Junto a Cuba, más allá del aplauso

Ainhoa Etxaide es una mujer vascuense que hizo la forja de su juventud entre los rigores que impone la sociedad capitalista a quienes nacen despojados de riquezas y comodidades. Cuando tuvo edad para trabajar se vio obligada a realizar labores de limpieza en oficinas públicas o a cuidar niños, únicas ofertas que el precario mercado laboral le proporcionaba para lograr un mínimo de independencia económica, capaz de sustentarle y poder ingresar en la universidad.

La vida de obrera misérrima por la que transitó y su consagración a los estudios se conjugaron para hacer de ella una notable abogada que, lejos de encumbrarse, decidió entregar su sapiencia a la lucha por el bienestar de los trabajadores en su tierra natal.

Ahora Ainhoa está en La Habana, con los tintes del sol de Cuba visiblemente marcados en su rostro, igual que en aquel verano de 1978 —cuando apenas era una chica que recién estrenaba la adultez— y asistió aquí al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.

Esta vez ha venido como secretaria general de la central sindical Langile Abertzaleen Batzordeak (LAB), según la denominación en euskera, una organización con raíces en el nacionalismo vasco de base popular y acogida a las posiciones clasistas enarboladas por la Federación Sindical Mundial.

“Vivimos en una sociedad donde los banqueros y los políticos son cada vez más ricos y los obreros y la gente humilde está cada vez más empobrecida —expresa. De cada cuatro euros que se generan, uno se lo llevan al bolsillo quienes manejan las finanzas, a la vez que el Gobierno les entrega otro; el pueblo se queda sin nada.

“Ante esa realidad somos una alternativa sindical confrontacional y hemos jugado un papel decisivo para que en el País Vasco los trabajadores perciban en la actualidad un salario hasta un 20 % mayor que en el resto del Estado español y afronten un índice de desempleo de alrededor del 15 %, que no deja de ser alto ( unas 200 mil personas), pero inferior a las cifras globales de parados que alcanzan el 25 por ciento”.

Para esta avezada sindicalista son esenciales la capacidad y fuerza de la movilización popular y la concientización de los trabajadores para lograr el accionar colectivo frente a los desmanes del empleador.

“Constantemente promovemos las acciones movilizativas, aunque somos aún un sindicato joven, salido de la clandestinidad hace solo seis años, y nos falta andar mucho trecho para lograr la hegemonía necesaria entre la masa obrera.

“En la última reforma laboral del Estado español se ha cambiado la estructura de la negociación colectiva. Los empresarios pueden modificar unilateralmente nuestras condiciones de trabajo, un proceder bárbaro con el que los grandes sindicatos mayoritarios no pactaron, pero tampoco han ido a la confrontación. El Gobierno no prohíbe firmar convenios, pero nos dicta cómo tenemos que hacerlos, siempre en contra de los intereses de los trabajadores. Frente a tal atropello en el País Vasco hay mayor movilización y más huelgas, estamos a la cabeza en la batalla confrontacional”, agrega.

“Nosotros hemos clarificado en ideas esenciales la realidad europea: no falta dinero, sobran ladrones; esto no es una crisis, es el capitalismo. Ante ello, solo un nuevo modelo económico basado en una gran alianza de clase puede encontrar la salida y barrer con los gobiernos que acatan la dictadura de Ángela Merkel”.

Al preguntarle sobre sus impresiones de Cuba, Ainhoa hace una pausa de emocionado silencio en nuestro diálogo.

“En este país se apuesta por la sociedad, por el socialismo, en España el sistema está al servicio del capitalista, pero sabemos que somos una mayoría y que si nos organizamos podemos lograr algún día un poder popular como el que ustedes disfrutan.

“La sociedad cubana actual es la reafirmación de muchas de nuestras posiciones. Este es un pueblo en perspectiva. Un pueblo con dificultades y contradicciones, pero que sabe resolverlas y genera mecanismos para enfrentarlas. Aquí se toman las propias decisiones sin que un banco venga a imponérselas, eso es lo justo. No solo estamos dispuestos a aplaudir a Cuba, sino a apoyarla y ayudarla en todo lo que podamos”.