Desde hace 100 años las calles cabaiguanenses adquieren el sabor bullanguero propio de sus fiestas carnavalescas. Este fin de semana, el pueblo extrapolará su título de “capital canaria de Cuba” para mezclar el matiz hispano que lo distingue con la herencia africana presente en los bailes, las costumbres y el toque del tambor.
Los sonidos de la bandurria, el acordeón, la pandereta, el timple y la guitarra combinarán melodías con las trompetas y la percusión responsables de dar ritmo a las largas filas de personas dispuestas a “arrollar” detrás de la conga.
El Torero y El muerto se fue de rumba devienen comparsas que se situaron en el gusto popular a mitad de la pasada centuria. La coreógrafa y metodóloga de tradiciones e investigación de la Casa de Cultura cabaiguanense, Felicia Estepa Valdivia, resultó encargada de rescatar ambas presentaciones para deleitar al público.
“Decidimos retomar las dos coreografías porque fusionan las culturas hispana y africana; fuentes indiscutibles de las raíces y el folclor que nos es inherente a los cubanos”, sostuvo Felicia Estepa ante la prensa.
Rafael Alonso Valdés, director municipal de Cultura confirmó que “la jornada será propicia para agasajar a las estrellas y luceros (reinas de belleza) de años anteriores y también para mantener todas las costumbres salvaguardadas por el terruño durante un siglo”.
