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El Capitolio también está en Congreso

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“Es un orgullo haber recibido este mérito y tener entre nosotros un delegado directo que podrá transmitir nuestras preocupaciones durante las sesiones finales”, comentó Michel García Vásquez, jefe de obra en la restauración del Capitolio de La Habana.

Ariadna Andrea Pérez Valdés y Yuneimys Silva Echevarria, estudiante de Periodismo

El Capitolio de La Habana, uno de los símbolos arquitectónicos más famosos de la ciudad, se encuentra en restauración desde finales del 2012. Para devolverle la elegancia que lo caracteriza obreros de las constructoras Caribe y Puerto Carena como fuerza principal, entre otras, se empeñan en no descansar mientras quede algo por hacer.

Michel García Vásquez, jefe de la obra, comentó a Trabajadores que la ejecución avanza según el cronograma planificado para el primer trimestre del año, tanto en valores como en avances físicos.

“Aunque todo marcha según lo acordado es importante aclarar que todavía no hay ningún objetivo de obra listo. Laboramos desde los niveles superiores de la instalación hacia los inferiores, es decir: cúpula, cubierta y los diferentes subniveles interiores. Además, de manera simultánea operamos en toda la zona norte”, explicó.

Las entregas serán parcialmente, según García Vásquez, “este es un proyecto ambicioso que tendrá una duración aproximada de seis años. La meta principal de esta obra, como se ha declarado a nivel nacional, es trasladar para acá la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular”.

Camino al Congreso

La obra Capitolio fue uno de los centros destacados en la capital que acogió la Bandera XX Congreso en saludo a la magna cita obrera. “Es un orgullo haber recibido este mérito y tener entre nosotros un delegado directo que podrá transmitir nuestras preocupaciones durante las sesiones finales. Además, espero que con este gran evento proletario vengan cambios favorables para nuestro sector en el tema salarial, las condiciones de trabajo y de vida, así como lo referente a la estimulación moral y material”, afirmó.

Michel continúa a pie de obra y casco en mano garantizando que esta edificación, próxima a cumplir 90 años, acompañe siempre a los que transitan La Habana Vieja. Tanto él como su colectivo, al pasar de los años, podrán decir con orgullo que formaron parte de la segunda restauración capital de este monumento.

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