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Canoístas sin oxígeno en Duisburg

El séptimo lugar de la pareja Serguei Torres- Rolexis Báez en el C-2 a 200 metros cerró la más discreta actuación cubana en un campeonato mundial de canotaje, concluido este domingo en Duisburg, Alemania. Por tercera ocasión consecutiva (quinta desde que comenzó el siglo XX) regresamos a casa sin medallas, lo cual mueve comentarios y preguntas.

Luego de pobres desempeños –quedaron fuera de finales— en las distancias que históricamente hemos conseguido más preseas en estas lides (1000 y 500 metros), la dupla parecía hacernos soñar con un podio en 200 tras terminar segundas en la semifinal. Sin embargo, otra vez la noticia enfrío a sus seguidores, que tampoco pudieron disfrutar de buenas faenas por intermedio de kayacistas.

El binomio del kayac, Maikel Zulueta-Jorge García, finalizó octavo y noveno en las respectivas semifinales de 500 y 1000, mientras en el single, Reinier Torres tuvo como mejor actuación un quinto escalón en la penúltima regata de 500, insuficiente para incluirse en la discusión de medallas.

¿Qué ha pasado con la familia del canotaje, tras una señal de plata y bronce de Torres-Báez este 2013 en una Copa del Mundo? ¿Hemos descendido tanto el nivel como para solo incluirnos en una final, por demás una prueba no olímpica? ¿Faltó fogueo internacional o nuestras duplas realmente estuvieron tan descoordinadas, tal y como reflejan los tiempos registrados?

Tiempo, talento y conocimiento técnico hay para analizar estos resultados y revertirlos de una vez y por todas. Un deporte con medallistas y campeones mundiales, con submonarcas olímpicos merece cambiar lo que deba ser cambiado y renacer. Lo pide y exige su afición, el movimiento deportivo y su propia historia.

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