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Espina y sol

Ilustración: Manuel Hernández Malagón

Octubre es repicar de campanas, carga al machete, himno, dolor, gallardía. Cuba lo lleva clavado en la memoria porque uno de sus días, uno solo hubiese bastado para no olvidarlo jamás.

Fue en este, un 28, el encontronazo cultural entre España y la Isla, justo cuando Cristóbal Colón entraba a tierra americana por Holguín. Después, sangre, exterminio aborigen y de ellos, aferrada al suelo, prendida a los montes, la semilla de la rebeldía hecha savia.

Mes del Grito de Yara, de la Demajagua independentista de 1968, de un Bayamo envuelto en llamas antes que en manos españolas, de Perucho a caballo entonando Al combate corred…, de Céspedes, mambises, guerra.

De sus entrañas, un 16 de octubre de 1953, la voz de un joven convertida en pueblo y Fidel, abogado de su causa, acusador de un tiempo de tiranos y pobrezas, de torturas; proclamador de su sentencia. El tribunal del juicio por los sucesos del Moncada lo dudó, mas él lo sabía: La historia lo absolvió.

Por eso la Revolución y un Primero de Enero de luces, también de sufrimientos por lo que estaba por venir. Un país entero tras la sonrisa de un Camilo que ni el mar pudo sepultar. Él quedo esculpido en el alma de la Patria, aunque cada 28 se nos apriete el alma por el Señor de la Vanguardia y arrojemos flores por el hombre de 100fuegos.

En octubre, la fatídica casualidad no se conformó con arrancarnos la presencia real del Héroe de Yaguajay, quiso más. Empuñó el arma asesina de Ernesto Guevara de la Serna y lo hizo, sin saberlo, cuerpo inmortal, porque por donde mismo entró la bala se fue tu ternura del Guerrillero Heroico a preñar los montes.

Y Che, los mismos que no te soportaron libertador de pueblos, ni luchador contra el imperialismo donde quiera que estuvieras, pusieron la bomba el 6 de octubre de 1976. En aguas del Mar Caribe, el DC-8 de Cubana de Aviación y el crimen de Barbados. Estocada terrorista del gobierno de Estados Unidos, que desde el propio 1959 le ha costado a Cuba la vida de más de 3 mil 478 personas y quebrantada la integridad física de otras 2 mil 099.

Desde entonces, en el Verde Caimán se sufre por el terrorismo, es dolor que oprime, que azota como látigo. En la espalda de la nación, huellas de una agresión que no termina.

Sabotajes, bloqueo. Guerra económica. Hechos que hoy evocan con la fuerza de la razón, precisamente en un octubre orgulloso de haber parido a Antonio Guerrero Rodríguez (16 de 1958), hermano,  de causa antiterrorista y a favor de la paz,  de Ramón, Gerardo, René y Fernando.

Y aunque presos aún cuatro en cárceles estadounidenses, son los Cinco resumen del octubre cubano e histórico de 1962 (Crisis de los Mísiles), del Grito de Yara anclado en la garganta de un mes que es espina y sol.

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