Cada cierto tiempo, camino de la revista Bohemia, lo encuentro en el camino. Montoto, lo saludo, y él insiste: “No dejen de ver Palmas y Cañas, esta semana salgo en la televisión”.
Sentado en uno de los muros que da a la acera de la centenaria publicación, conversamos. Es un personaje popular, querido por todos los que lo conocen. En las imprentas de diferentes editoras pasó la mayor parte de su vida. “Durante varios años trabajé como auxiliar de tipografía en el periódico El País”, recordó.
Tiene alma de artista, es más, siempre ha sido un artista. Según confiesa, ama el baile y la música. “Bailo de todo, rumba, casino, bolero, menos ballet…porque ya mi cuerpo no tiene elasticidad. Los fines de semana voy a las peñas que hay en el Vedado y en La Habana Vieja. No tengo pareja fija, mas no importa, tiro mis pasillos solo”, revela, mientras muestra uno de los pasos que suele dar.
¿Qué mantiene a este hombre con tanta vivacidad? ¡Tiene 84 años de edad!, pero su espíritu, como él dice, es de gente joven. Anda con su tabaco en la mano ― ya ni se acuerda cuándo empezó a fumar― y también con un bastón. “No siempre lo utilizo, pero por si alguna pierna falla”, comenta.
“Mi nombre completo es Manuel Cecilio Montoto, pero el artístico, expresa, es Tony Monterrey, ese solo lo sé yo. De haber trabajado en la televisión, me hubiera llamado así. Es un nombre que pega…”, lo dice con cierta picardía, con unos ojos empequeñecidos por los años, que a ratos destellan brillo, mientras él sigue con sus añoranzas de ser, ni más ni menos, que un gran artista.
