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Sancti Spíritus: Un verano entre naturaleza y tradición

La historia del “Pelú de Mayajigua” y las aguas inagotables del río atraen a los visitantes hasta al ranchón yaguajayense. Foto: Vicente Brito
La historia del “Pelú de Mayajigua” y las aguas inagotables del río atraen a los visitantes hasta al ranchón yaguajayense. Foto: Vicente Brito

Desarrollar el ecoturismo resulta prioritario en esta isla donde la riqueza natural confluye para desbordar el ambiente con una belleza inigualable. Intencionar un destino ecológico desde un punto atrayente, ya sea ciudad o playa, confiere mayor valor al producto turístico que se promueve y despunta como una alternativa que cada vez apasiona más a quienes la disfrutan.

Con unas 16 mil  500 especies de animales descritas y el registro de más de 6 mil  300 variedades de plantas autóctonas; forma y color combinan en el paisaje cubano para instaurar sus encantos en el gusto de los visitantes nacionales y foráneos. Haciendo senderismo junto a la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Flora y Fauna ubicada en Yaguajay y reconocida en el 2012 como la mejor del país, Trabajadores constató algunas “bondades” que Natura destinó exclusivamente a Sancti Spíritus.

Cuando historia, cultura y naturaleza se mezclan…

“La leyenda reconoce al ‘Pelú de Mayajigua’ como un Robinson Crusoe que habitó estos montes. Cuentan que al salir ileso de una batalla contra las tropas españolas en 1876 huyó a las lomas de este territorio para evadir el alcance de los colonialistas. Allí subsistió durante 30 años, incluidos tres de ellos en los que permaneció inmóvil tras fracturarse una pierna”, describió Aliesky del Río Leal, especialista de Turismo en la UEB de Flora y Fauna, quien continúa:

“Enrique Rodríguez Pérez, como se llamó aquel señor, hizo suyo el ambiente hostil que le rodeaba, al punto de tejer su propia ropa con maguey, tener 17 asentamientos entre cuevas y bohíos, además de un almacén para guardar miel y manteca en recipientes de güira seca. Aunque al paso de tres décadas lograron rescatarlo y ponerlo en contacto con su hermano; cuentan quienes ‘peinan canas’ que jamás asimiló la vida citadina y un día desapareció entre los misterios del monte”.

La impresionante historia ronda una de las locaciones que brindan servicios para veraneantes procedentes de múltiples lugares. El Ranchón del Pelú ofrece variedades gastronómicas y convida a desandar los parajes recorridos por un hombre que, convencido de que la guerra contra España no concluiría, eligió una vida agreste lejos de cualquier atisbo de civilización.

“Hablamos de un personaje real que se convirtió en leyenda, esa es una arista sugerente para dar realce a la instalación. Así, la gente  puede hacer recorridos por donde él anduvo, incluso, la estatua que se erigió acá en su honor confiere un halo pintoresco que armoniza con las características naturales del lugar. Contamos con un personal dispuesto a brindar la mejor atención, espacios para hacer senderismo y un río cuyo volumen de agua no merma en ninguna época del año”, precisó del Río Leal.

Con una afluencia de 50 personas diarias, el sui géneris Ranchón deviene muestra de que el patrimonio intangible no solo se circunscribe a las ciudades y construcciones de antaño, sino que llega hasta el más oriundo de los entornos para establecer una opción recreativa en la que historia, cultura y naturaleza desbordan al unísono sus mayores atractivos.

Alrededor de 3 mil turistas visitan anualmente el Chalé Los Álamos. Foto: Oscar Alfonso

Otra mezcla infalible

Sin duda, el Chalé Los Álamos clasifica como otro de los escenarios en los que tradición y ambiente convidan al visitante a un paseo inolvidable. Una piscina natural, árboles frutales enraizados alrededor de la casa, el olor de la suculenta comida criolla, el guarapo cubano y la propia estructura de la vivienda completan las condiciones ideales para garantizar una estancia placentera en tierras yaguajayenses.

La construcción perteneció al dueño de los centrales azucareros del territorio en la etapa prerrevolucionaria; pero, si bien él jamás vino a visitarla, su representante en Cuba lo hacía periódicamente dada su preferencia por el paisaje que la hace única.

Alfredo Díaz Guerra, administrador de Los Álamos, comentó: “Anualmente nos visitan alrededor de unos 3 mil extranjeros que pueden hacer senderismo, hospedarse en la vivienda o recrearse con los “safaris” que iniciamos en 2009 para aquellos que se hospedan en los hoteles de los cayos del centro-norte de la isla. Llegar al Chalé implica un encuentro con las más identitarias costumbres campesinas; los clientes pueden aprender a ordeñar las vacas, a manejar la guarapera para extraer el jugo a la caña y también conocen acerca de los frutos que cosechamos y que tan llamativos les resultan. “El verano anterior habilitamos un ‘pasadía’ para incrementar la afluencia de turismo nacional. De tal modo podemos recibir a unas 23 personas diariamente e incluimos una merienda, almuerzo, el baño en nuestra piscina y otras actividades recreativas por un precio cercano a los 50 pesos en correspondencia con el consumo que tenga cada cual. Esta opción puede solicitarse por vía telefónica en nuestra Empresa para la Protección de la Flora y la Fauna ubicada en Yaguajay”.

Según Jany Suárez Pineda, una cabaiguanense de paso por el lugar: “En esta casona el servicio, el entorno y las demás ofertas resultan muy placenteras para pasar un día en familia. Nosotros estuvimos por aquí en el 2012; gracias a las atenciones y todo lo agradable que se respira, decidimos volver este año”.

Percibir la belleza natural que nos circunda deviene posibilidad inherente al ecoturismo; la opción que, en el Ranchón del Pelú y en el Chalé Los Álamos, adquiere el ingrediente esencial que garantiza un deleite veraniego singular: la cubanísima sazón de nuestras tradiciones añadida a los encantos excepcionales que Natura guardó en tierras espirituanas.

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