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Reflejo gastroesofágico: Trastorno digestivo frecuente

La doctora Zaily Dorta durante una consulta. Foto: Del autor.
La doctora Zaily Dorta durante una consulta. Foto: Del autor.

Por Michael García Pérez

Hace alrededor de tres años,  Irma Elena Hernández Rodríguez  comenzó a padecer trastornos  digestivos. “Me subían buches  amargos a la boca; al inicio eran  esporádicos, pero con el paso del  tiempo se hicieron más frecuentes  y sentía hasta una especie de quemazón  en el pecho, por detrás del  esternón”.

Remitida por su médico de familia,  acudió al especialista de Gastroenterología,  de San José de las  Lajas, quien después de un exhaustivo  interrogatorio y examen físico  diagnosticó que padecía de Enfermedad  por Reflujo Gastroesofágico  (Erge).

“El médico me explicó todo lo  referente a este mal, sus posibles  causas, manifestaciones, cómo podemos  evitar que aparezcan complicaciones  y, por supuesto, el tratamiento”.

Actualmente Irma Elena es valorada  en la consulta de Otorrinolaringología;  tres meses con disfonía  la hicieron acudir a este especialista,  quien después de varios estudios  opinó que su nuevo síntoma también  se relaciona con la Erge.

“Nunca imaginé que mi padecimiento  digestivo podría causar ronquera;  sin embargo, después que me  volvieron a poner tratamiento para  el reflujo no he tenido más problemas.  Ahora sé cuán importante es  cumplir con las orientaciones del  gastroenterólogo”.

Epidemiología y manifestaciones  clínicas 

En 1935, Winklestein describió por  primera vez el reflujo gastroesofágico  y sugirió que las lesiones del esófago  que aparecían en determinados  pacientes se debían al paso del ácido  del estómago hacia ese órgano. Este  síntoma se define como el paso de  contenido gástrico o intestinal a la  luz del esófago, en ausencia de náuseas  o vómitos.

“Ocurre cuando el esfínter esofágico  inferior deja de actuar como  válvula antirreflujo. Los aumentos  de presión intrabdominal también  lo favorecen. Diversos factores  constitucionales y ambientales se  implican en la aparición de dicha  dolencia”, afirmó la doctora Zaily  Dorta Guridi, especialista en Gastroenterología.

“La enfermedad aparece cuando  el reflujo causa síntomas o daño en  la mucosa del esófago e incluye un  amplio espectro de posibilidades  clínico-patológicas que van desde  los pacientes con síntomas sin esofagitis  a los diferentes grados de  inflamación esofágica, estén o no  acompañados de señales”, añadió la  profesora asistente e investigadora  agregada del Instituto de Gastroenterología.

La Erge sintomática es una de  las enfermedades esofágicas más frecuentes.  Aunque más de una tercera  parte de la población experimenta  síntomas atribuibles a reflujo, al menos  una vez al mes, solo el 5 o 7 %  refieren síntomas prácticamente diarios.  Afecta a uno y otro sexos, pero  es más frecuente en varones después  de los 50 años.

Una anamnesis detallada y la  exploración física son elementos  primordiales en el momento de diagnosticarla.  Se estima que en el 80 %  de las enfermedades del esófago se  puede llegar a establecer el diagnóstico  adecuado al realizar una buena  historia clínica.

Según explicó la doctora Zaily  Dorta, “la pirosis o sensación molesta  de quemazón que asciende  por detrás del esternón y que puede  irradiarse al cuello, es el síntoma  más común, secundado por  las regurgitaciones ácidas hacia la  boca. Otros menos frecuentes y que  llevan a descartar complicaciones  son: disfagia o dificultad para  tragar, dolor durante la deglución,  hemorragia digestiva y pérdida de  peso”.

También existen manifestaciones  atípicas o extraesofágicas.  “Dentro de estas se incluyen alteración  del esmalte dentario, faringitis,  tos crónica, amigdalitis, otitis  media, laringitis, neumonía y asma  bronquial, entre otras”.

Se impone el tratamiento higiénico  dietético 

Aunque el tratamiento con fármacos  es inevitable en quienes padecen de  Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico,  las medidas higiénico dietéticas  son inseparables de él.

La doctora Zaily argumentó que  “los pacientes deben ingerir alimentos  con frecuencia en pequeñas  cantidades, es decir, en desayuno,  merienda, almuerzo, merienda, comida,  merienda. Recomendamos no  consumir grasas, chocolates, quesos,  picantes, sazones artificiales,  refrescos gaseados y de paqueticos,  embutidos, té, ni menta.

“Los pacientes deben abandonar  el consumo de aspirina y de los antinflamatorios  no esteroideos (ibuprofeno,  piroxicán, indometacina),  así como el hábito de fumar y las bebidas  alcohólicas, y aconsejamos no  usar ropas ajustadas, evitar el estreñimiento  y el sobrepeso.

“Cuando predominan la regurgitación  y los síntomas nocturnos, se  recomienda que los pacientes eleven  la cabecera de la cama, a una altura  de 15 a 20 centímetros, evitando el  uso de almohadas.

“Es importante que los afectados  no se acuesten inmediatamente  después de la ingesta de alimentos  y que consuman los fármacos indicados  por el gastroenterólogo, en el  horario y dosis requerida”.

La Erge puede ser controlada  siempre y cuando se cumplan las  orientaciones del especialista; así  puede evitarse o retardar la aparición  de complicaciones tales como  úlceras esofágicas, estenosis del  esófago, sangramiento digestivo superior  y esófago de Barret.

Ante la sintomatología propia,  el camino a seguir es acudir al médico  de familia; este determinará  si el gastroenterólogo debe valorar  al paciente. Un diagnóstico oportuno  favorecerá una mejor calidad de  vida para quienes padecen la Enfermedad  por Reflujo Gastroesofágico,  un mal que aqueja a muchos  cubanos.

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