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Gas licuado: Liberado pero controlado

A pesar de las muchas inquietudes  que despertó en la  población de La Habana y la  ciudad de Santiago de Cuba  la venta del gas liberado, las primeras  semanas han transcurrido sin sobresaltos.  El precio, las características  del nuevo servicio, la necesidad de  contrato fueron algunos de los temas  de preocupación.

Según datos ofrecidos por la Dirección  Comercial de la Unión Cuba  Petróleo (Cupet), hasta finales de la  pasada semana, se habían efectuado  mil 270 contratos en total entre ambas  provincias.

“Es excelente la idea, el precio me parece razonable, aunque no descarto la posibilidad de que en algún momento se analice una disminución”, dice el santiaguero Rafael Calunga. Foto: Betty Beatón Ruiz

“El proceso se desarrolla con absoluta  tranquilidad y sin incidencias  de ningún tipo. Antes se prepararon  las condiciones técnicas y humanas  para dar respuesta a la medida y hasta  el momento se ha logrado satisfacer,  sin contratiempos, la demanda de  la población, tanto en los puntos de  venta como en las casas comerciales”,  explicó Manuel Álvarez Izaguirre,  director de la Unidad Económica de  Gas Licuado en Santiago de Cuba,  de la Empresa Comercializadora de  Combustibles.

Riyaguel Capote Rodríguez, director  de Comercialización de Cupet  explicó que “el objetivo de esta medida  es facilitarles la vida a los ciudadanos.  Es una opción más, una variante  a precio sin subsidio y no sustituirá el  habitual servicio normado”.

De precios y otros demonios

En el reparto Poey, del municipio capitalino  de Arroyo Naranjo, el método  de cocción fundamental es la electricidad,  lo que se complementa con  dos cilindros de gas normados al año  para caso de desastre s naturales. Los  pobladores de esta zona por tales características  necesitan adquirir más  gas licuado para cocinar.

Lázaro y Ada, vecinos del lugar,  opinan que “es una oferta válida y  sobre todo legal. Antes tenías que  depender del mercado negro para adquirirlo,  pero en ocasiones ni con el  dinero resolvías. Si se mantiene estable  el abastecimiento, todo estará  bien.

“Que el gas cueste 130 pesos pasa,  pero ¡todo el mundo no puede dar  500 pesos por una balita!”, expresó la  abuela Gloria. “Con la chequera y los  sueldos bajos la cuenta no da. Se va  todo el dinero en comida y entonces  tendremos que elegir entre el gas y los  alimentos”.

Por su parte Martha se cuestiona  por qué debe alquilar una balita  si ella, aparte de la que le entregó el  Estado, tuvo que comprar “por la izquierda”  otras dos. “¿Ahora si no llevo  los cilindros censados no puedo  comprar gas liberado?”

Al respecto Guillermo Portuondo  García, jefe del punto de venta 12010,  Poey 1, aclaró que se lleva en un registro  la numeración de cada balita y  se despacha según este. “Si una persona  trae un cilindro y el número no  coincide con el de aquí no se le despacha.  Para volver a comprar debe traer  el mismo que se le entregó”.

Las primeras semanas de venta del gas liberado han transcurrido sin sobresaltos en La Habana y la ciudad de Santiago de Cuba. Foto: César A. Rodríguez

Capote Rodríguez refirió que  “no está previsto legalizar las balitas  que están fuera de control porque  muchas veces son activos fuera  del ciclo de vida y son altamente peligrosos”.

“Es excelente la idea”, dice el  santiaguero Rafael Calunga. “El  precio me parece razonable, aunque  no descarto la posibilidad de que  en algún momento se analice una  disminución. En realidad lo más  preocupante para mí, y para otras  personas con las que he conversado,  es la estabilidad del producto, pues  ya tenemos la experiencia con los jabones  de baño, de lavar, con la pasta  dental o el chocolate, casi siempre lo  que se libera luego escasea, ojalá no  pase con el gas”.

“Para La Habana y Santiago de  Cuba sí tenemos las garantías para  mantener abastecido el mercado. En  el país se produce el 70 % del gas licuado  y solo importamos un 30 %”,  apuntó Capote Rodríguez.

En las provincias escenario del  experimento muchos pensaron que  los puntos de gas licuado se abarrotarían  de clientes tras la entrada en  vigor de la medida de liberar la venta  del producto, pero la realidad fue  otra. “El lunes pasado pensé encontrarme  una larga cola pero no fue así  —comentó Laiza Ocaña Turcaz, dependienta  del punto de gas número 41  de la ciudad de Santiago de Cuba—,  el resto de la semana la afluencia de  clientes demandando gas liberado se  puede calificar de baja, unos cuatro  por día como promedio; a lo que sí  acuden muchos es para esclarecerse  sobre aspectos relacionados con la  medida y siempre se van con la explicación  necesaria”.

En otras zonas de la capital donde  el gas se entrega cada determinado  grupo de días, en dependencia del tamaño  del núcleo familiar, los usuarios  refieren no tener necesidad de comprar  el liberado. “Considero que la medida  es buena, una alternativa. En mi casa  alcanza, nos lo dan cada 19 días; incluso,  a veces vengo y aún queda gas en el  cilindro”, comentó Alberto, vecino del  reparto Flores, Playa.

En uno y otro sitio ha primado el diálogo esclarecedor de los trabajadores con los clientes, ante las muchas dudas que suscita esta venta liberada del gas licuado. Foto: César A. Rodríguez

Contrato: cuestión de seguridad

La seguridad del cliente es el principal  motivo por el cual es necesario establecer  un contrato para la venta del  gas liberado, aunque pueda parecer  una contradicción.

“El contrato no es una traba y es  por tiempo ilimitado”, aclaró Capote  Rodríguez. “Los clientes podrán comprar  cada vez que deseen; más bien se  refiere a la responsabilidad en el uso  de cada parte, al control del cilindro  y al correcto manejo del gas.

“Las principales causas para que  se prescinda son el traspaso de manera  insegura de gas de un cilindro  a otro y que se venda ilegalmente el  cilindro o este con el gas.

“Es preciso aclarar que no es una  decisión tajante, siempre hay una  primera advertencia, pero cuando  hay indisciplinas de este tipo reiteradas,  que pongan en peligro la  seguridad, se cancela el acuerdo”,  concluyó.

Tarifas aprobadas por el Ministerio de Finanzas y Precios

Gas licuado en cilindro de 10 kilogramos: 130 CUP
Alquiler de cilindro vacío de 10 kilogramos: 500 CUP
Abrazadera o presilla: 5.40 CUP
Regulador: 51.90 CUP
Un metro de manguera: 6.90 CUP

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