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Soy un brasileño que nació sin asistencia médica

Llegado a la existencia en la tranquilidad del nordeste brasileño, donde creció la pequeña ciudad de Estancia al influjo de la pesca y las labranzas en que no pocos agricultores se empeñaron desde hace más de dos siglos para hacer producir la tierra costera, José Domingos Machado Soares (Dominguinhos) revela en cada palabra la humildad de su origen.

“Mi abuela, una partera reconocida en la comarca, asistió el alumbramiento en que mi madre me trajo al mundo, al cobijo de un bohío de barro y paja bañado por la brisa del Atllántico”.

 

Hoy Dominguinhos —que según cuenta se inició en el universo del conocimiento en una precaria escuela rural que alguien había bautizado con el nombre de Haití— tiene un exitoso desempeño como profesor de Historia, y describe en sus clases con objetividad el devenir de las luchas sociales y los procesos políticos de su patria. Pero más allá de la labor magisterial, sus afanes humanistas lo han llevado a consagrarse también al servicio público como veriador, cargo en el que defiende las demandas populares en la Asamblea Legislativa de la ciudad de Estancia, como representante del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT).

Foto: Agustín Borrego

 

“Adquirí mi vocación por la justicia social desde los años estudiantiles, cuando especialmente profesores como Marcelo Careca, Rubens Marques o Alaor Josiel, entre otros, me encaminaron hacia las posiciones de izquierda que fueron la base de mi formación revolucionaria. También debo mucho a los vínculos que establecí con las mejores posiciones del movimiento estudiantil y sindical de mi país y con organizaciones como el Movimiento de los Sin Tierra (MST). Esta formación me ha permitido permanecer como asambleísta en los últimos 13 años, de los cuales no me desempeñé en estas funciones entre 2004 y 2008”.

Durante nuestro diálogo el apasionado profesor brasileño ofrece detalles de su accionar cotidiano en el parlamento local. Cuenta cómo en su condición de representante del PT, trabaja de continuo por las mejoras educacionales y culturales en la comunidad y mantiene un constante enfrentamiento a la malversación de los fondos públicos y a toda medida que afecte a las capas más humildes de la población, a la vez que propone políticas de beneficio popular y en relación con la problemática del niño.

¿Cómo descubre a Cuba?

“A través de las enseñanzas de mis propios profesores, de la lectura del libro La Isla, de Fernando Morais, y de numerosos escritos de Frei Betto. La orientación del PT me acercó aún más a ustedes, al ejemplo que representa la obra de su país, y al significado de la unidad latinoamericana, de la que Cuba es abanderada.

“Así nació en mí una profunda admiración por todo cuanto ha hecho el pueblo de esta Isla. Me asombran no solo sus avances, sino la trascendencia de su utopía realizable. La senda que abrió Fidel es la validación de que es posible vencer cualquier obstáculo, y para todos los que en América Latina escogimos el camino revolucionario es una referencia imprescindible”.

En el presente, además de la batalla por la liberación de los antiterroristas cubanos presos injustamente en Estados Unidos y la condena al bloqueo y la ilegal ocupación de la Base Naval de Guantánamo, este maestro estanciero de la provincia de Sergipe, que vive apegado a sus raíces y su origen humilde, apoya resueltamente la presencia de los médicos cubanos en el campo brasileño y da a conocer el valor y significado de una Medicina humana y solidaria como la que practican nuestras misiones en otros países del mundo.

“Respaldamos la postura de alcance popular asumida por la presidenta Dilma y nuestro Ministerio de Salud Pública. Los profesionales cubanos tendrán en nosotros a sus aliados y defensores. Siempre estaremos agradecimos de que vengan a regiones campesinas como en la que yo nací sin la asistencia de un médico. Ese pasado tiene que ser borrado de Brasil, un país rico que tiene un sin fin de pueblos y comunidades donde nunca ha llegado la Medicina.

“Cuanto hace Cuba en este campo demuestra el significado profundamente humano de este sistema político capaz de educar en la generosidad. La presencia de miles de médicos cubanos en más de 50 países es la mejor prueba de la validez del Socialismo”.

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