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El milagro de Amaro

Las botellas de 500 mililitros tienen una alta aceptación en el mercado.  foto De la autora
Las botellas de 500 mililitros tienen una alta aceptación en el mercado. foto De la autora

La naturaleza fue pródiga al depositar en Amaro, una intrincada comunidad del municipio villaclareño de Santo Domingo, manantiales de agua pura. También sabia la inteligencia humana porque utilizó las propiedades terapéuticas del líquido.

Por estas razones desde 1885 se estableció allí un balneario y en la actualidad existe una embotelladora de agua mineral natural.

Es conocido que galenos de la talla de Joaquín Albarrán y Ángel Arturo Aballí recomendaban su uso, que el historiador Emilio Roig de Leuchsenring recoge en varios de sus artículos que dicha agua fue exportada durante años.

En 1911 obtuvieron la medalla dorada en la feria comercial de La Habana, un año después repitieron el éxito en un evento similar organizado en Camagüey. En 1917 se le acreditó el Gran Premio en Milano, Italia.

Los estudios geológicos confirman que contiene cloruros, bicarbonatos, sulfatos, calcio, sodio; es rica en sílice, zinc, hierro y magnesio. Tiene transparencia natural, bacteriológicamente libre de contaminación y alta potabilidad.

La actual embotelladora

En un viejo pero remozado caserón donde se creó en 1911 la primera embotelladora, se ubica actualmente la unidad empresarial de base Aguas Amaro, perteneciente a la Empresa de Bebidas y Refrescos de Villa Clara, del sector de la industria alimentaria, cuyos trabajadores celebran su día esta semana.

Allí todo está sincronizado: unos reciclan envases, otros los conforman, ponen etiquetas. Las botellas se encarrilan sobre la estera con el agua milagrosa… hasta empacarlas para su comercialización.

Con agua mineral natural llenan botellas de 500 mililitros, galones de cuatro litros y botellones de 19; además, realizan producciones adicionales como el sirope y el envase de ron.

Por una conductora de 1,7 kilómetros, certificada para uso alimentario, llega el agua a la fábrica. Muchas son las medidas de protección alrededor de los dos pozos de 82 metros de profundidad, de flujo continuo con reservas para cerca de 25 años.

“El cuidado de estos y sus alrededores es vital. Están sellados y cercados, establecido el personal que puede acceder y se verifica constantemente su seguridad”, explicó Rodolfo Sánchez Martínez, el administrador.

“En la industria el control es estricto. Poseemos los avales, certificaciones y normas requeridos para el consumo humano. Se realizan a su vez verificaciones en nuestro laboratorio”, aseguró Sánchez Martínez.

Para el ingeniero Janoi Suárez, jefe de mantenimiento, conservar la tecnología ha sido un reto. “Se recuperó de manera capital la máquina conformadora de envases plásticos, hubo que restablecerle el sistema de articulación y los brazos por el alto desgaste. También se rescató el control de llenado. Actualmente se trabaja en una adaptación en la tapadora. Tales innovaciones evitan las importaciones de piezas de repuesto y mantienen de alta la tecnología”, puntualizó.

Durante el 2013 esta entidad, cuatro años vanguardia nacional del Sindicato de la Industria Alimentaria, produjo 305 mil cajas de diferentes formatos, lo cual fue posible por el esfuerzo de muchos que hicieron el milagro de superar el plan en 34 mil cajas y también por haberse establecido en el mercado con clientes seguros.

Además de agua…

La Empresa de Bebidas y Refrescos de la provincia de Villa Clara se caracteriza por el rescate de productos cubanos, desarrollar tecnologías, mantener la calidad de las producciones, así como su presentación.

Nacionalmente son conocidos los rones Decano y Arecha, el vodka Villa Clara, el vino Brindis y el agua Amaro. Además, han incursionado en la producción del refresco en bolsa Coral, con más de 800 mil unidades mensuales.

Entre las nuevas tecnologías introducidas destacan los empaques de nailon, envases de polietileno, refrescos premezclados, tratamiento de agua por ósmosis inversa.

El ingeniero Leonel Alvarado Machado, director general, afirmó que la proyección inmediata es avanzar en la elaboración de refrescos. “En fase de terminación se encuentra una línea para procesar estos en envases plásticos, deben producirse 50 mil paquetes, cada uno de 12 pomos. Dicha inversión fue posible a partir del proyecto de desarrollo local de la ciudad de Santa Clara”, aclaró.

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