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Semestre en el Mar, para que no hayan mundos paralelos (+ Fotos)

Fotos: Roberto Carlos Medina
Foto: Roberto Carlos Medina

“Hogar, calidez, amor, fantástico, familia,”. Cuando regresen en la tarde de hoy a Estados Unidos, sensaciones como estas son las que se llevan Melody, Kathy, Kevin y Mogina después de tres intensos días asomados a la realidad cubana. En tres días uno solo puede comenzar a sospechar que entiende las cosas, pero es el primer paso para acercarse a comprender los fenómenos sociales y culturales de un país.

Fue durante la administración Bush, en la que se endureció la política con relación a los viajes a Cuba, que se detuvieron los viajes de Semestre en el Mar. Pero apenas los organizadores del programa supieron que el gobierno de Barack Obama estaba retornando a las políticas de Clinton en materia relaciones bilaterales, pidieron sin vacilar su licencia para viajar a Cuba.

Les MacCabe, presidente y CEO del Instituto de Estudios a Bordo, institución encargada de organizar el programa, a la pregunta de por qué su interés en Cuba contestó:

Les MacCabe, director del Instituto de Estudios a Bordo.
Foto: Roberto Carlos Medina

“Este programa es acerca de educar jóvenes y ayudarlos a alcanzar una verdadera perspectiva global. Para hacer eso los llevamos con toda intención a varios países con diferente desarrollo económico, sistemas políticos, culturas, lenguas; para que durante los 105 días que dura la travesía tengan la oportunidad de comparar y contrastar todo lo que han visto.

“A pesar de nuestra proximidad geográfica para muchos norteamericanos Cuba es un país que está muy lejos, del que se puede leer y escuchar mucho pero no se entiende hasta que se visita. Y la posibilidad de venir a Cuba, de intercambiar con estudiantes de su misma edad, de comparar y ver los puntos que tienen en común les da una comprensión de la realidad de Cuba. Es el espíritu de las nuevas regulaciones y el espíritu de establecer contactos persona a persona es lo que nos ha traído directamente a Cuba.”

Fue este un fantástico retorno del programa, si nos guiamos por las opiniones de los estudiantes y profesores norteamericanos y cubanos que participaron en el intercambio. Después de visitar catorce países, que es lo mismo que decir visitar catorce realidades distintas, llegó a Cuba el crucero MV Explorer  cargado de 568 jóvenes curiosos de conocer de primera mano este país que queda tan cerca y tan lejos para el común norteamericano.

Durante 3 días los visitantes pudieron intercambiar con otros estudiantes universitarios, desandar las calles de La Habana, recibir largas y venerables conferencias,  participar en catorce excursiones clase que incluyeron visitas a sitios de interés histórico y cultural, y lo más importante, tomarle el pulso, al menos por un rato, al país.

El crucero MV Explorer  partirá pronto; y como si no quisiera irse del todo avisó que como esos parientes queridos el próximo año volverá a tocar costas cubanas, y en esa ocasión permanecerá en el país por cinco días. Semestre en el Mar demostró cosas tan variopintas y esenciales como que un estudiante de Negocios de la Universidad de Nebraska y otro de Comunicación de la Universidad de La Habana pueden estar hermanados por la pasión por el béisbol y que funcionarios cubanos y norteamericanos pueden acercarse a discutir cara a cara sin que ocurra ninguna crisis diplomática. Los viajes de Semestre en el Mar a Cuba son uno de los mejores puentes que pueden tenderse entre Estados Unidos y nuestra nación, son un peldaño en la esperanza de reconectar dos países que se deben demasiado como para vivir en mundos paralelos.

Estudiantes universitarios norteamericanos del crucero Semestre en el Mar, visitaron la Universidad de la Habana, el 9 de diciembre de 2013.
Foto: Tony Hernández Mena / AIN
Foto: Otoniel Márquez / Juventud Rebelde.
Universitarios norteamericanos visitan la Isla de Cuba, como parte del programa Semestre en el mar.
Foto: Yamil Lage / AFP
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