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Brújula de nuestra ruta

Foto: Roberto Carlo Medina.
Foto: Roberto Carlo Medina.

“El pensamiento de José Martí es faro para la forja de la unidad y la integración de los pueblos latinoamericanos y caribeños”. Así sintetiza el joven jurista Yusuam Palacios, presidente nacional del Movimiento Juvenil Martiano, el significado del ideario del Héroe Nacional en torno a la integración que hoy se materializa en América Latina y el Caribe.

“Martí fue el más grande de los bolivarianos de su tiempo; supo apropiarse de las esencias del sueño de El Libertador, a partir del hecho de que este representaba una razón trascendental para la salvación de un continente que estaba ávido de transformarse, y en primer lugar, conseguir la verdadera independencia y la identidad propias; por eso, asegura Palacios, la vigencia de su pensamiento es brújula de este acercamiento que hoy vivimos”.

Con vehemencia, subraya que no habrá unidad latinoamericana si no somos capaces como pueblos de reconocer nuestra historia común y diversa, para forjar el valor como naciones que tenemos y merecemos. Es inadmisible continuar sujetos a la realidad que enunciara el Apóstol en el ensayo Nuestra América, de ser “las dolorosas repúblicas y tierras sufridas” que fuimos antes del despertar latinoamericano.

Se hace difícil hablar de Martí y no utilizar sus propias palabras, —acentúa este joven estudioso sin temor a equivocarse: “Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser el de nuestra repúblicas”. Nos exhorta así el Maestro a conocer y enseñar la historia de América, a servirse de la identidad nacional de cada pueblo, para luego con las características identitarias de nuestros países: espirituales, culturales, de tradiciones e incluso de pensamiento y acción, hablar de una única América.

Tal parece que Martí está presente cuando en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se reúnen las 33 naciones miembros para pensar como región, sin obviar la diversidad que existe entre ellas y que las distingue y encausa con sus características propias en cada paso de los procesos de integración.

Estos logros han sido también el resultado del pensamiento y la acción de dos grandes discípulos de Bolívar y Martí, como lo son Fidel Castro y Hugo Chávez, quienes están en el origen de los firmes pasos que hoy se dan en pos de la unidad del subcontinente.

Cuanto está sucediendo en nuestro país en estos días, como resultado de una conjunción de fuerzas importante, pone el listón bien alto al resto del mundo y demuestra que estamos frente a un cambio de época. Es la evidencia del nacimiento de la auténtica unidad latinoamericana, aseguró.

El hecho de que la II Cumbre de la Celac sesione en Cuba, que comience precisamente el día en que nació José Martí, tiene un significado muy especial, y que en ella esté presente la influencia del pensamiento martiano en los hombres que hoy están poniendo en marcha y haciendo realidad la lucha por la integración, es un logro sin precedentes.

Hoy a más de 120 años de que el Apóstol dejara pautado como debía ser Nuestra América, sigue siendo “la hora del recuento y de la marcha unida”, porque el recuento es siempre ir a la historia, siempre ir a esa raíz de donde emana todo lo que a nuestros pueblos les hace falta para enfrentarse al presente y proyectarse hacia el futuro. Parece que hoy como él lo vislumbró comenzamos de veras a unirnos, “apretados como la plata en las raíces de los Andes”.

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