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Temporada ciclónica: sin penas mayores en el Caribe

La trayectoria del huracán Sandy, el que afectó fuertemente al oriente cubano y al sureste de los Estados Unidos.
La trayectoria del huracán Sandy, el que afectó fuertemente al oriente cubano y al sureste de los Estados Unidos.

Al atardecer de ayer 30 de noviembre, mi vecina Amalia se persignó en la puerta de su humilde casa y dio gracias al cielo porque este año ningún huracán tocó tierra cubana durante la temporada ciclónica, finalizada precisamente este sábado. Ella ha visto mucho desastre a causa de ellos en sus 91 años de vida

La doctora Maritza Ballester Pérez, especialista del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba, confirmó a la prensa que el período transcurrió relativamente tranquilo para la mayoría de los países de la cuenca Atlántica.

Explicó que durante del 1º de junio al 30 de noviembre se formaron 14 organismos tropicales, de los cuales 13 se convirtieron en tormentas tropicales y solo dos de ellos alcanzaron fuerza de huracán. Añadió que una actividad tan baja no se presentaba desde 1982.

Se refirió a que, a pesar de que varias condiciones atmosféricas normalmente asociadas con temporadas activas estuvieron vigentes este año para el desarrollo e intensificación de ciclones, la etapa transcurrió con calma.

Otros estudiosos plantean que ese comportamiento plantea un enigma a expertos.

«Hay que remontarse para encontrar una temporada de huracanes en el Atlántico tan inactiva, con solo dos huracanes, cuando lo normal son seis, y sin ningún ciclón de categoría mayor», dijo Todd Kimberlan, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de los Estados Unidos, según reseña un sitio en Internet.

Si bien se registraron 13 tormentas tropicales, una cifra ligeramente por encima de lo normal, Kimberlan calificó de «enigma» el comportamiento «absolutamente inusual» de este período y reconoció que ahora mismo «es una cuestión abierta» que los científicos deben examinar a fondo.

En concreto, el experto del CNH se planteó si la escasa actividad ciclónica de este año anticipa «el final de un ciclo de huracanes intensos».

«Nos preguntamos si esto es una señal de que se está acabando el ciclo activo de huracanes… o no». En cualquier caso, insistió, «este año lo podemos definir como un enigma. Es muy difícil de entender».

En junio pasado, al comienzo de la temporada en la cuenca atlántica, los cálculos de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) preveían la formación de 13 a 20 tormentas tropicales y de 7 a 11 huracanes, de los que entre 3 y 6 podían ser de gran intensidad.

De hecho, solo se contabilizaron en esta temporada dos huracanes, ‘Humberto’ e ‘Ingrid’, de categoría 1, el mismo número que en 1982, y ningún ciclón de categoría mayor, cuando lo normal es que se formen al menos dos.

Se atribuyó la escasa formación de huracanes en la cuenca atlántica, especialmente en el Caribe, a la acción, en gran parte, de los vientos cortantes registrados en las capas superiores de la atmósfera, a más de 122 kilómetros de altitud.

También puede haber influido la baja humedad del aire en las capas medias de la atmósfera, la «inusual sequedad del aire entre África y el Caribe, por encima de lo normal», apuntó.

Algunos científicos y meteorólogos achacan, en ese contexto, al polvo arrastrado por los vientos desde el desierto del Sahara y al masivo desplazamiento de partículas de polvo de esa zona en junio un factor de influencia en la baja actividad ciclónica de esta temporada en el Atlántico.

Al otro lado

Sin embargo, al otro lado del mundo, en el océano Pacífico, un tifón de enormes proporciones azotó Filipinas y dejó más de 5 mil 600 muertos y gigantescos daños materiales.

Reconstruir las áreas devastadas por Haiyan a principios de noviembre requerirá de tres y cinco años y costará más de 2 mil millones de dólares, según fuentes oficiales.

Eduardo del Rosario, director ejecutivo del Consejo Nacional de Coordinación de Desastres (NDRRMC) en ese país, indicó a la prensa que el presidente de Filipinas, Benigno Aquino, no quiere simplemente reparar los daños, sino que las nuevas estructuras sean mejores que las que había antes de la tormenta.

El Secretario de Planificación Económica, Arsenio Balisacan, dijo que el paso de Haiyan reducirá entre un 0,3 y un 0,8% el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país en el último trimestre.

El balance de muertos de uno de los tifones más fuertes que golpeó el país, continúa creciendo.

El NDRRMC informó que Haiyan dejó a su paso 5 mil 632 fallecidos y mil 759.

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