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Que nunca falte la luz

Por Yuneimys Silva Echevarria, estudiante de Periodismo

Fotso: Agustín Borrego

Si se apagan las luces sin avisar, en ese instante en que todo queda a oscuras por falta de electricidad, no tarda quien se acuerda de ellos y rápidamente reclama su presencia. Son los trabajadores de la industria de la energía eléctrica, los más solicitados cuando llega el “apagón”.

No importa la hora, tampoco el lugar ni siquiera la lejanía; nada pone freno a estos hombres que se empeñan en mantener encendida “la lucecita”. Emilio Capote Aguilar es uno de ellos, una persona que disfruta devolver el bienestar a los ciudadanos. A eso se dedica hace 40 años y como sus compañeros celebra este 14 de enero el Día del trabajador eléctrico. Al preguntarle qué lo motivó a entrar en el oficio expresó:

“Siempre admiré la labor de los electricistas, y al salir de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) me capacité y aprendí lo necesario para comenzar a trabajar”.

Actualmente, Capote se desempeña como jefe de brigada en la construcción de la subestación de Tallapiedra, una de las más importantes con que contará la capital. Habla con orgullo de su quehacer.

“Nos ocupamos del mantenimiento, construcción y puesta en marcha en lo referido a plantas y subestaciones. Con nuestro trabajo pretendemos mejorar el servicio en Centro Habana y La Habana Vieja, afectado durante los últimos años. En ese empeño instalamos equipos con tecnología de punta, pues los que tenían aquí quedaron obsoletos”.

Emilio asegura que lo más difícil de su labor es el peligro al que diariamente se expone.

“Quienes nos dedicamos a esto corremos el riesgo diario de sufrir un accidente fatal. Es fundamental trabajar atentos a lo que hacemos y cumplir con las normas de seguridad laboral. Si violamos estos requisitos ponemos en peligro nuestra vida y la de nuestros compañeros. Desgraciadamente hemos perdido a varios por esta causa, aunque no es una cuestión que se da con frecuencia”.

Confiesa que es un tema que a menudo conversa con su hijo, quien decidió seguir el camino de su padre. “Desde muy joven está conmigo en esta tarea. Trato de enseñarle lo bueno que sé para que aprenda a actuar como se debe en cualquier situación que se presente”.

Emilio Capote Aguilar: “Lo más importante es brindar un servicio rápido y eficiente”.

Por su buen desempeño, Capote ostenta la condición de vanguardia del Sindicato Nacional de Trabajadores de Energía y Minas, así como de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores. Además, posee el Sello 8 de Octubre y el reconocimiento por contribuir a la construcción de las subestaciones que se realizaron con motivo de los Juegos Panamericanos en 1991. Actualmente es candidato para la entrega de la medalla por los 40 años en la prestación de servicios de la Empresa Eléctrica.

Esas cuatro décadas lo han hecho recorrer el país de punta a cabo. En situaciones de desastre como las ocasionadas por los huracanes parte con sus compañeros hacia las zonas dañadas para contribuir a la recuperación. Es un viaje sin fecha de regreso, todo depende de la rapidez en el accionar y la destreza con que solucionen los problemas.

“En estos casos tenemos un trabajo fuerte para devolver el servicio a la población. Anticipadamente cada cual sabe lo que tiene que hacer y a quien debe recoger, de esta manera se conforman las brigadas. No terminamos mientras haya un lugar oscuro por falta de electricidad”.

Así piensa Emilio Capote Aguilar, uno como muchos otros, consagrado a su faena. Él, junto al resto de los trabajadores de la industria de la energía eléctrica, labora para que la oscuridad se ilumine.

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