Críticas sin respuesta: un hábito ya frecuente

Críticas sin respuesta: un hábito ya frecuente

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La crítica de la prensa no es respondida por las institucionesLos trabajos críticos que con mayor empeño escribí en el año 2013 duermen un fatídico sueño, pues ninguna de las personas ni entidades enjuiciadas se hicieron eco de esas estocadas periodísticas.

Siempre supuse que las cosas cambiarían para bien tras la realización en julio pasado del congreso de los periodistas cubanos y luego de las palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz ese mismo mes en la clausura del período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Sin embargo, el asunto se enrarece cada vez más y muchas de sus aristas asumen ropajes camaleónicos; y lo peor es que en los ejemplos mencionados —que lamentablemente no son los únicos— los directivos de dichas actividades parecen haberse hecho de la vista gorda ante evidencias de corrupción, ilegalidad y malos procederes de personas bajo su mando.

En tres ocasiones nuestro semanario hizo públicas irregularidades en la venta de ron a granel en la capital, pero el director de la Unión de Empresas de Comercio encargada de esa labor en el territorio no se dignó a informar qué habían hecho al respecto, si aplicaron alguna sanción, o si acometieron algún plan de medidas para desterrar esa añeja práctica.

Cuando en noviembre pasado critiqué las triquiñuelas de no pocos choferes del transporte público, quienes a la vista de todos se apropian —y hablo en presente porque el mal continúa con todo vigor— de dinero de la recaudación, ninguno de los directivos de esa rama se tomó el trabajo de responder la acusación.

El tercer ejemplo, el más sensible, demostraba el mal proceder en el servicio de cremación de un fallecido. En esa oportunidad, el pasado 5 de diciembre, se violaron principios éticos esenciales, pues aunque un cadáver esperaba para ser incinerado, tras una llamada telefónica “del gobierno provincial” al funcionario de Servicios Necrológicos de La Habana, este indicaba a la funeraria Mauline que otro fallecido, llegado después, tenía prioridad.

Fue tal el desasosiego de los afligidos familiares que decidieron enterrar el cadáver y no esperar por el hipotético momento en que le tocaría la cremación. ¿Fue real o fantasmagórica la llamada telefónica?, me pregunto desde entonces.

La sociedad cubana se debate hoy en medio de disímiles y cruciales frentes para su perfeccionamiento económico y social, pero mientras fenómenos como los descritos se sucedan y estos no se enfrenten entre todos, en especial por los que tienen la encomienda estatal de velar por el buen funcionamiento de determinada actividad, no se podrá ganar la batalla.

Si públicamente se denuncia la falta cometida por el chofer del P-9, y también otras indisciplinas de transportistas en los ómnibus, y las autoridades que dirigen esa labor no asumen —y lo demuestran— como una crítica directa a ellos mismos lo aparecido en las páginas del periódico, entonces no se eliminará el mal.

A igual criterio recurro ante la callada de los funcionarios del comercio en la capital y de los compañeros de Servicios Necrológicos, o de sus instancias superiores, todos dependientes del gobierno provincial.

Si la prensa denuncia y no informa la solución ni qué pasó después, entonces nuestra gestión queda lastrada por el silencio, la desidia y la falta de credibilidad, algo que deplora la población.

El tema, visto desde la óptica aquí planteada, ya no se circunscribe a la muy lamentable actuación de un chofer, un bodeguero o al funcionario de la funeraria, sino a la gestión de los directivos al frente de esas actividades, y también a los que un poco más arriba en la cadena de mando no les exigen una respuesta pública a la crítica.

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Un comentario en Críticas sin respuesta: un hábito ya frecuente

  1. Hace tiempo Gabino, he celebrado y celebro ademas tu conducta de periodista, he hecho algun comentario, que no me has publicado por aqui, pero no me preocupa eso, mas que todo comento por solidaridad, en primer lugar con tu batallar, en segundo con los afectados y el pueblo en general, a la larga, hablando literalmente creo que los mas del os directicos «se limpian» con lo que a veces aparece en la prensa, que algunas veces suelen ser criticas muy duras. Tampoco los de mas arriba, no interame para nada sus nombres, se hacen los de la vista gorda o simplemente no controlan la «generosa» gestion de los subrodinados. Asi por ejemplo cuando denunciastes el tema de la gestion necrologica (por cierto parece, por una noticia que lei recientemente, parece que han hecho algo nuevo o reparado algun crematorio), para nada Comunales, ni sus jefes de mas arriba respondieron nada, lo que quier decir, y lo menciono porque es obvio. El MINCIN no hizo caso, quedo sordo y mudo, cuando aqui se cuestionaba el actuar de la gastronomia y de los servicios, donde habita, muchisimas veces un antro de corrupcion; desde el empleado que «vende primero sus productos», o e que le echa cubos enteros de agua al ron, o el que vende su ron fradulentamente embotellado, con recipiente etiquetas y todo como si fuese el fabricante original, o las veces que los sacos de arroz arriban a la bodega din el epso correcto y despues el bodeguero «te pasa la cuenta», o el famoso pollo que merma, por la cantidad de agua que le suelen meter para «banarlo» aumentar su peso y asi poder robar, pagando siempre el consumidor que es miserablemente robado por el carnicero – el MINCIN silencio total.

    El slavaje desenfado conque una denuncia tuya publicada sobre el carro del P 9 de lo que vivistes directamente y que fuye callado y silenciado, primero por el organo base donde radica este omnibus y su chofer, y despues por el propio MINTRANS y yo pediria cuentas hasta el propio Ministro.

    Leeran nuestros dirigentes los periodicos donde «se publica lo permitido», todas las coidianas denuncias que aparecen? a decir Granma, Trabajadores, JT y otros medios de prensa provinciales?, miraran acaso los comentarios que aparecen de parte de un sin numero de foristas u opinantes, comentaristas que formamos parte del pueblo y que desde una posicion consecuente, in temores decimos lo que hay que decir aunque llas mas de las veces podemos ser censurados porque estamos «hablando claro»?. No lo creo, quizas el Intranet o su INternet gratuito solo lo utilizan para ver otras cosas, y yo less invito a preocuparse mas por su responsabilidad administrativa, por su s responsabilidad ciudadana y por el honor y no el misero honor sino el verdadero, que compulsa a merecer el lugar donde estamos.

    Denuncias sin respuestas hay muchisimas. Lo que decia Miguel Diaz-Canel hace tiempo se dice, y sin embargo los canallas siguen ocupando sus lugares, siguen burlandose de periodistas, del pueblo y hasta de la Direccion Politica del pais. Cuando llegara la carga de Ruben a proposito de haber conmemorado estos dias su existencia?, donde esta el severo y honradisimo, honorable sable de nuestros libertadores, para cortar a ras las plantas de los canallas, vendepatrias?. El peligro que se cierne todos los dias sobre la Revolucion se acrecienta, todos y cada uno de los dias de nuestra vida. No se que hace toda la burocracia que suele pararse sobre un pedestal, sobre ese que sustenta la patria, no lo se. Malditos todos los que comercian y hacen padecer a nuestro pueblo, por su misera conducta de acallar lo mal hecho y de no exigir que todo ha de cumplirse en funcion del pueblo.

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