el tirano” .

Obligada referencia a Fidel

Fidel Castro había dado el ejemplo de que era el líder natural. Sus acciones eran rápidas. El golpe de Estado de Batista fue en marzo del 52 y al año siguiente Fidel y otros revolucionarios atacaron los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Después vendrían la cárcel en Isla de Pinos, el exilio y los preparativos para la expedición del yate Granma.

“Por eso, luego de estructurar el Directorio, José Antonio decide ver a Fidel y poner a su disposición a la tropa, sin armas, pero organizada. No podemos olvidar la Carta de México que firman ambos, de apoyo al desembarco y a la lucha insurreccional.

“A su regreso, José Antonio nos orienta hacer más manifestaciones, no bajar la guardia. Su actividad era constante, inagotable, y fue truncada en el enfrentamiento directo con el enemigo.

”La Patria ganó un mártir, y los arquitectos un paradigma para el pensamiento y la acción, porque después de los hechos del 13 de Marzo, ese día tuvo otra connotación para homenajear a los profesionales de esta especialidad”.

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