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Fis con todos los hierros

Leopoldo Fis ha dedicado toda su vida laboral a la industria azucarera y contribuyó a que el central-refinería Ecuador alcanzara el Premio Nacional Álvaro Reynoso a la Excelencia Técnica 2013. Foto: Del autor
Leopoldo Fis ha dedicado toda su vida laboral a la industria azucarera y contribuyó a que el central-refinería Ecuador alcanzara el Premio Nacional Álvaro Reynoso a la Excelencia Técnica 2013. Foto: Del autor

El Congreso de Leopoldo Fis Pérez es día a día entre  los hierros que él “doma”  con habilidad, gracias a  su fogueo en montaje industrial,  soldadura y pailería.

Solo unos minutos  hubo silencio en el central refinería  Ecuador, cuando  ese multilaureado trabajador  fue elegido como el  primer delegado directo al  XX Congreso de la CTC, por la provincia de Ciego  de Ávila.

“Es un hombre honesto,  afable, revolucionario,  siempre está a la ofensiva en  el cumplimiento de las tareas”,  opinan sus compañeros  del área de los molinos,  la cual es la más adelantada  en la actual etapa de reparaciones  de la maquinaria  industrial.

Fis agradece tal voto de  confianza: “Ahora, con más  razón, no puedo defraudarlos,  tenemos casi a punto la  planta moledora para ponerla  en marcha el próximo  día 20 que corresponde  realizar el primer ejercicio  de la zafra, ajustar los  mecanismos si hay fallas y  arrancar en la fecha programada, el 20 de diciembre”.

Ni los problemas familiares,  ni los 61 años vividos  minimizan la energía  de este obrero. “Llego al  ingenio a las cinco de la  mañana y permanezco  aquí hasta que haga falta,  máxime por estos días  de mucho trabajo y compromisos  para hacer una  zafra superior a la pasada  que en este central fue  tremenda la eficiencia; el  país necesita azúcar refino  de calidad, como la sabemos  fabricar aquí”.

Quien también ha sido  dirigente sindical en el  central insignia del territorio  avileño, alega que  “además del olor a melao  de caña que ya anhelo,  prefiero la música popular  cubana que disfruto  en el corto tiempo en casa  cuando me dedico a atender  a la familia; especialmente  a mi esposa e hijos  les agradezco su apoyo”.

Mientras intentaba indagar  más sobre las condecoraciones  merecidas,  entre las cuales figuran la  distinción de Hazaña Laboral  y la medalla Lázaro  Peña de III Grado, Fis  dio las gracias y sonriente  me dijo: “Voy a buscar  las herramientas, que los  molinos esperan, no me  perdonarían si perdemos  el primer lugar en la emulación”.

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