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Nuevas fronteras entre Perú y Chile

Por Alejandro Madorrán Durán, estudiante de Periodismo

Los presidentes de Chile y Perú, Sebastián Piñera y Ollanta Humala, en la II Cumbre de la CELAC en La Habana Foto: Portaldelsur.info.

En 2008, después de años de infructuosas conversaciones entre los gobiernos, la nación andina de Perú acudió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para dejar en manos de sus jueces, el litigio que mantiene con Chile. Perú reclamaba a su vecino del sur 38 mil kilómetros de zona marítima de notable importancia pesquera, perdidos hace más de un siglo en la Guerra del Pacífico, conflicto que implicó también a Bolivia.

Por estos días varios medios de prensa publicaron que el presidente de la corte internacional, Peter Tomka, leyó el fallo del tribunal el 27 de enero del presente año. El dictamen redibujó las líneas marítimas de ambas naciones, concediendo a la nación peruana un triángulo de mar de alrededor de 21 mil kilómetros cuadrados, en propiedad de Chile antes de la decisión judicial.

Gráfico que muestra lo dispuesto con el fallo de La Haya. Fuente: El Comercio.

Las disposiciones no indicaron ningún cambio en los límites terrestres, y reafirmaron la línea paralela al Ecuador como delimitador a partir del conocido “Hito 1”, para fijar dicha frontera. Los límites costeros tampoco sufrieron alteraciones, pues el espacio marítimo dispuesto para Perú se encuentra a partir de las 80 millas, y hasta las 120 millas, donde comienzan las aguas internacionales.

La razón de mantener hasta las 80 millas en propiedad chilena se debe, en favor de Santiago, al reconocimiento de los tratados pesqueros firmados por ambos países en 1952 y 1954, donde se delimitaban implícitamente los límites marítimos actuales. Según el profesor chileno de Derecho Internacional Jorge Contesse, los jueces aplicaron la llamada justicia contextualizada, con la cual se calculó que las actividades pesqueras en Chile de los años cincuenta del siglo pasado no se extendían más allá del límite acordado recientemente en el fallo, y de igual manera no existía por esa fecha manera de calcular o delimitar las fronteras mar adentro.

El fallo del jurado internacional, compuesto por 16 magistrados de diversas nacionalidades, fue calificado por los expertos como prudente, principalmente por la serenidad de lo acordado, que no solo implica cambios en los mapas geopolíticos, sino la alteración de la vida de muchas personas. El historiador y columnista peruano Antonio Zapata, comentó a BBC, al respecto del dictamen, que “deja a las dos naciones medianamente satisfechas, medianamente insatisfechas. Ese estado de ánimo ayuda a que se concrete un fallo y que en ese sentido no solo es salomónico sino sabio”.

El presidente Ollanta Humala observa desde su despacho el fallo de la Corte Foto: AFP.

El presidente de Perú, Ollanta Humala, quien siguió expectante desde su despacho las palabras de los jueces, se mostró muy contento con lo aprobado, e indicó en mensaje público que era un día importante pues se había conseguido el reconocimiento de kilómetros de propiedad peruana, casi un 70% de lo pretendido. Algo más parco fue el expresidente de esa misma nación, Alan García, quien llevó el caso a los tribunales en 2008, y al respecto indicó que “no es todo lo que hubiéramos querido ganar. En la vida hay que saber reconocer algo que se ha ganado y que podemos estar contentos”.

El presidente en funciones de Chile, Sebastian Piñera sigue la transmisión en vivo del dictamen Foto: Presidencia de Chile.

Por otra parte, el mandatario chileno en funciones, Sebastián Piñera, se mostró de algún modo complacido pues pudo su país haber perdido más de lo pactado; y agregó que la Corte Internacional de Justicia de La Haya confirmó, en lo sustancial, los argumentos de la posición chilena, y en efecto, reconoció la existencia de un acuerdo marítimo (los tratados pesqueros de 1952 y 1954), y adicionalmente mantuvo los límites según el “Hito 1”.

Si bien los activos gubernamentales de ambas naciones mantuvieron la espera por el dictamen, los pobladores de ambos países sudamericanos también aguardaron por conocer el destino del territorio que habitan, especialmente los pescadores de las ciudades de Arica y Tacna (en Chile y Perú, respectivamente), dos emplazamientos vecinos y separados por la línea de frontera entre los dos estados.

El presidente de la Asociación de Armadores Pesqueros de Naves Menores de Arica, Manuel Fajardo, explicó a la agencia EFE, que si la corte internacional concedía a Perú todo el territorio reclamado, entonces ellos perderían el lugar donde realizan la actividad económica que sostiene a las familias de la zona, principalmente la pesca de la anchoveta (especie de sardina).

Un día antes de que se dictara el fallo, los pescadores chilenos y sus familias realizaron una manifestación pacífica con banderas negras, sobre todo dirigido al gobierno de Piñera, al cual ya habían solicitado una compensación en caso de que se ocupara su franja de mar por la administración peruana.

Finalmente el fallo mantuvo las primeras 80 millas, y de ese modo los pescadores artesanales de Arica respiraron aliviados, aunque los que se adentran a mares más profundos se quejan actualmente por la zona perdida.

Por otra parte, Perú sí se beneficiará con el triángulo de mar concedido, donde habitan especies como el tiburón, perico, pez espada y pota. Según la Presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería, Elena Conterno, el acuerdo no incrementará la captura de la anchoveta, pero beneficiará la pesca en profundidad.

Los pequeños pescadores de Tacna, en Perú, quedaron a la espera de mejorar su situación, pues a pesar de ser un poblado con costas al mar, es lo que se reconoce como “costa seca”, pues las primeras millas de agua corresponden al chileno poblado de Arica; una incoherencia en la delimitación entre las líneas terrestres y las marítimas. (Ver gráfico).

Un poco de historia, y el reclamo boliviano

El conflicto territorial en la costa oeste del continente latinoamericano tiene sus orígenes en la Guerra del Pacífico, iniciada en la lejana fecha de 1879, en la cual se enfrentaron las naciones boliviana y peruana contra el vecino del sur, Chile, este último apoyado e incitado por los intereses económicos de su antigua metrópoli inglesa. Finalmente, los chilenos salieron victoriosos.

Como explica el artículo del sitio online Rebelión, los peruanos mantuvieron las hostilidades durante cuatro años, y al claudicar perdieron las provincias de Tarapacá y Arica. Este último es el actual pueblo chileno de pescadores que pudo haber sido afectado con lo dispuesto recientemente por el fallo de la Haya. Al aceptar la capitulación de Perú las tropas chilenas entraron en Lima, la capital, y saquearon sus posesiones, y no se retiraron hasta 1884.

Por otra parte, los bolivianos debido a sus escasos recursos bélicos perdieron la guerra en solo un año, y mediante la firma del Tratado de Paz de 1904, la nación perdió extensos territorios como la provincia de Antofagasta en el desierto de Atacama, y de esa manera su total salida al mar.

Chile en años posteriores ha mantenido su postura de otorgar facilidades de acceso marítimo al pueblo boliviano, pero sin ceder soberanía territorial, aun cuando Bolivia presentó el litigio ante la Organización de Estados Americanos, y logró en 1979 la Resolución 42638 que define su enclaustramiento marítimo como un problema hemisférico.

Uno de los principales objetivos de la política exterior del presidente Evo Morales, desde su arribo a la silla presidencial en 2005, ha sido devolverle a su pueblo los territorios que hoy ocupan los habitantes chilenos desde hace más de 100 años.

En la II Cumbre de la CELAC, el presidente boliviano, luego de conocer el fallo en favor de Perú, comentó que “espera que la Corte actúe con la misma equidad y justicia para resolver nuestra demanda ante Chile”, solicitud presentada en abril del pasado año ante la misma instancia de justicia.

En América Latina y el Caribe corren nuevos tiempos, fundamentalmente tiempos de unidad, ordenamiento casi irrevocable para el desarrollo de la región. La CELAC constituye una organización impulsora de estos cambios y entendimientos, para que litigios como el de Perú, Chile y Bolivia, encuentren respetuosa conclusión.

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