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Maestros a Guantánamo

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Fotos: Yuris Nórdido

Por: Lester Vila Pereira

Guantánamo es una de las capitales de la danza en Cuba. Nadie lo duda; mucho menos después de haber vivido lo que aconteció en escenarios y salones de la ciudad oriental, durante el IV Encuentro de Maestros de Danza, organizado por la compañía Danza Libre, la Uneac, la Asociación Hermanos Saíz (AHS), y el Consejo Provincial de las Artes Escénicas. Dedicado al recientemente fallecido bailarín y coreógrafo Alfredo Velázquez, esta edición fue oportunidad para que profesores y especialistas de distintas ramas se encontraran con bailarines y público en un agudo y fructífero intercambio.

Fueron días de energía y entrega. El calor no impidió que en los salones de la Escuela Vocacional de Arte Regino E. Boti, los educadores impartieran sus talleres de danza contemporánea, folclor, ballet, conferencias sobre historia de la danza, diseño escenográfico y estudios sobre montajes coreográficos. Grupos diferentes de muy jóvenes y excelentes bailarines corrían de un lado a otro tratando de no perder las clases. En las noches, los espectáculos se sucedieron en la escena del Guiñol, y en las sedes de las compañías Danza Fragmentada y Babul, participantes activos en el encuentro.

Los invitados también fueron recibidos por la sociedad Santa Catalina de Ricci o Pompadour, grupo reliquia que salvaguarda la Tumba Francesa, una de las expresiones más antiguas y peculiares del país, declarada por la Unesco Obra Maestra Cubana del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.

A decir del doctor Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba, invitado al encuentro, ha sido “una oportunidad en la que todos ganaron, no solo los alumnos y bailarines, sino también los maestros y profesores, que han confrontado sus saberes y ampliado sus experiencias”.

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